Dicen por ahí que el poder es una maldición y que tiene la cualidad de amplificar lo mejor y lo peor de cada uno. Sobre todo, hay un error muy común entre los hombres que llegan al poder, y es creer que les pertenece, dándole la espalda al pueblo que les confió la responsabilidad de liderarlos.
La crisis en Chile está llena de lecciones sobre todo lo que hay que evitar en el manejo de una protesta. La primera: evitar los mensajes dobles que oscilan entre la conciliación y la dureza. La estrategia de entrada del gobierno chileno fue tratar a los estudiantes como “delincuentes” y amenazar con quitarles la tarjeta Nacional Estudiantil.
Después de la jornada del 18 de octubre, el presidente Piñera declaró el estado de emergencia en varias partes del país y ordenó a las fuerzas armadas que asumieran el control de las zonas bajo el estado de emergencia. La declaración del estado de emergencia, sin embargo, sólo exacerbó los enfrentamientos. Al día siguiente, Piñera cambio radicalmente su tono y declaró que había “escuchado con humildad y con mucha atención” la voz de sus compatriotas y anunció la conformación de una mesa amplia de diálogo.
Como este anuncio tampoco logró calmar los ánimos, el 20 de octubre el presidente volvió a cambiar el tono y anunció mano dura: “Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada, ni a nadie, que está dispuesto a usar la violencia y la delincuencia sin ningún límite, incluso cuando significa pérdidas de vidas humanas, que está dispuesto a quemar nuestros hospitales, nuestras estaciones del Metro, nuestros supermercados, con el único propósito de producir el mayor daño posible a todos los chilenos.”[1] Estas declaraciones fueron ampliamente criticadas por irresponsables y conducentes a la polarización. En los enfrentamientos posteriores, murieron veinte personas. Tras cinco días de manifestaciones, el presidente Piñera volvió a dirigirse al país, pidió perdón y anunció una serie de reformas como parte de una «Nueva Agenda Social». El 25 de octubre, durante la “marcha más grande”, el presidente se solidarizó con los manifestantes, pero ya era demasiado tarde y pocos le creyeron.
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Los políticos suelen con frecuencia esconder su profunda incompetencia detrás de las fuerzas de seguridad y policía
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Hay que saber comunicar y tener a la mano una estrategia coherente. El gobierno chileno no supo leer las señales del descontento y las protestas lo tomaron por sorpresa, por lo que su respuesta parecía dictada por los eventos en la calle. Al perder la iniciativa, todas las propuestas llegaron demasiado tarde, mientras seguían creciendo las pérdidas económicas y sociales que motivaron una acusación constitucional demandando la destitución del presidente Piñera.
El problema del uso de la fuerza es que siempre deriva en violencia excesiva. Las cifras son demoledoras, oficialmente se han registrado más de 2.808 heridos atendidos en hospitales por lesiones de bala, perdigones y golpizas. Entre los detenidos hay más de 7.259 personas, incluidos 867 menores de edad.[2] La policía chilena no supo aislar y arrestar a los pocos provocadores y violentos, y sus prácticas masivas alimentaron el descontento y el contraataque. El 21 de noviembre, la Dirección General de Carabineros indicó que 1.896 agentes resultaron heridos entre el 18 de octubre y el 20 de noviembre, y que 127 de estos presentaban lesiones graves.[3]
Los políticos suelen con frecuencia esconder su profunda incompetencia detrás de las fuerzas de seguridad y policía, que a su vez se olvidan de que ellos también son pueblo, y su mandato constitucional es proteger la vida, no atropellarla. El presidente Duque ha mostrado hasta hoy una absoluta incapacidad para reflexionar sobre lo que está mal en su gobierno. Si comete el error de pensar que la protesta se acabó, estará arruinando todo su margen de gobernabilidad futuro.
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[1] «Presidente Piñera: "Estoy seguro de que, con la unidad de todos los chilenos, vamos a derrotar a los violentistas y vamos a recuperar el país en paz y el país con libertad que todos queremos"». Presidencia de la República. 20 de octubre de 2019.
[2] Instituto Nacional de Derechos Humanos[@inddhh] (22 de noviembre de 2019). «[Última actualización] manifestaciones, comisarías y centros hospitalarios, desde el jueves 17 de octubre hasta el lunes 25 de noviembre.» (tuit).
[3] Citado en Human Rights Watch, Chile: Llamado urgente a una reforma policial tras las protestas. Uso excesivo de la fuerza contra manifestantes y transeúntes; graves abusos en detención, New York: HRW, 26 Noviembre, 2019.
[1] CNN Chile. «Min. de Economía y nueva tarifa de Metro: “Quien madrugue puede ser ayudado a través de una tarifa más baja”».7 de octubre de 2019
[2] María José Villarroel, "Chile se quema y él come pizza": medio italiano critica a Piñera por ir a cumpleaños durante crisis” BioBio Chile, Domingo 20 octubre de 2019, https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2019/10/20/chile-se-quema-y-el-come-pizza-medio-italiano-critica-a-pinera-por-celebrar-cumpleanos-familiar.shtml
[3] La Tercera confirma que audio filtrado de Cecilia Morel es real». Chilevisión. 21 de octubre de 2019.