Es importante resaltar que la población más susceptible al suicidio, es la comprendida entre los 15 y 24 años. A esta edad, no se es adulto aún con todas las herramientas y se está sometido a la carga social, a la falsa ilusión de una felicidad colectiva, en un mundo en constante crisis, con el inicio del consumo de alcohol y estupefacientes.
Hay que mantener una vigilancia al abuso de sustancias y al entorno. Entre más tiempo dure una noticia de suicidio, más adolescentes deprimidos copiaran este comportamiento. Entre más se consuma alcohol, mayor será la depresión. El cerebro puede estar deprimido, pero observa y aprende. Se debe consultar, lo más pronto posible, a cualquier entidad médica; enfermeras, médicos generales, sicólogos, sicoterapeutas y siquiatras.
Se debe establecer, la historia personal, la capacidad de entender sus responsabilidades, descartar enfermedades concomitantes, determinar los niveles de vitamina D, de ácido fólico, y de hormonas tiroideas, preguntar por abuso de alcohol, dependencia a otras sustancias, hábito de tabaquismo, sedentarismo e historia familiar de depresión u otras enfermedades mentales, drogadicción y sedentarismo. Descartar otra enfermedad autoinmune e inflamatoria, desde las intestinales hasta la gingivitis e indagar por la alimentación.
El siquiatra determinará si es una depresión menor, mayor, bipolar, post parto o un manejo inadecuado traumático en un entorno no facilitador. Si ha habido ideas de suicidio o intentos y determinar el riesgo inminente de autoagresión que requiera un manejo intrahospitalario.
Los antidepresivos son la elección, pero no la única herramienta. Toma mínimo 4 semanas en restaurar el equilibrio del sistema neurotransmisor cerebral; no habrá una respuesta clínica adecuada antes de este tiempo.
De igual forma, el paciente requiere apoyo continuo de la familia o reubicación si el entorno no es sano, ya sea un entorno escolar o laboral. ”Mamá ese colegio a mí no me gusta, me molestan mucho”. “No me aguanto a mi jefe, me tiene enferma”.
En el proceso de sanar el sistema cerebral, se debe retirar los alimentos inflamatorios e instaurar un incremento en los alimentos desinflama torios (menos azúcar, menos carbohidratos refinados, menos grasas trans y aumentar las espinacas, aguacate, remolacha, pimentones, tomates, nueces, brócoli, fruta y nueces).
Obtener un peso adecuado es fundamental, hacer deporte, energizar al cuerpo es tan importante, como el adecuado descanso, lúdico y recreativo.
Contar con el apoyo del psicólogo, para que le ayude a hacerse responsable de su pensamiento y de su historia personal.
-¿Por qué tu hijo no se anima a jugar con los otros niños?
-Ay mija , tiene fracturada las dos piernas y una inflamación en la cadera que le está comiendo la cabeza del fémur.
-Pero mija, Ya!! llévalo al médico.
-Será?
De este modo, todos los padres de familia debemos estar atentos al comportamiento de nuestros hijos, los cambios en su estado de ánimo y sobre todo, escuchar con detenimiento lo que dicen, ya que detrás de la frase, hay un sentimiento, un malestar, una situación estresante, un cortisol que aumenta y unos genes que están dispuestos a activarse.
Donde radica el problema, radica la solución.
Alejandro Velásquez U
Endocrinólogo Pediatra