La bomba del que pudiera ser el robo del siglo en Venezuela estalló el 21 de marzo pasado. En la contabilidad de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) había USD 21.200 millones de cuentas por cobrar, de los cuales USD 3.600 millones irrecuperables. Un enorme hueco de tres años hecho por los intermediarios que entraron a comercializar el crudo cuando arreciaron las sanciones de Estados Unidos a la petrolera que fue el mascarón de proa de la economía venezolana. El escándalo no ha terminado, alimentado con las detenciones de funcionarios y revelaciones sobre las compañías fantasmas de origen desconocido propiedad de empresarios de toda clase, cercanos al chavismo.
La primera cabeza en rodar fue la de Tareck el Aissami, uno de los hombres fuertes del régimen, ministro de Petróleo, quien se comprometió a cooperar. Cayó entonces el vicepresidente de Comercio y Suministro, el mayor Antonio Pérez Suárez un burócrata que alcanzó a acumular 18 nombramientos en 14 puestos de la administración pública y se fue a la cárcel con 42 funcionarios, hasta la fecha.
El cerco de Washington en 2019 obligó a El Aissami a ingeniar la manera de vender el crudo por fuera los canales tradicionales. Primero recurrió a la petrolera rusa Rosneft para comercializar la mayor parte de sus ventas en Asia, y compensar la pérdida de su mercado más fuerte, el de Estados Unidos. Cuando Rosneft enfrentó por esta causa las sanciones del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, acudió a intermediarios poco transparentes, recién llegados al negocio petrolero, pero muy cercanos al régimen.
El Aissami ingenió la firma de eudir las sanciones cintra el gobierno de Maduro que originó la trama corrupta
Empezó a verse que Venezuela estaba vendiendo más petróleo del que estaba cobrando, que el dinero estaba quedándose en manos de los intermediarios y la corrupción era evidente en un negocio que se estaba moviendo en forma subterránea. Los tanqueros cargados de crudo o fuel oil salían desde las refinerías de Amuay, El Palito o Puerto La Cruz, registrados de afán en Hong Kong, Panamá, Belice o Emiratos Árabes Unidos, poco antes de mandar el crudo a puertos de Singapur, China o Emiratos Árabes, y sin que al momento de zarpar se hubiera constatado el pago. El Aissami había creado también una estructura basada en criptomonedas, de las que Venezuela tenía el Petro, para soportar el cobro de los ingresos por venta, que fue un fracaso de USD 3.000 millones y otro foco de corrupción.
Los 21.200 millones de dólares en cuentas comerciales por cobrar en los últimos tres años, según documentos de la compañía vistos por Reuters y puestos por ella a la luz pública, prácticamente triplican el presupuesto de Venezuela este año que es de USD 7.100 millones. Esa cifra representa el 84 % de las exportaciones totales de la petrolera desde 2020, cuando se retiraron los clientes habituales.
Los novatos que llegaron a pescar ganancias en los tanqueros venezolanos sabían que los pagos deberían ser por anticipado o de contado. A ese esquema se adicionó, la “compensación”, ideada para que los intermediarios pagaran el valor del petróleo con mercancías como alimentos o cubriendo deudas de la propia Pdvsa con terceros. Esa fue la modalidad que en el 2019 usaron los colombianos Alex Saab y Álvaro Pulido tras la fachada de compañías mexicanas manejadas por Joaquín Leal Martínez, un joven empresario que después fue sancionado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, como señala en su investigación el prestigioso portal Armando.Info. Pulido está hoy en una cárcel de Venezuela.
Alex Saab,Álvaro Puido, Majed Khalil, los intermediarios conocidos de vieja data del chavimo
Los investigadores de Armando.Info pusieron la lupa sobre varios intermediarios. Los de vieja data del chavismo, como Saab y Pulido y los hermanos Majed y Khaled Khalil, contratistas en múltiples sectores, desde el eléctrico hasta los Lácteos de Los Andes -expropiada por Chávez y entregada a los Khalil por Maduro- aparecen en el negocio con Montmagastre Ventures registrada inicialmente en Belice, y adeudan a Pdvsa USD 310 millones de dólares por crudo transportado en 2021. Tienen una acción en los tribunales porque en un acuerdo con Indigo Energy International, se cobraría con petróleo y otros productos una deuda que Pdvsa mantenía con esta empresa, pero otras compañías terminaron arrebatando la carga de petróleo con la que Montmagastre cobraría las acreencias de Indigo.
Supraquimic Limited, registrada en Irlanda, con homónima en Caracas, detrás de la cual está el empresario José Alfredo Llamozas González exfuncionario de Banesco y ahora ligado al sector de alimentos, selló en 2020 un contrato con Pdvsa para el intercambio de alimentos por crudo por USD 260 millones; el acuerdo fracasó, pero el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) dice que en diciembre de ese año y enero se llevó de muelles venezolanos nueve embarques valorados en poco más de 226 millones de dólares “que dejó de percibir la estatal petrolera”.
Entre los otros casos que saca a la luz el portal de investigación están grupos empresariales emergentes como el del joven empresario colombiano de origen libanés, Walid El Hage Hage, propietario de Tropical Import, en el estado de Falcón, y relacionado con compañías empaquetadoras de alimentos para las Clap. Esas y otras tres empresas de El Hage le adeudan a Pdvsa USD 120 millones. También está Walker International Dw-Llc, registrada en Emiratos Árabes Unidos, que ha comercializado crudo venezolano por unos USD 76 millones de dólares entre 2021 y este año, de acuerdo con los papeles de Pdvsa, todavía le adeuda USD 34 millones. Con Walker estarían relacionados los hermanos venezolanos Bernardo y Tadeo Arosio Hobaica, dueños de ATB Constructores y otras constructoras responsables de obras en Los Roques, la isla de lujo más famosa del país- Han sido mencionados en Colombia por su vínculo con el proyecto de importar gas desde Venezuela.
Estos y muchos más intermediarios han dejado a Venezuela con tan solo USD 4.080 millones en pagos, 16 % de sus exportaciones de crudo en tres años. Una razón por la que el presidente de Pdvsa decidió tan pronto fue nombrado coger el toro de la corrupción por los cuernos. Pedro Tellechea, proveniente de la dirección de la filial de Monómeros en Colombia -había sido presidente de Pequiven-tomó decisiones importantes e inmediatas: suspender las exportaciones del petróleo venezolano, congelar los contratos de suministro, realizar una auditoría interna con lupa a las finanzas de la compañía, desde sus movimientos diarios hasta las cuentas por cobrar y endurecer las condiciones de pago.
Pedro Teellechea, presidente de Pdvsa puso la lupa en las finanzas de la petrolera y encontró el desfalco
Tellechea habla sido nombrado por Maduro el 6 de enero presidente de Pdvsa y desde el 22 de marzo ministro de Petróleo cuando Tareck El Assaimi puso sobre la mesa de Maduro su carta de renuncia, sobrepasado por el escándalo. De la misma promoción del liceo militar de El Aissami, el ingeniero Tellechea se ha convertido en uno de los hombres del petróleo más poderosos, asumiendo la renuncia de su antecesor con quien se había reunido unas pocas semanas antes para un encuentro con el director de la petrolera rusa Rosneft, en Caracas. Mientras tanto, en las calles de la capital más de un venezolano se pregunta todavía cómo pudo cometerse tan gigantesco desfalco.