En el programa de gobierno de Gustavo Petro, las “mujeres” aparecen referenciadas 78 veces. En el programa de gobierno de Federico Gutiérrez, las “mujeres” se referencia en 37 oportunidades. A ojo de buen cubero, se podría decir que ahí ya hay un marco de referencia para intuir que las mujeres tendrán mejor reconocimiento en un gobierno de Petro que de Gutiérrez. Sin embargo, el reconocimiento de las mujeres como protagonistas de un gobierno no se puede reducir a un conteo de la palabra “mujeres”.
Eso debe obedecer a cómo está estructurada la propuesta para las mujeres en uno y otro lado. Por ejemplo, Petro propone para las mujeres cabeza de familia una garantía de “un ingreso mínimo básico por encima de la línea de pobreza”, independiente de la capacidad laboral que las madres cabeza de familia recobren.
Y Gutiérrez propone como meta un “programa de recuperación de las capacidades laborales de las madres cabeza de familia implementado”. Aquí es donde más se marca la materialización del Estado Social de Derecho en Petro que en Gutiérrez, pues el primero piensa en los mínimos vitales que el Estado debe garantizarles a los ciudadanos, en este caso a las mujeres, mientras que el segundo no lo hace.
Miren este ejemplo, y volvamos al conteo de palabras: la palabra “vital” aparece nueve veces (09) en el programa de gobierno de Petro en relación al “mínimo vital de agua a toda la población”, “derecho al mínimo vital monetario”, “mínimo vital de conectividad”, “mínimo vital cultural” “mínimo vital en servicios para adultos mayores”, “mínimo vital en energía” …
Mientras que la palabra “vital” solo aparece una vez (01) en el programa de Gutiérrez, para referirse solo a un meta de “un mínimo vital de datos” para acceso a internet. Es notoria la gran diferencia entre Petro y Gutiérrez, pues el primero es el que mejor garantizaría los derechos fundamentales de los ciudadanos. Ambos coinciden en una pensión o renta vitalicia para adulo mayores.
Pero Petro va más allá y, pensando siempre en garantizar derechos fundamentales, establece que “articularemos las políticas sociales en un sistema único de protección del adulto mayor que incluya la garantía del mínimo vital en materia de servicios básicos”.
Recapitulando sobre el tema de las mujeres, todo el esfuerzo que Gutiérrez hará por las mujeres está centrado básicamente en su séptima estrategia “Nuestras propuestas para un país con oportunidades”, focalizada más que todo en su política de “Enfoques diferenciales y poblacionales para la reducción de desigualdades”.
En esta política se establecen metas ya existentes, como la Línea 155 de atención a mujeres víctimas de violencia y rutas de atención para mujeres. Nada nuevo, todo lo de mujeres se puede resumir en fortalecer o promover acciones que ya vienen de gobiernos anteriores.
Petro, en su programa de gobierno, dedica un capítulo especial a las mujeres y en esa propuesta envía un mensaje más categórico para empoderarlas realmente: creará el “Ministerio de la Igualdad con el fin de articular todas las políticas para el empoderamiento integral de las mujeres, las diversidades de género y orientación sexual, generacionales, étnicas y regionales en Colombia”.
Esta propuesta sí es novedosa y de mucho impacto, pues reconoce que “el cambio es con las mujeres” y les da más presencia institucional a ellas, para que realmente sientan que su reconocimiento no está disperso en políticas gubernamentales, sino que está centrado (Ministerio de la Igualdad) para que la política en torno a las mujeres se desarrolle en todo el andamiaje estatal (articulación de las políticas) y se visualice mejor el impacto en su bienestar (empoderamiento integral).
Incluso, la presencia de Francia Márquez como su fórmula presidencial envía ese mensaje más claro y contundente para ese empoderamiento de ellas y reafirma que “el cambio es con las mujeres”; que Francia Márquez no será un “adorno en el gobierno para las mujeres”, como sí lo ha sido Marta Lucia Ramírez en el gobierno de Duque.
Mujeres, a ustedes les irá mucho mejor con Petro que con Gutiérrez. No lo duden.
