Sin caer en la tentación de dar nombres, quiero, en este artículo, analizar las principales características que debe tener el próximo entrenador del Club Atlético Nacional.
En primer lugar, el nuevo técnico debe de tener algún conocimiento, parcial o amplio, del contexto local, tanto a nivel de fútbol como en lo social y cultural de nuestro país. Esto con el fin de ahorrarse, en cierta medida, lo referente a la adaptación que implica vivir en una ciudad nueva.
En segundo lugar, debe ser un técnico que cuente con una trayectoria importante, ya sea a nivel de clubes o de selecciones o ambas, dado el caso. Los experimentos en un club con tanta presión pocas veces dan resultados, y en el contexto propio del equipo no da en estos momentos para otro error.
En tercer lugar, el nuevo entrenador tiene que haber sido campeón con algún otro club y probado las mieles del éxito, ya sea a nivel local o internacional (mucho mejor). Un equipo tan grande demanda entrenadores que sepan armar estructuras solidas y campeonas. Además, es de tener en cuenta que este equipo debe ser campeón una vez por año como mínimo.
En cuarto lugar, debe ser un entrenador que tenga experiencia en el concierto internacional, que sepa manejar las presiones de los torneos sudamericanos y sea capaz de responder ante una Copa Libertadores con creces.
En quinto lugar, el nuevo técnico debe ser conocedor de las presiones de una hinchada masiva que reclama con creces cuando los resultados van mal. Por eso la elección de un colombiano, argentino o uruguayo es apropiada para los niveles de fanatismo, idolatría y desborde de las hinchadas del sur del continente.
Para finalizar solo me queda hacer una pequeña reflexión. Sea quien sea el técnico que elija la Comisión Directiva, la hinchada debe acompañar, dejar ese sesgo y odio hacia lo desconocido. La hinchada de Nacional es muy grande, pero igualmente lo es para dividir, criticar y terminar procesos.