Alumno.—Alejandro, es que yo me siento como un huevón.
Profesor. —¿Por qué?
Alumno.—Porque yo acepté que hice trampa en el examen y voy a sacar un cero mientras que yo sé de personas que también hicieron copia, no aceptaron y no les va a pasar nada.
Profesor.—¿Y en qué momento actuar correctamente es ser huevón?
Esta fue la conversación que tuve con un alumno hace varios años, conversación que agradecí profundamente por su honestidad en compartir lo que él sentía y porque ayudó a revelar que este era un sentimiento generalizado en los demás estudiantes. En el colegio y en la universidad nos forman para que le demos más importancia a la opinión de los demás sobre nuestros actos que a nuestra propia opinión de nuestro comportamiento.
¿Esto por qué pasa? Porque en la educación actual evaluamos a los niños en vez de enseñarles a valorarse. Esta es una de las principales razones por la cual los políticos, los empresarios y las personas robamos: porque mientras no me cojan, todo está bien. Porque mientras la gente crea que yo soy buena persona, no importa si no lo soy. Y así lo fundamental termina siendo aparentar ser algo en vez de serlo de verdad.
¿Y esto en qué termina? En que me importa más parecer un buen papá que serlo. Me importa más que se vea que mis hijos tienen buenos juguetes, buena ropa, que viajamos, etc. porque es lo que “sí se ve”, a que yo sea cariñoso, paciente y que les dedique tiempo porque eso “no se ve”. Y así con todo… le damos más importancia a aparentar ser buen esposo, buen empleado, buen hijo, buen amigo en vez de realmente serlo.
¿Qué son Facebook y las demás redes sociales? Una alabanza a la apariencia. ¿Qué son las revistas de jet-set y los programas de farándula? Lo mismo. La consecuencia de esto es que la vida se convierte en una competencia desde la apariencia y no de la esencia. Lo primordial es que la gente crea que soy feliz y que tengo muchos amigos independientemente de que esto sea falso.
Por lo tanto, siempre estamos comparando nuestros carros, nuestros viajes y nuestra ropa con los carros, viajes y ropa de los demás, pero nunca comparamos nuestra paciencia, nuestra generosidad y nuestro cariño con la paciencia, generosidad y cariño de los demás. Queremos ser personas que cada día tienen más cuando deberíamos estar pensando en simplemente ser mejores personas.
Mientras sigamos evaluando a los niños en vez de enseñarles a que ellos mismos se evalúen, tendrá más valor aparentar ser honesto que realmente serlo, tendrá más valor aparentar ser fiel que realmente serlo, tendrá más valor aparentar ser un buen ser humano que realmente serlo.
@acardenas999