Fernando Rodríguez Mondragón, hijo del icónico capo del cartel de Cali Gilberto Rodríguez Orejuela, fue condenado en octubre de 2024 por su implicación en el tráfico ilegal de aletas de tiburón, provenientes de especies como el tiburón martillo y el tiburón sedoso, ambas en peligro de extinción y protegidas por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES).
Este caso, marcado por el decomiso de 3493 aletas destinadas a Hong Kong, representa un golpe significativo a la pesca ilegal en Colombia. Rodríguez Mondragón, como representante legal de la empresa Fernapez S.A.S., aceptó cargos tras llegar a un preacuerdo con la Fiscalía General. La condena incluye una pena de 48 meses y una multa de 297 millones de pesos, pero con suspensión condicional, evitó la prisión, siempre y cuando cumpla con un período de prueba de dos años.
El cargamento ilegal, interceptado en el Aeropuerto El Dorado de Bogotá, tenía un valor estimado de 30,000 dólares e incluía especies como el tiburón martillo y el tiburón sedoso, ambas en peligro de extinción según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Este decomiso expuso la sofisticación del tráfico de fauna silvestre, donde las aletas eran procesadas en Colombia, un método que complica su identificación y aumenta su valor en mercados internacionales. Según expertos, este caso no solo refleja la creciente amenaza a las especies protegidas, sino también la capacidad de los traficantes para adaptarse a regulaciones más estrictas.
El caso fue expuesto tras una investigación liderada por Mongabay Latam, OCCRP y Armando Info, quienes, durante nueve meses, analizaron documentos de la Fiscalía General de la Nación, realizaron entrevistas a más de 20 testigos y expertos , y reconstruyeron las rutas del tráfico.
Fernando Rodríguez Mondragón, se instaló en el municipio de Roldanillo, otrora uno de los centros de actividad del llamado Cartel del Norte del Valle, que se formó luego del declive del Cartel de Cali, donde abrió en 2017, en el barrio Los Llanitos, su empresa Fernapez dedicada, según los registros, al “comercio al por mayor de materias primas agropecuarias y animales vivos”, utilizó rutas desde Maicao y Buenaventura hacia Bogotá, para movilizar el cargamento. Aunque aceptó cargos, alegó que un empleado chino, supuesto autor directo del contrabando, huyó del país.
La investigación de Mongabay destacó la sofisticación del procesamiento de las aletas en Colombia, un método que dificulta la identificación de especies y aumenta las ganancias ilícitas. Este caso pone de manifiesto la conexión entre el tráfico de fauna y redes criminales, subrayando la urgencia de fortalecer los controles y la cooperación internacional para proteger especies amenazadas.
*Lea aquí la investigación completa publicada por Mongabay como Colombia: hijo de capo del cartel de Cali envuelto en tráfico de aletas de tiburón a Hong Kong y firmada por Mongabay Latam, OCCRP y Armando Info
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