El tan poderoso como desconocido más allá del ámbito local, contratista barranquillero Euclides Torres quien opera desde Puerto Colombia se había limitado a financiar las candidaturas al Congreso de su vecino Armando Benedetti, quien tiene una ampulosa mansión en el Puerto cuya valiosa construcción forma parte de un cuantioso patrimonio por el que está siendo investigado en la Corte Suprema de justicia.
Al amparo de Benedetti Torres fue conformado su aparato político familiar de la mano de su hermano Camilo Torres, quien igual que su esposa Martha Villalba fueron alcaldes de Puerto Colombia. Ella brincó luego a la Cámara de Representantes por Atlántico como parte de una doble apuesta del senador Benedetti quien el 2018 logró su elección en el Atlántico y Efraín Torres, hijo de Euclides por Bogotá. Fue el comienzo de una provechosa carrera electoral combinada con contratos. En las elecciones de este octubre volvieron a coronar.
En la génesis de todo está el cura Bernardo Hoyos quien fue elegido alcalde la primera vez en 1991 y repitió en 1998. Desde entonces se propuso darle juego a nuevos contratistas distintos a los que mandaban apoyados por los partidos tradicionales. En esa cosecha entró Euclides Torres, quien conocía al Cura desde su época en que rector de la universidad a distancia. Su fuerte eran los servicios públicos y juntos concibieron el público privado de la ‘Triple A’ en Barranquilla.
Fue el cura Hoyos, condenado por temas de corrupción, quien le dio a Torres los primeros negocios relacionados con alumbrado público y tránsito y con Metrotel lo inició en el negocio de las telecomunicaciones. Son tres décadas construyendo su entramado de contratos, difícil de desenredar.
La cercanía de Euclides Torres y el Cura Bernardo Hoyos fue tal, que el segundo fue investigado por presuntamente recibir prebendas del primero en su administración, como lo contó en su momento El Tiempo. Una relación que 30 años después rindió nuevos frutos y de qué manera. Hoyos quien siembre ha fungido ser de izquierda y su Rincón Latino ha sido amplio lugar de encuentro. Conocía bien a Gustavo Petro y sirvió de puente con Torres y le dio la confianza que Benedetti necesitaba para su entrada a la campaña presidencial cuya eficacia probó con la organización de la multitudinaria concentración del 21 de septiembre en la Plaza de la Paz.
Fue la carta de presentación triunfal quien, como el propio Benedetti ha dicho, contaba con el respaldo económico de su compadre Euclides Torres que se hizo sentir en toda la Costa Atlántico. Entregó rodos de dinero en efectivo que no habrían sido reportados y por las cuales Euclides Torres fue llamado a declarar al Consejo Nacional Electoral. Se negó a comparecer. Una práctica que su aliado Benedetti ha aplicado permanentemente.
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