Los eternos debates: bla, bla, Bla
En los años 60 y 70 del Siglo pasado, incluso, a comienzos de los 80, en casi todas las universidades públicas del país, y una que otra privada, la cafetería universitaria más que un sitio de encuentro era la arena de “gladiadores” de izquierdistas en torno al famoso debate histórico, que consistía en debatir si el sucesor de Lenin debía haber sido Stalin o Trotsky.
Comunistas línea soviética con la JUCO a la cabeza “apoyaban a Stalin”. Hoy la entonces Unión Soviética está partida en feudos dominados por mafias y dictaduras y por las calles de Moscú la miseria aflora. Trotskistas de todas las tendencias (a ver si me acuerdo: Bloque Socialista, Unión Revolucionaria Socialista, Espartaco, Partido Socialista de los Trabajadores, Antorcha), actualmente desparramados en diferentes entidades oficiales del Estado colombiano, incluidos en el uribismo y samperismo, argumentaban que el “testamento” de Lenin fue falsificado por Stalin. A lo anterior se unían las diversas tendencias maoístas, que por casualidad también defendían el “legado” de Stalin y por ende atacaban al “perro” de Trotsky. Entre los maoístas se contaban: Partido Comunista ML, Comandos Camilistas ML, MOIR y JUPA; Línea Ever Hoxa -Todos sabemos que ese señor fue el dictador que por décadas empobreció a un país llamado Albania-. Como se puede analizar, la “grupería” era un circo con payasos de todo tipo.
Los debates duraban horas, y por general terminaban en paleras. Si, a palo limpio, patadas y en algunos casos a cuchillo como viles delincuentes y lumpen terminaba la famosa discusión histórica. Heridos y la cafetería universitaria destrozada era el saldo final. Lo peor, este escenario era cotidiano y repetitivo. Aún hoy en día subsiste dicha disputa de los años 60 y 70 del Siglo pasado en otra forma con Robledo, el Partido Comunista, y Dussán en la mitad. Ha, y Petro con Navarro y su “sancocho nacional”. Como vemos al respecto, tanto el pasado como el presente, son de inutilidad discursiva.
Primera supuesta carta de Lenin:
“El camarada Stalin, convertido en Secretario General, ha acumulado en sus manos inmenso poder, y no estoy seguro de si será capaz, de siempre utilizar suficiente y cuidadosamente este poder. Por otro lado, el camarada Trotsky, como quedó demostrado por sus luchas contra el Comité Central sobre la cuestión de NKPS, es diferente no sólo en sus capacidades. Personalmente, vamos a admitirlo, es la persona más capaz en el actual Comité Central, su mesura, su capacidad para ser un buen administrador.”
25 de diciembre, 1923. Escrito por MV
Segunda supuesta carta de Lenin:
“Stalin es un poco tosco, y esta debilidad, totalmente soportable entre nosotros los comunistas, se vuelve insoportable con la posición de un Secretario General. Por lo tanto sugiero que los camaradas repiensen la forma en que Stalin pueda ser reemplazado en su lugar por otra persona, que en todos los demás aspectos es diferente del camarada Stalin, que es más paciente, tolerante y más leal, más atento a otros camaradas, menos caprichoso etc., etc. Estas maneras pueden ser consideradas como pequeñas cosas, pero creo que, desde el punto de vista de prevenir futuras divisiones, en cuanto a mis sentimientos y la declaración anterior en relación a los sentimientos entre Stalin y Trotsky, esto no es una menudencia, y si es una menudencia, puede llegar a convertirse en muy importante.”
04 de enero 1923; Escrito por J.F[i]
La otra realidad
Afuera de las universidades públicas del país de los años 60 y 70 la realidad era otra. El clientelismo campeaba. Liberales y conservadores se repartían las entidades públicas por igual. Por la época Lucho Garzón era maoísta recalcitrante y Angelino Garzón hacia pinitos de sindicalista con el Partido Comunista.
El Partido Comunista línea soviética y los ML (Marxista Leninista) apoyaban las invasiones de lotes baldíos en las ciudades y grandes fincas en el campo. También devoran empresas con sus organizaciones sindicales. Tan igual los sindicalistas conservadores y liberales hacían lo mismo con Puertos de Colombia, Ferrocarriles Nacionales, el Instituto de los Seguros Sociales, etc., en compañía de sus jefes parlamentarios.
Pero el dinero para la compra de votos en masa y las dadivas del presupuesto nacional a través de auxilios parlamentarios estaban del lado del poder liberal conservador. Contar con línea telefónica, servicios de agua y luz y calles pavimentadas necesitaba el favor de un cacique. Name Terán entonces hacia el curso de político clientelista. Había comenzado con Emilio Lebolo de la Espriella como cargador de ladrillo. Lebolo en alguna ocasión digo: “ese muchacho tiene madera”. Y efectivamente, era y fue un “buen muchacho”. Roberto Gerleín también comenzaba sus pinitos. En esas épocas “tiraba” discursos en barrios populares, hoy no necesita de eso, ya que cuenta con dineros suficientes que le deja la contracción estatal de su hermano Julio Gerleín y si algo falta, para eso está Luis Carlos Sarmiento Ángulo. O en su caso el Banco Agrario que le acaba de entregar Santos.
La negociación clientelista
§ Emilio Lebolo de la Espriella: Señor Gobernador, las Secretarías de Hacienda y Salud son para mí.
§Carlos Martín Leyes: Señor Gobernador, las Empresas Públicas Municipales son mías, al igual que la Personería Municipal.
§ El grupo conservador: la Secretaría de Educación es nuestra, usted sabe que la maestranza la manejamos nosotros, ha, la Contraloría departamental, por supuesto, y no s ele olvide de paso que la Universidad del Atlántico también es nuestra.
Como vemos, sin complicación alguna y con acuerdos tranquilos las administraciones municipal de Barranquilla y departamental del Atlántico se repartían sin problemas entre grupos liberales y conservadores.
En el plano nacional los partidos liberal y conservador hacían uso de la burocracia, los contratos y demás, por partes iguales. Para aspirar a cualquier cargo, incluyendo ser portero de la Contraloría General de la República, había que declararse liberal o conservador.
La izquierda de la época era al igual que hoy, caníbal. De pronto más ayer que hoy. La disputa entre las líneas soviética y china se batían por imponer sus posiciones. Como remanentes sobresalían las líneas vietnamita, coreana, cubana, albanesa, romanesca (Rumania), y las variedades de todo tipo de trotskistas, entre estas las de Ernest Mandel y la vertiente argentina del Partido Socialista de los Trabajadores.
Llegar a un acuerdo político entre varias fuerzas izquierdistas en Colombia era casi que imposible. Primero había que llegar un acuerdo sobre la situación internacional, luego a la situación regional o continental, después a la nacional y finalmente a la local. Como vemos, había pasos de pasos, y el sólo estudio internacional imposilitaba continuar con el acuerdo.
El Partido Comunista línea soviética de Gilberto Viera y el MOIR nunca se pusieron de acuerdo en torno al “Socialismo Real” soviético, la invasión de la Unión Soviética a Afganistán y la defensa de Cuba. ¿Qué queda en nuestros días de estas discusiones? Queda una realidad palpable. La URSS desaparecida, Afganistán en manos de los talibanes y Cuba con una economía y sociedad destruida. Entonces nos preguntamos, ¿valió la pena tanto debate histórico? ¿por qué se sigue en lo mismo en nuestros días? ¿en donde está la dialéctica marxista?
Y por supuesto, la división fue sindical y guerrillera. Pro soviéticos, maoistas y trotskistas contaban con sus propias organizaciones sindicales. Era mejor una unión con la derecha, que entre izquierdistas. El MOIR era dado a las alianzas con la derecha clientelista antes que con el PCC soviético.
Por suparte las FARC pro soviética, el ELP maoista y el ELN de supuesta línea pro guevarista.¿Más para donde?
LOS DEBATES DE HOY EN DÍA
Cuenta la ex directora de la DIAN Fanny kertzman[ii], que en los días del paro agrario, se llevó a cabo una reunión en el célebre restaurante de acuerdos elitistas y mafiosos “Pajares Salinas”, entre Ernesto Samper, delegados de Santos y el bancario y poseedor de tierras en el Vichada, Luis Carlos Sarmiento Ángulo, con el fin de escoger al nuevo ministro de Agricultura. Esto demuestra como las élites. Por qué de que las hay las hay (al igual que las brujas), y los cómo estas llegan a acuerdos sin complicación alguna.
Sarmiento Ángulo, Santodomingo, el grupo Antioqueño y demás, sin rubor cuentan con lobistas en el Congreso. Compran votaciones a su favor, se pavonean por los medios de comunicación, financian medios y periodistas, compran a las Fuerzas Militares, disponen de relacionistas públicos como Mauricio Vargas (relacionista de los Nules y de Sarmiento Ángulo) y Darío Arizmendi, quienes se fanfarronea sobre su trabajo y le da palo al izquierda sin rubor, etc. Todo lo hacen de frente, y demuestran que para defender el queso hasta ratones contratan.
Por cierto, de acuerdo al portal jetset.com.co, el primero en llegar a la inauguración de la sede de campaña de reelección de Santos, autodenominada “Buen Gobierno”, fue nada menos que Luis Carlos Sarmiento Ángulo. En su momento, fue el primero en respaldar a Samper durante el proceso 8.000. Cualquier duda, está demás, y las palabras sobran, salvo para la izquierda a la cual seguramente habría que explicarles con las condiciones subjetivas y objetivas de por medio para llegar a un acuerdo sobre el tema.
Como complemento hay que agregar, que cuando se trata de refuerzos, la derecha sabe contratarlos. No en vano la derecha contrató a Angelino Garzón y Luis Eduardo Garzón, ambos salidos de las filas del Partido Comunista, quienes hoy con rabia y amargura hacia sus ex compañeros, sobre todo el segundo, se mofan de los paros y tratan como payasos de circo de enlodar a figuras tan claras (aunque sectaria) como el senador Jorge Robledo. Estos y otros personajes, quizás por vanidad u oportunismo, tratan de ser bufones de Palacio y de demostrar que sus capacidades le sirven al sistema para frenas las justas protestas sociales, las cuales en su momento ellos promocionaron. No se dan cuentas estos personajes, que la burguesía los ve como moscas en leche cuando asisten a los “banquetes” a los cuales los invitar para mofarse de ellos por la espalada. Pobres estúpidos.
El rol (por lo menos mediático) de Garzón, que se supone que era el experto en movilización social, se limitó a sus frases efectistas. Después de que Santos dijera que “el paro no ha sido de la magnitud que se esperaba” y que “el tal paro agrario no existe”, Lucho salió a explicar que efectivamente el paro era “ni muy muy, ni tan tan”. Y ayer, en plena conmoción por la violencia en las marchas en varias ciudades, dijo a los líderes del paro que “necesitamos ponerle el termostato a la lengua”.
Es posible que su incapacidad para entablar un diálogo social efectivo se deba a que cuando lo contrataron la idea del Gobierno era más que se dedicara a movilizaciones a favor del Gobierno, como la marcha de las víctimas en Necoclí a comienzos del año pasado. Su rol como Consejero no ha sido fácilmente entendido pues los consejeros tienen pocas facultades legales propias y la mera existencia de toda esta estructura paralela ha creado un gran ruido, pues en el gabinete no es claro en quién recae realmente la responsabilidad de este paro.
http://lasillavacia.com/historia/el-paro-el-fracaso-del-equipo-politico-de-santos-45512
Durante las administraciones de Álvaro Uribe lo que hoy Santos llama la “mermelada”, clientelismo y corrupción a secas, fue repartido por tajadas iguales entre conservadores, partido de la U, Cambio Radical de Germán Vargas Lleras, Convergencia Ciudadana y demás[iii].
La administración Santos en sus afanes de imponer su proyecto de Estado recurre a todo. Incluso, de manera arrogante y desafiante colocó a un aliado del paramilitarismo en el Magdalena medio como ministro de Agricultura, el señor Rubén Darío Lizarralde[iv]. En materia de puestos dispone a su antojo la repartición y chantajea al conservatismo para que se decida o no por la relección. Estos, cautos , pero asuntos, que saben que sólo los puestos y contratos les otorgan sobrevivencia, piensan, actúan, reculan, pero cuidan su mermelada.
Involucrado en compras cuestionadas de baldíos y representante de Indupalma, Lizarralde representa mejor que nadie la visión del campo como un lugar que sólo puede prosperar si la economía campesina es reemplazada por la empresa agroindustrial. Según esa visión, debido a su carencia de recursos, los campesinos sólo pueden participar en el desarrollo agrario si se endeudan y convierten en “socios” del agro negocio. (María Paila Saffón, El Espectador, 21 de septiembre, página 44)
En otras palabras, la derecha sabe defenderse, pero sobre todo, actuar y acordar. Si existe un bloque de poder compacto en América Latina, ese es el colombiano. Por décadas lo sabemos y hemos padecidos los demócratas de sus acuerdos excluyentes. Lo sabemos, pero la izquierda colombiana no aprende, es terca, tozuda e irracional. ¿Por qué?
Tradicionalmente la izquierda se quedó en la subdivisión de subgrupos, cada uno de los cuales tienen intereses particulares, los cuales celosamente resguarda y trata de conservar. Los maoístas de entonces eran los “dueños” de la Caja Agraria, a donde llegaban a trabajar los familiares de los sindicalistas del MOIR, los comunistas eran “dueños” de empresas industriales y universidades. En estas últimas llegaban los familiares y profesores amigos como sucedió en la Universidad del Atlántico, la cual el PC y la JUCO acabaron, entre otros.
Hoy por cierto, en FECODE la izquierda se pelea a través de la diversidad de grupos políticos, las dádivas que en sobre cerradas les entregan los dueños de los contratos de salud de los maestros. Lo peor, es que entre estos financiadores existen algunos que han hechos acuerdos con paramilitares. Los dueños de clínicas como la General del Norte de Barranquilla y el recuerdo y Nicolás de Federmán, tienen comprados a las directivas de FECODE y la ADE.
La vanidad, esa característica del ser humano en general también es propia de la izquierda. El pararse, hablar, vestir y demás distingue a los dirigentes de izquierda, pero sobre todo la vanidad de ser dirigente. Si la izquierda se une los puestos directivos se reducen y se acabarían los “ismos” y eso dejaría por fuera de la vanidad a los grupos y subgrupos. Es casi imposible dejar por fuera de una dirección de izquierda unida las vanidades de Antonio Navarro, Gustavo Petro y Jorge Robledo.
La izquierda no es pragmática, salvo Antonio Navarro que hoy en día quiere revivir el “sancho nacional” del M-19, pese a su fracasada comitiva de la Alianza Democrática M-19 en el su famosa lista nacional de 1991 en donde incluyó a los hoy presos y desfiguradas “figuras” políticas como Carlos Albornoz y Samuel Moreno. Ni siquiera las FARC aprendieron de los golpes tecnológicos que le dio la Policía Nacional con el general Narango a la cabeza, lo cual finalmente las sentó en La Habana.
La izquierda colombiana vive de recuerdos nostálgicos, no en vano el 1 de Mayo de cada año desfilan algunas pancartas con las fotos de Marx, Engels, Lenin y Stalin. Más que admiración, lo que causa dicho acto es perplejidad entre los pocos transeúntes no participantes de dichas manifestaciones. Pareciera que vieran a Pica Piedra.
Mientras la derecha soluciona sus conflictos menores a manteles, la izquierda es dada a levantar polvaredas en público, y entre más llame la atención, mejor. Este fue el caso de la división entre el Polo Democrático y los hoy llamados “progresistas” o petristas. En donde Petro ante de irse pateo la puerta y hoy Asprilla la salpica de saliva y Navarro le unta sal a la herida.
En el pasado la polvareda en el seno de la Unión Nacional de Oposición (UNO) fue para alquilar balcones. División que Jorge Robledo y Marcha Patriótica revivieron en el tiempo actual.
La izquierda es dada a las discusiones académicas, las cuales terminan en ser bizantinas, y por supuesto, a no llegar a acuerdos. Los prefiere en últimas con el oportunismo y termina vendiendo sus movimientos políticos al fracaso, como fue lo sucedido en el Polo Democrático Alternativo cuando le entregó en bandeja de plata la administración de Bogotá a una banda de ladrones encabezada por los hermanos Moreno Rojas y sus aliados políticos de derecha en el concejo de la capital de la república y demás, incluyendo al partido de la U de Roy Barreras. Quien por cierto, hoy está tratando de rescatar los votos de Hipólito Moreno y compañía.
La izquierda no se arrepiente, vuelve y cae en sus errores. Hoy en día le debe una mea culpa a los habitantes de Bogotá por las fracasadas administraciones de Luis Eduardo Garzón actualmente en el exilio de la derecha y de Samuel Moreno Rojas en las rejas de la Picota.
PRAGMATISMO CON LA DERECHA, PALO ENTRE LA IZQUIERDA
Lo primero que hizo Antonio Navarro cuando llegó a la secretaria de Gobierno de la administración Petro fue cómo repartía la mermelada “progresista” con tal de conformar una coalición a favor distrital. Le falló y salió a conformar la más de las variopintas de las coaliciones hoy conocidas en el país. Progresistas “revolucionarios”, verdes oportunistas y de derecha, ex M-19 desempleados y que viven del cuento de los contratos como el gfamoso Tico Pineda, peñalosistas neoliberales y amigos del Sindicato Antioqueño representados por los fajardistas. Pero Fajardo le digo NO a Navarro y le tiró la puerta en la cara. Navarro es Navarro y en complemento con Petro, acaban con lo que sea, hasta con sus madres.
Jaramillo, experto en mermelada y clientelismo, como herencia de su madre, Hilda de Jaramillo, le arregló el pastel del cupo de endeudamiento a Petro con apoyo de: Los tres concejales y deslucidos conservadores con Roger Carrillo a la cabeza, ficha del cepedismo más recalcitrante y clientelista del extinto Seguro Social; Soledad Tamayo, hermana de Fernando Tamayo, quien tanto crítico a Petro por haber sido guerrillero, y Omar Mejía, el dueño de la Comisión de Presupuesto en el Concejo capitalino. A ellos les fue entregada la entidad de prestaciones sociales del distrito y otros cargos menores. Los verdes de Name y el ex guerrillero de la Corriente de Renovación Socialista hoy de paso en la derecha, Antonio Sanguino y demás, gozan de la secretaria del Medio Ambiente. Cambio Radical, parte de la U y del liberalismo también han recibido mermelada petrista untada con pan “progresista”.
En su momento, las administraciones del Polo fueron escenario de las más grandes reparticiones de contratos. El Polo dice hoy en día, que se quedó con el pecado pero sin el género. Pero que le hacemos, esa es la realidad y hoy Bogotá aún espera un arrepentimiento, el cual no llegará, ya que la olla está bien podrida y quizás esa caja de Pandora les explote en las manos.
Como vemos, la izquierda es dada a negociar de “patas abiertas” con la derecha y con el clientelismo más rampante que exista, pero entre sí, las peleas son a morir. No se soportan, y entre más palo se dan entre sí, mejor es el sancho nacional. Inimaginable, que Navarro se una con la derecha del Sindicato Antioqueño fajardista y no soporte un desayuno con Clara López y menos con Marcha Patriótica. Las balas del M-19 fueran buenas, pero las de las FARC y ELN son asesinas para el pensamiento navarrista. Esa es nuestra izquierda.
Las próximas elecciones, dadas a la conformación de una alianza de izquierdas y demócratas del país será para otra ocasión, las vanidades, egos, individualismo, oportunismo, cinismo y demás le niegan un mejor futuro al pueblo colombiano representado en tenderos, desocupados, rebuscadores del día a día, amas de casa, clase media desesperada, jóvenes profesionales con el cartón debajo del brazo en busca de empleo, campesinos derrotados por los TLC, prostitutas y gays en busca de espacios, periodistas que quieren dejar de ser lambones, secretarias acosadas por sus jefes, porteros y guachimanes explotados, vendedores de plazas de mercado, etc., la otra Colombia que no entiende de ideologías, y menos de si Lenin escribió bien su famoso testamento.
“Si la izquierda tiene futuro en Colombia, no es a través de la caída estrepitosa del establecimiento, sino a través una colonización lenta de las vías políticas. Llámenlo institucionalismo santanderista, o la macrovisión uniandina que cree que la confrontación es evitable y debe canalizarse por mecanismos institucionales”[v]. Pero antes que todo, se requerirá unidad, así sea de clase. Pero unidad al fin y al cabo, sino, la izquierda seguirá siendo golpeada, macartizada y burlada por sí misma al no querer aprender de la derecha cuando de acuerdos comunes se trata.
[i] Ver más: http://www.movimientoalsocialismo.org/archivos/libros/testamento.htm[ii] Revista Dinero, Septiembre 6 de 2013, página 42.
[iii] DE LEÓN MONSALVO, Alfredo. Penumbras y demonios en la política colombiana, Ediciones DESDE ABAJO, Bogotá, 2011, páginas 174 – 175.
[iv] OROZCO TASCÓN, Cecilia. La doble moral del ministro de Agricultura, en El Espectador, 18 de Septiembre de 2013, página 30.
[v] http://lasillavacia.com/node/45665