El tema de las variables en economía es un asunto que no se toma a la ligera, un simple cambio o alteración en las mismas puede causar consecuencias de proporciones mundiales como ha venido pasando estos últimos meses con la crisis de los contenedores.
Es de considerarse a la inflación, una de las variables económicas que más impacto pueden tener en la vida cotidiana de una persona promedio, en el entendido, de que mediante esta se regula el aumento en los precios de distintos tipos de productos, que como buenos seres humanos que somos, consumimos.
La crisis de los contenedores es el nuevo tema que pasa a la palestra pública en materia económica, toda vez, que se presente una relación peculiar entre la oferta y la demanda, en el entendido, que existe mucha demanda en el transporte de mercancías vía marítima y poca oferta en las cadenas de suministro, lo que significa una insólita escasez de espacio disponible para transportar productos de Asia a Occidente; esto hace que existan fluctuaciones elevadas en los precios de las materias primas ante el consumidor final de dichos productos.
Según un informe publicado por la BBC mundo: “En septiembre de 2020 mover un flete de China a Estados Unidos costaba USD $4 469 mil. Un año después cuesta USD $20 615 mil. En un año el precio se ha más que cuadriplicado.”
Esto da cuenta, de las implicaciones mesiánicas que tienen las fluctuaciones en los precios del flete que se debe pagar a las empresas transportadoras, lo cual, se debe a una multiplicidad de factores, la gran mayoría asociados con la pandemia de la Covid-19. Algunos expertos en el tema, afirman, que los efectos de esta crisis se extenderán hasta el primer semestre de 2022.
Sin embargo, como en cualquier crisis, mientras unos lo pierden todo, otros ganan de todo. Tal es el caso de la empresa naviera más grande del mundo, la danesa Maersk, que está ganando mucho más dinero que en toda su historia. Así pues, gracias a la escalada en los precios de alquiler en los contenedores, esta compañía ha tenido el trimestre, a finales de este año, más fructífero en sus 117 años de historia.
Es indudable que las grandes navieras se están llevando la tajada, toda vez, que como existe exceso de demanda por parte de consumidores y poca oferta para transportar los productos, los precios en materia de transporte naviero están a niveles descomunales, a tal punto, que los entendidos en el tema mencionan las altas tarifas a pagar en las rutas más transitadas entre Asia, Estados Unidos, Europa o América latina; las cuales, han aumentado en más del 500%.
Con todo lo precitado anteriormente, Colombia no está exenta de los coletazos económicos de esta crisis, en especial sus ciudades costeras que constituyen puertos con gran flujo de mercancías, tal es el caso, por ejemplo, de Cartagena.
En la principal central mayorista de Cartagena (el mercado de Bazurto), según un informe de RCN Radio, se observa un alza en los precios como respuesta a la crisis de los contenedores, toda vez, que los grandes mayoristas afirman que la lenteja, uno de los principales componentes de la canasta familiar, antes se compraba a $3.500 pesos y ahora se compra a $6.000 pesos. Además: “se advierte un notorio aumento de precios en los fletes navieros y los itinerarios de carga de los contenedores para los muelles de la ciudad”. Según afirmó Fernando Álvarez, gerente súper mayorista de Cartagena a RCN Radio.
En conclusión, ante el irrefrenable paso de las fluctuaciones económicas se percibe un escenario de crisis y desasosiego en una parte, por el otro lado, existen compañías que han aprovechado la coyuntura para volverse más ricas, al ciudadano común y corriente le queda confiar en las distintas medidas económicas que impulsa el gobierno para tratar de paliar la situación.
La suerte está echada, este es un rompecabezas que aún sigue descerebrando a más de un economista reconocido, que todavía no han podido encontrar la solución; esta situación ha llegado a Colombia para terminar de derrotar lo arrasado por la pandemia.
