Lokillo Flórez cargó corotos en la galería, ofreció dulces en buses y hasta tuvo que madrugar para venderle arepas a las mujeres que viven de la prostitución o para reservar puestos para negociar en las filas de la Registraduría. Desde chiquito entendió que en una sociedad tan desigual, conseguir dinero no siempre sería fácil; pero también que su enorme carisma le abriría las puertas al éxito.
Éxito que comenzó a conocer cuando, motivado inicialmente por un profesor y luego por sus propios padres, comenzó a practicar trova y a ganar concursos de talla nacional. Lokillo improvisaba con tanta maestría estas coplas tan propias de los campesinos colombianos, que años más tarde lo prepararían para explotar los dos talentos que, en la actualidad, lo tienen mojando prensa como si fuera el Poseidón de la farándula criolla: la comedia y el rap.
No fue fácil, pero cuando Lokillo cumplió 18 años decidió que quería instalarse en Bogotá y ya desde allí comenzar a buscar cuanta cantina disponible hubiera para trovar. Viajó por distintas regiones de Colombia y así comenzó a abrirse sus propios espacios.
Entonces dio el salto, primero a Sábados Felices y de ahí a las radios colombianas, donde comenzó a imitar a personajes públicos como Maluma o Popeye y logró que hasta las versiones originales de sus personajes más pedidos se desbarataran de la risa. Un día Popeye le mandó un mensaje privado y a Lokillo, se le fruncieron los tres ojos. Pero por fortuna, lo único que –el temido y sanguinario sicario de Pablo Escobar– quería decirle a Flórez era que estaba haciendo reír a un país que él había hecho sufrir.
Pero una de las razones por las que Lokillo se convirtió en uno de los comediantes más queridos de Colombia, es porque tiene una enorme sensibilidad. Y es que ha tenido experiencias de sobra para alimentarla, para comenzar porque nació en el pueblo antioqueño de Dabeiba, uno de los más golpeados por la violencia guerrillera y paramilitar.
Cuando él y su familia todavía vivían allí y los vecinos comenzaron a desaparecer, los Florez Duarte sintieron que, con la poca plata que tenían ahorrada, era momento de irse para Medellín.
El nuevo comenzar fue muy duro y al poco tiempo se quedaron sin un peso, pero meses después Dabeiba vivió una tremenda masacre con 14 campesinos asesinados y tres desaparecidos, en un día el que también 30 casas fueron quemadas.
En comparación con la pérdida de vidas humanas este dato es menor, pero una de ellas podría haber sido la de la familia Flórez.
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El Lokillo familiar
En realidad, Lokillo se llama Yedinson Ned y él se burla –amorosamente– de sus padres cada vez que tiene que recordarlo en público. Es un hombre tan familiar, que cuando ganó sus primeros 100.000 pesos en un concurso, le regaló la mitad a su madre. Ahora, tiene su propia familia, conformada por su esposa Karen Gutiérrez y sus hijos Santiago y Luciana.
Con su pareja, conocida como La Cachaca, lleva 15 años de relación y ella es su polo a tierra, tanto en lo emocional como en lo económico, porque es la encargada de las finanzas. Es decir, que con ella vivió los primeros mejores años de un éxito que sería difícil medir y más en una vida con tantos aciertos. Porque, ¿cuándo es el momento en el que Lokillo realmente la rompe?
Uno de estos momentos, bien puede haber sido el nacimiento de Rastacuando. El cantante de reggae (y ska) que él no sólo interpreta para hacer reír, sino para desestigmatizar la mirada existente sobre las personas que ocasionalmente se fuman un porro y, más importante aún, para proyectar los ideales de amor y paz que son tan comunes en la música reggae.
Pero Rastacuando no sólo habla de paz, amor y respeto; sino que a estos temas les da un contexto muy actual cuando los relaciona con discursos en contra las desigualdades y las violencias de género.
Aunque el éxito de este personaje sean las composiciones con doble sentido ("Celo un día", "Lo doy pa' lo diario", "Este tema amaste", etcétera), para el cantante “ficticio” no sólo importa la mujer como musa, sino como persona y sujeto de derechos, lo que parecería una obviedad si no viviéramos con los índices de feminicidios tan brutales que existen en la sociedad. Lokillo lo entiende y es cero tibio al respecto.
También es posible que su gran momento de consagración haya sido su llegada a Netflix, donde en plena pandemia lanzó su especial Nada es igual, que tuvo que grabar alejado de la ciudad y con todos los protocolos de bioseguridad y con el que fortaleció su presencia en otros países del continente.
O quizás el Lokillo tamaño familiar sea el que estamos viendo ahora, aquel que recorre todo el país con su espectáculo Perros Criollos, que pasó de presentarse en un bar para 200 seguidores, a meter 25.000 personas en La Macarena. Más de la mitad de las que Karol G metió, hace dos meses, en la primera de sus fechas en el Atanasio Girardot.
@viajerodewakanda #CapCut Ayer se hizo historia, #Alcolirykoz y #perroscriollos llenaron la Macarena en su segunda fecha en Medellín. #lafiestadeloscriollos ♬ Metamorphosiss - iBertoli
Los Perros Criollos que recaudan dinero para perritos criollos
Un día cualquiera, uno de los comediantes más famosos del país, un exlibretista de Sábados Felices y uno de los fotógrafos publicitarios más reconocidos de Medellín, se juntaron a hablar pendejadas en un bar. El formato fue todo un éxito.
Al principio los Perros Criollos eran ellos –y quizás sus seguidores–, utilizando la referencia canina que es tan común entre amigos colombianos y, en particular, paisas. Pero ahora el show también trata de los criollos callejeros, cada presentación también es una colecta económica para ayudar peluditos de la calle.
Quizás conmoviéndose por su labor y seguramente entendiendo el alcance publicitario de los muchachos, marcas como Inducascos, Pulsar o Nequi se han puesto la diez para ayudar a financiar la causa.
El formato de Yedinson Ned Flores, Juan Pablo Martínez (JP) y Julián Gaviria (El De Las Fotos) es simple: tres amigos mamando gallo y haciendo chistes de doble sentido con todo. Pero a diferencia de otros espectáculos similares, las bromas –pesadas o no, depende el gusto del espectador– están hechas más con la intención de hacer reír que de ridiculizar. Cada cosa que dice Lokillo parece haberse sometido antes a un filtro impresionante.
Por ejemplo, en uno de sus últimos shows invitan a un joven invidente, pero además de hacerle alguno que otro chiste pendejo, lo presentan como un gran talento de la improvisación, le dan la oportunidad de mostrar su arte e invitan a la gente a contratarlo. Y queda claro que al hombre no le molestan los chistes sobre su falta de visión, porque incluso él se suma en las bromas.
Entre Perros Criollos tampoco se perdonan una, cada show comienza con los protagonistas rapeando e improvisando –como dirían en el hip hop– tiraeras (puyas), entre ellos. Porque Lokillo no sólo hace trova, imitaciones, stand up comedy o escritos románticos para su esposa. Desde hace pocos años al man le dio dizque por romperla en el rap.
Lokillo, el rapero más amado y más odiado del país
La llegada de Lokillo al FMS Colombia, la versión local de uno de los torneos más importantes del rap del continente, no estuvo exenta de polémicas. Para algunos –importantes referentes del hip hop nacional incluso– Flórez tiene su propio estilo y la rompe a su manera; para otros es el blasfemo de las competencias nacionales.
Años de trova le han dado el ingenio suficiente para que, por lo menos, su enorme talento como improvisador no pase inadvertido en la Freestyle Master Series. Las rimas de Lokillo no solo ridiculizan al oponente por certeras, sino porque tienen una dosis de humor que muy pocos raperos logran proyectar.
Una de sus víctimas favoritas bien podría ser Marithea. Pero no por ser mujer (o afrocolombiana), sino por ser una de sus más talentosas adversarias, quien cuando tenía 23 años se coronó como la campeona de la Batalla de Gallos de Redbull. El evento que, en su momento, era el certamen más importante de hip hop en español. Ella lo entiende y recientemente en un podcast aclaró que no tiene nada contra el comediante: “La gente se monta en muchas películas”.
La primera participación de Lokillo en el FMS Colombia fue en la competencia del periodo 2022-2023, pero por incumplimientos de contrato sus fechas comenzaron a cruzársele con sus presentaciones contratadas como humorista, tuvo que dejar el concurso. Pero esta semana, sus fanáticos comenzaron a proponer que participara en la competencia del periodo 2023-2024.
De acuerdo a las reglas del torneo, ahora que comienza la final en México, existe la posibilidad de sumar a algún participante de otras ediciones que obtenga la mayor cantidad de votos. Lokillo fue el vencedor, lo votaron más de 60.000 personas.
Así que a manera de trova, quizás sea momento de preguntarse: ¿Estaremos a punto de ver a Lokillo coronarse como el peso pesado del hip hop nacional? Todo depende. Tiene posibilidades, si no le da por imitar el muy positivo, pero poco aplaudido rap de Maluma en Viña Del Mar.
