En las líneas del libro Ética del Comunicador Profesional, escrito en la década de los 90, el autor menciona que dentro de las responsabilidades profesionales está ser cuidadosos y responsables cuando elijamos nuestra vocación. Esto con el fin de evitar que a largo plazo cambiemos constantemente de decisión o que en un futuro empleo no brindemos los mejores resultados. Sin embargo, esta situación podría resultar siendo un tema más complejo si se tienen en cuenta las implicaciones que llevan el camino hacia una profesión.
Desafortunadamente, no todas las personas pueden elegir cuál es el trabajo que más les gustaría o les apasionaría desempeñar, porque simplemente no consiguen educarse para llegar a ese momento. Al omitir esta realidad, nos puede resultar sencillo criticar, opinar y juzgar la vida de los demás. No obstante, en lugar de eso, deberíamos pensar con detenimiento que actualmente un gran número de personas no tienen la oportunidad de educarse, y si la tienen, eso no garantiza que lleguen a contar con la posibilidad de decidir la profesión a la cual les gustaría dedicarse.
Este panorama es la realidad de muchas personas en Colombia, las cuales, debido a diferentes factores, no logran tener acceso a la educación, y esto puede generar afectaciones en su calidad de vida a futuro, pues evidentemente no contaran con igualdad de oportunidades al momento de querer ingresar a un mercado laboral que es cada vez más exigente. En estas circunstancias las personas se ven en la obligación de aceptar un trabajo solo con el propósito de encontrar sustento para sus familias, ya que no tuvieron la posibilidad para pensar cuál sería la carrera profesional que más se ajustaba con su vocación.
Pese a que este no es un problema reciente, en la actualidad se ha hecho más evidente con la pandemia del COVID-19 la inequidad que existe en el sistema educativo del país, pues no solo existe la contrariedad de que muchos estudiantes no tienen las condiciones (internet, computadores o dispositivos móviles) para acceder a sus clases, sino que incluso muchas instituciones educativas no tienen la disposición para brindar sus clases de manera virtual. Esto lleva a cuestionar las gestiones llevadas a cabo por el Estado, ya que el hecho de brindar disponibilidad no garantiza que se esté ofreciendo una educación de calidad.
Así como la situación mencionada anteriormente, pueden ser otras las causas que conllevan a no recibir una educación, pero que por lo general desencadenarán un panorama similar, pues las personas no dispondrán de la oportunidad de elegir cuidadosamente cuál es la profesión que quieren desempeñar a futuro, por lo cual se verán en la obligación de optar un trabajo por necesidad y no por vocación.
Si bien esto no excluye las responsabilidades que cada profesional debe tener con su labor, es importante que se garantice por lo menos el acceso a la educación si se quiere generar la oportunidad de que la mayoría de las personas puedan decidir a qué se quieren dedicar en su vida laboral, porque, de lo contrario, ¿cómo vamos a elegir responsablemente nuestra vocación cuando no tenemos la posibilidad de educarnos para entender siquiera el significado de esta palabra?