Según la International Association for the Study of Pain (IASP), el dolor puede ser entendido como un fenómeno multidimensional que impacta los componentes fisiológicos, cognitivos y sensoriales de un individuo. Ahora bien, se considera crónico cuando persiste por más de 3 meses, con una periodicidad superior a 5 días por semana.
A diferencia de lo que habitualmente se cree, el dolor crónico no es exclusivo de los adultos. Según informes de la IASP el 40% de los niños entre 6 y 14 años presenta dolor crónico durante la etapa temprana de su vida; en el 77% de estos casos no existe ninguna enfermedad asociada al mismo y solo el 5% de los casos cursan una patología relacionada. Es por cifras tan significativas como estas, que el dolor crónico se ha llegado a considerar un problema de salud pública, según la Organización Mundial de la Salud.
En cuanto al origen del dolor crónico en los niños, el doctor Jairo Moyano, anestesiólogo y coordinador del Comité de Dolor de la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación (SCARE), señala que hay varias causas importantes relacionadas con el mismo, tales como el crecimiento, la inflamación aguda o crónica en las articulaciones, los traumatismos repetidos y la hipermovilidad, que es la flexibilización excesiva de las extremidades; entre las manifestaciones más frecuentes de dolor se encuentra la cefalea o dolor de cabeza, el dolor visceral o cólico abdominal, y el del músculo esquelético o articular. El especialista afirma que en los niños estas condiciones generalmente se encuentran acompañadas por vómito repetido, náuseas o dolores en la parte superior del cuello.
El dolor crónico, especialmente en los niños, representa un reto diagnóstico que requiere de la experticia del médico tratante y de varios recursos diagnósticos y terapéuticos; pues el tratamiento apunta a la causa del dolor y no solo al alivio del mismo. Según el especialista, para evitar la progresión del dolor es necesario partir de una premisa: “Creerle siempre al niño”. Si el menor refiere que tiene dolor con seguridad lo tiene, el segundo paso es realizar una consulta oportuna al profesional de primer nivel de atención o al pediatra, quienes lo direccionarán a una consulta especializada en caso de ser necesario. Por otra parte, es necesario conocer que existen los denominados signos de alarma, que alertan sobre la presencia de una enfermedad grave como causa del dolor, dentro de ellos se encuentran: la fiebre, tos, dificultad para respirar, molestias urinarias, pérdida de peso, falta de energía para el desarrollo de actividades, cansancio permanente, cambios en su apariencia general como palidez, erupciones en la piel, falta de capacidad de concentración, autoaislamiento, entre otros. Ante la presencia de cualquiera de ellos se debe consultar de inmediato.
En este grupo de edad, debido al impacto del dolor en la funcionalidad del niño, el tratamiento está encaminado al uso de recursos como la terapia física, ocupacional y psicológica con el objetivo de restituir la vida escolar y social, la actividad deportiva y todas las destrezas y habilidades del menor.
Por otra parte, también existen procedimientos intervencionistas empleados en casos de recurrencia importante, que contemplan la aplicación de un anestésico local sobre territorios muy específicos; según el doctor, cuando los síntomas no son tratados de manera oportuna pueden traer graves consecuencias en la vida y pleno desarrollo del niño, ya que por lo regular esos dolores que no son tratados en la vida infantil migran a la vida adulta, y tienden a cronificarse permaneciendo presentes incluso 20 o 30 años después.
Finalmente, la recomendación del especialista para los padres de niños con dolores crónicos: “Oír la queja de dolor de los niños y darle la importancia que realmente se merece. El dolor existe, no tiene edad y a veces situaciones graves y delicadas se manifiestan en una etapa temprana con dolor, por lo cual hay que prestarle la debida atención, acudir al médico y no usar como fuente de información internet o casos de familiares o conocidos, ya que cada patología es diferente al igual que su tratamiento".