El primer trabajo de Luis Carlos Sarmiento Angulo fue construir carreteras. Recién graduado de Ingeniería civil de la Universidad Nacional el constructor paisa Santiago Berrío, quien tenía varios contratos con el Estado, le dio trabajo. Tenía 21 años. Al día siguiente de ser contratado le fue encargada la supervisión de la carretera Bogotá-Choachí. A partir de ese momento a Sarmiento Angulo no le fue difícil convertirse en uno de los empleados más sobresalientes de la constructora de la que llegó a ser subgerente.
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Sarmiento se independizó a las malas. La experiencia aprendida le sirvió para crear su propia compañía, que se vio forzada a fundar tras el secuestro y asesinato de su jefe en Puesto Nare Antioquia, mientras revisaba los adelantos de la conexión ferroviaria entre la Costa Caribe y el interior del país.
Con lo que recibió de la liquidación, el joven Luis Carlos Sarmiento montó una pequeña oficina de ingeniería y construcción en el corazón del Centro de Bogotá. La estrategia que usó para empezar a tener contratos fue presentarse a licitar obras en los municipios más apartados y golpeados por la violencia, a donde las constructoras grandes no se metían por miedo a la guerrilla.
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Así empezó a ganarse la vida el hombre que llegó a convertirse en el más rico de Colombia. Sarmiento Angulo Lleva más de 70 años construyendo un emporio no solo en el sector financiero con el grupo Aval sino las inversiones en múltiples sectores que maneja desde su holding Corficolombiana, que hoy está en cabeza de la exminsitra María Lorena Gutiérrez.
Con esta gigante empresa Sarmiento Angulo tiene negocios en minería, gas, energía, agroindustria, hotelería y turismo y también en las concesiones de carreteras, una oportunidad que aprovechó con la política de privatización de la construcción, rehabilitación, mantenimiento y operación de las vías del país que impulsó la presidencia de César Gaviria, gobierno que concesionó 12 proyectos. Ernesto Samper entregó 26. Álvaro Uribe entregó 13 concesiones y Juan Manuel Santos, dentro del plan de cuarta generación liderado por el entonces vicepresidente Germán Vargas Lleras, asignó a 31 proyectos más. En todas estas licitaciones Corficolombiana y sus concesionarias han sido grandes protagonistas.
En la actualidad Sarmiento tiene ocho concesiones viales que están en los departamentos de Antioquía, Valle del Cauca, Cundinamarca, Meta y Casanare y que suman en total 668 kilómetros, en los que hay una totalidad de 17 peajes con los que recauda el dinero para el mantenimiento y la operación de ellas.
Sarmiento y su vía al Llano
De las viejas concesiones que le adjudicaron a Sarmiento en la entonces nueva política de las licitaciones con privados, fue la operación y el mantenimiento de la vieja carretera al llano, contrato que firmó en agosto de 1994. Esa concesión la llevó adelante con la operadora Concesionaria Vial de los Andes, Coviandes. Aquel contrato de concesión lo firmó la operadora de Sarmiento con la recién nacida Invías, que en su momento estaba en cabeza de Guillermo Gaviria Correa -quien posteriormente fue gobernador de Antioquia y terminó tristemente asesinado en cautiverio por las Farc. El valor del aquel contrato entre Coviandes e Invías se firmó por $ 79 mil millones de pesos de la época.
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Para operar la vía a Villavicencio Sarmiento contó con el recaudo de tres peajes, que la convirtieron en una de las rutas más costosas para los viajaros. Cuando esta concesión llegó a su final en 2010 –tenía una duración de 16 años— tuvo una adición para construir la nueva doble calzada Bogotá – Villavicencio desde El Tablón hasta Chirajara. La vía terminó siendo una obra accidentada por el desplome del puente Chirajara, que aunque contó con un diseño ganador de premios de ingeniería una falla geológica fracturó el puente en 2018 dejando un deceso de nueve trabajadores y ocho más heridos. La justicia absolvió de cualquier responsabilidad por error humano a Coviandes.
A finales de 2023 un Tribunal de Arbitramento indicó que la caída del puente no se produjo por las obras de la concesionaria y la ANI fue condenada a pagar los gastos legales y de honorarios, causados por la demanda, que fueron de $ 2.273 millones.
Cuatro años antes de la respuesta del Tribunal, Coviandes se apartó de la vía Bogotá-Villavicencio y le cedió el proyecto a Coviandina, otra concesionaria de Sarmiento Angulo la cual se mantienen con una totalidad de 5 peajes y la cual tendrá hasta el año 2053.
En 2015, y siguiendo en el Llano, su concesionaria Covioriente se ganó la licitación de la construcción de la vía Villavicencio-Yopal, con la que construye 266 kilómetros, a donde le permitieron poner dos peajes, que, sumados a la vía de Bogotá a Villavicencio, quedaría con cinco en total. Esta concesión hasta la cuidad de Yopal, Sarmiento Angulo la tendrá hasta el año 2042.
Sumadas las dos concesiones activas, Coviandina y Covioriente, la comunicación de Bogotá con el Llano quedó en manos de Sarmiento Angulo.
Las otras cinco vías de Luis Carlos Sarmiento
La primera concesión que firmó Sarmiento con Invias en el arranque en la era de las privatizaciones fue la construcción de una de sus carreteras más rentables: los 80 kilómetros con dos peajes de doble calzada Buga – Tuluá – La Paila, cuyo recaudo está en cabeza, Proyectos de Infraestructura S.A, Pisa, otra empresa que está bajo el holding Corficolombiana. Esta concesión va hasta el 2033 y es una de las más transitadas del centro del Valle del Cauca.
Otras de las viejas carreteras de Sarmiento que estrenó el sistema de concesiones iniciado en el gobierno Gaviria es la vía que va de Bogotá hacia los municipios de Funza, Mosquera, Madrid, Facatativá y Los Alpes, la cual empezó a construir en la primera ola de la privatización de Gaviria a mediados de los años 90. Este contrato lo firmó en 1995 con su concesionaria CCFC por un valor de 800 millones de pesos. La vía cuenta con dos pasos de peajes. La vía Bogotá – Los Alpes la tenía concesionada por 22 años para operarla y administrarla. En este 2024 deberá entregarla para que su administración sea licitada nuevamente, ahora por el gobierno de Gustavo Petro.
La vía de cuarta generación 50 kilómetros que cuenta con 2 peajes, que va desde Ancón Sur, a la salida sur de Medellín hasta el municipio de Bolombolo, en Antioquia, le pertenece a la concesionaria Covipacífico, de Sarmiento Angulo, quien firmó a través de su gerente el contrato con la ANI desde 2014 y la entregará en 2043.
La carretera desde el municipio de Mulao al de Lobo Guerrero, también en el Valle del Cauca, de 32 kilómetros también es 100% del holding Corficolombiana. La construcción y mantenimiento de esta vía que se firmó en 2015 estará concesionada a Sarmiento hasta 2044 pero ha tenido todo tipo de dificultades al punto que la responsable de la obra Concesionaria Nueva Vía al Mar S.A.S. (Covimar), intentó en 2021 zafarse de la obra, pero un Tribunal de arbitramento le ordenó en mayo del año pasado retomar y continuarla.
En total Sarmiento Angulo con su holding Corficolombiana tiene 668 kilómetros contratados con el Estado, las cuales financia con 17 peajes, que lo ponen como uno de los grandes jugadores de las concesiones junto a un puñado de empresarios, entre los que están Mario Huertas con su constructora MHC, la familia Aristizábal de Conconcreto, los Correa de la constructora El Condor, y los Pacheco de Colpatria, que han crecido a punta de hacer kilómetros de vías y cobrar peajes.
