Las políticas y estrategias frente a la inseguridad ciudadana en todos los rincones del país generalmente se han enfrentado con acciones coercitivas ideadas por el Estado. Desde hace muchos años ha imperado este modelo que ha tenido fallas evidenciadas en el aumento de los niveles de inseguridad. Se necesitan correcciones a este modelo que permitan entender las causas y consecuencias reales de la criminalidad a nivel local y nacional.
Las medidas normalmente van guiadas en una doble vía que hace control del delito, apuntando a una buena interrelación entre el gobierno nacional y los gobiernos locales. Sin embargo, estas medidas tradicionales se olvidan de un actor fundamental a la hora de crear buenas prácticas para frenar el delito: la participación ciudadana.
La ciudadanía cumple un papel fundamental en la medida que al establecer relaciones con el Estado, se crean actores capaces de prevenir, denunciar y hacer control al delito. Al establecer esta relación además se genera un ambiente de confianza entre la autoridad y la ciudadanía que permite que la percepción frente a la inseguridad mejore. En ciudades como Bogotá se implementaron programas importantes como los frentes por la seguridad, los cuales tuvieron resultados destacados en materia de denuncia y percepción de seguridad hace mas de una década con participación activa de la comunidad.
Las personas en Colombia en muchos casos se sienten excluidas de los asuntos atinentes al sector público, donde muchas manifiestan la poca participación sobre los asuntos que en general las afectan. La política de seguridad ciudadana debe ser construidas a partir de la participación de las personas sobre las cosas que tienen que vivir a diario en las ciudades, ya que son quienes sufren situaciones como el hurto, homicidio, robo de celulares, entre otros. Sin duda alguna con todas estas experiencias, son ellos los que pueden nutrir de manera efectiva cualquier tipo de inteligencia para la lucha contra el crimen.
La juventud juega un papel fundamental en la educación para la lucha contra la delincuencia, debido a que en las edades mas tempranas es donde se empiezan a gestar los primeros brotes de delincuencia y con la aplicación de medidas guiadas a la prevención, es posible reducir las tasas de criminalidad en las principales ciudades y el resto del país. Además, si los jóvenes participan activamente en las políticas contra la criminalidad, se puede incentivar la cultura de la denuncia desde edades tempranas, permitiendo así tener mayor control sobre los delitos cometidos en el territorio.
En Colombia hay buenos instrumentos para fortalecer la lucha contra la criminalidad mediante la participación ciudadana, se han creado los Consejos de Seguridad los cuales permiten que la población participe activamente sobre las situaciones que generan violencia en las ciudades. Es fundamental seguir aplicando y fortaleciendo todos estos programas a nivel nacional y territorial, con el fin de tener ciudades mas seguras para las personas.
