En los últimos tres meses Andrés Felipe Salazar se acostumbró a dormir un par de horas al día, a pasear salón por salón a exponer su propuesta de campaña, a no volver a las fiestas electrónicas que tanto le gustan, a cumplir con lo que le exigía el pensum de la carrera de Ciencias Políticas en la que cursa noveno semestre, a viajar con lo mínimo por Palmira, Cartago, el Tolima Grande, a pasar la noche en vela intentando alargar el magro presupuesto a punta de imaginación con su equipo de finanzas. Luchó sabiendo que la pelea estaba perdida: con tres millones de pesos recolectados en bazares o donados por compañeros de Marcha Patriótica no pensaban hacerle sombra a Sara Abril, quien en los últimos cuatro años ha sido la representante estudiantil ante el Consejo Superior y ha conseguido figuración nacional por el enfrentamiento que tuvo con el presidente Juan Manuel Santos en enero del 2015. Abril, perteneciente al MOIR y al Polo Democrático, había conseguido que los medios nacionales se interesaran por el pésimo estado en la que se encuentran la mitad de los edificios de la Universidad y su multimillonario déficit económico. La visita que hizo el senador Jorge Robledo el pasado jueves 19 de noviembre la consolidaba como la más opcionada.
El lunes 22 de noviembre pasó lo impensado: Andrés Felipe Salazar, nacido en Sibaté hace 22 años había obtenido 4.918 votos contra los 3.700 de Sara Abril. Había podido más el voto de castigo a la campaña excluyente del MOIR que la maquinaria que supieron exhibir en la campaña. Pedro Ravelo, uno de los líderes estudiantiles de la universidad se quejó del manejo que Abril y el Polo le habían dado a la MANE (Mesa Amplia Nacional Estudiantil) en donde, según él “Lo único que hicieron fue organizar una fiesta donde los invitados eran ellos (Polo de diferentes Universidades) y unos cuantos ingenuos de universidades privadas y de esa fiesta salió una organización que dice representar a todos los estudiantes del país”. El discurso de Salazar caló en el estudiantado porque quería dejar atrás la política sectaria del Moir y desde una trinchera más independiente, aunque con un alto componente de Marcha Patriótica, incluyera a todas las fuerzas ideológicas que convergen en la Universidad Nacional.
Salazar empezó a figurar en el movimiento estudiantil desde el primer semestre del 2012 cuando ingresó a la carrera de Ciencias Políticas. Allí empezó a destacarse dentro de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) por un discurso de reconciliación, lejos del ya acostumbrado verso incendiario que ha caracterizado a los estudiantes.
El del martes 22 es un triunfo más en las filas de Marcha Patriótica en la lucha política que tienen las universidades en Colombia: Maria Teresa Rodriguez consiguió entrar al consejo directivo de la Universidad de los Andes, al igual que Esteban Guerrero en el Rosario y Santiago Hernández en la Pedagógica.
Andrés Felipe no tiene tiempo para celebrar. Ahora le propondrá soluciones al rector Ignacio Mantilla que no solo ayuden a recuperar la planta física sino la relaciones entre estudiantes y directivas. Mientras sueña con el día en que pueda estar libre para visitar, al menos por un rato, a su mamá que todavía en Sibaté.
