Earvin Johnson tiene el que, por consenso general, es el mejor apodo que se le ha otorgado a un deportista en la historia. De hecho, muy pocos saben que se llama Earvin, puesto que el mundo entero lo conoce por la palabra que definía su estilo de juego cuando estaba en la NBA: Magic Johnson.
Él, comandando a Los Angeles Lakers, hizo lo que quiso en la mejor Liga de Baloncesto del mundo durante toda la década de los 80, justo cuando recién estaba comenzando a despuntar un tal Michael Jordan.
Magic fue campeón de cinco veces, en tres de las cuáles se alzó con el reconocimiento de mejor jugador de las finales. Todo esto a pesar de su corta carrera que solo duró 13 años. A diferencia de lo que le sucede a la gran mayoría de deportistas que tienen que retirarse antes de tiempo, él nunca sufrió lesiones graves como sí le ocurrió a Larry Bird, con quien protagonizó una de las mayores rivalidades de la historia del deporte, y quien tuvo que colgar las zapatillas por problemas de espalda.
Magic le dijo adiós a su carrera por un tema mucho más delicado. En octubre de 1991 fue diagnosticado como portador del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), el cual puede desencadenar Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida), la misma enfermedad que solo unos días después se llevaría por delante al cantante de rock Freddie Mercury y para la cual, no había control en ese momento, pues los medicamentos empezaron a ser efectivos solo hasta finales de la década de los 90.
Dos semanas después de recibir la noticia, Magic organizó una rueda de prensa en la que le contó al mundo su padecimiento y luego, anunció que retiraba del baloncesto. Meses después, lo convencieron de formar parte del equipo de los Estados Unidos que se llevó la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992.
En la temporada 1995-1996, Magic decidió volver a la NBA para jugar con sus amados Lakers. No obstante, solo disputó 32 partidos y nunca más volvió al baloncesto profesional porque se sintió discriminado, pues en esa época, la gente pensaba que el mortal virus se contagiaba con solo dar la mano.
Tras su retiro se dedicó a concientizar al mundo sobre el VIH y creó la Fundación Magic Johnson para ayudar a investigarla. Después de ese episodio en su vida deportiva, lo que realmente ha marcado su etapa fuera de las canchas son los negocios. Los contratos que tuvo en la NBA le alcanzaron para ganar cerca de USD 40 millones y es nada comparado con los USD 1.200 millones que acumula de patrimonio neto hoy en día.
Tras su retiro, Magic ha contado con el apoyo clave del director ejecutivo de Mandalay Entertainment, Peter Guber y del agente de Hollywood, Michael Ovitz. Ellos le enseñaron todo lo necesario para que poco a poco pudiera comenzar a montar salas de cine, franquicias de comida, hacer negocios de bienes raíces y hasta fundar un proveedor de seguros de vida llamado EquiTrust.
Earvin Magic Johnson ha sabido explotar su pasión por los deportes. Cuando decidió no volver a jugar, tuvo claro que no se podía despedir del todo de ese mundo y comenzó a hacer millonarias inversiones en los equipos.
Paradójicamente, su equipo Los Angeles Lakers nunca ha sido el destino de su dinero, ni tampoco alguna franquicia de baloncesto masculino, pero sí lo ha sido un conjunto de fútbol americano como los Washington Commanders, de béisbol como Los Angeles Dodgers, de baloncesto femenino como Los Angeles Sparks y de fútbol como Los Angeles Football Club.
Todas estas inversiones han hecho posible que la revista Forbes lo incluya en su prestigiosa lista de multimillonarios, en la cual solo hay cuatro atletas. Los otros tres son dos jugadores de baloncesto como LeBron James y Michael Jordan y un golfista como Tiger Woods.
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