El segundo hombre más rico de Colombia, David Vélez, nació en Medellín en octubre de 1981, pero a los nueve años se mudó a Costa Rica huyendo de la violencia generada por los carteles de la droga. Pertenece a una familia de emprendedores paisas cuyos negocios en los sectores textil y manufacturero son ampliamente conocidos, su tío, Juan Raúl Vélez, es el cofundador y actual presidente de Cueros Vélez, y los hermanos de este último son los fundadores de Bosi, Enjoy y Safeti entre otros; el primer trabajo de David fue en la también familiar Multiherrajes seleccionando botones en la fábrica, dinero que ahorró y con el cual compró una vaca. El total de los tíos paternos, once, tienen su propio negocio, por lo que David fue criado bajo el mantra paisa: “hay que emprender, no se puede tener jefes, hay que hacer el propio camino”.
Al graduarse de bachillerato viajó a Alemania a estudiar matemáticas, para luego a los 19 años irse a estudiar a la Universidad de Stanford en Estados Unidos, de donde se graduó de ingeniero y ciencias administrativas en 2005. Su camino no se decantó por la ingeniería sino por las finanzas, trabajó dos años como analista en Nueva York con la empresa Morgan Stanley, de la cual se retiraría para trabajar con General Atlantic, una firma que estaba comenzando a hacer sus primeras inversiones en Brasil y que envió a David a Sao Paulo para crear su oficina e investigar las oportunidades de inversiones disponibles.
A los tres años, David decidió que era el momento de hacer un MBA y regresó en 2010 a Stanford, universidad cuya su orientación académica hacia los start-up siempre lo han atraído. Al graduarse, comenzó a trabajar con Sequoia Capital, una empresa de fondos de inversión en Nueva York, que también estaba buscando nuevas empresas para invertir en Brasil y que tomo ventaja de la experiencia previa de David y lo encargó de abrir una oficina en este país donde se encargaría de detectar inversiones en Latinoamérica.
Durante tres años, Vélez se dedicó a analizar posibilidades de inversión, por lo que cuando Sequoia Capital decidió cerrar su operación local, David revaluó sus planes. Contento con el mundo financiero, más no con el sistema bancario brasileño donde había descubierto muchas falencias y un proceso super burocrático, se le iluminó el emprendimiento, como él mismo dice, al buscar una manera de aprovechar la tecnología para competir contra los bancos brasileños. Decidió pasarse de inversionista a emprendedor.
Cristina Juqueira, Edward Wibble y David Vélez, los fundadores de NuBank
Se asoció con el norteamericano Edward Wibble y la brasileña Cristina Juqueira (exsupervisora de la cartera de tarjetas de crédito del banco Itaú Unibanco), y presentaron su plan de un banco digital a dos fondos de inversión, Sequoia Capital y Kaszek Ventures con quienes lograron obtener los primeros USD$ 2 millones para comenzar el emprendimiento. Con dos empleados iniciaron operaciones en una pequeña casa ubicada en Sao Paulo, y en septiembre del año siguiente llevaron a cabo el lanzamiento público de la tarjeta de crédito Nubank, cuyo gran atractivo era y es “cero cuota de manejo”. Nu, además de sonar como “New” o nuevo, en portugués quiere decir desnudo, sin ropa, se utiliza como concepto ofrecer productos simples y transparentes.
La idea tenía puntos a favor y varios en contra. Brasil aunque es un mercado grande, no estaba entre los más innovadores del mundo, es una de las economías más cerradas y un lugar difícil para que prosperen actores económicos extranjeros. Solo cinco bancos nacionales y pertenecientes a poderosas familias, controlaban el 80 % del mercado cobrando altos costos por productos financieros simples y se encontraban gracias a los costos que manejaban, dentro de las diez empresas más grandes y más rentables del país.
A su favor el grupo de Vélez tenía, que era el año 2013 y el país contaba con una buena penetración de internet y celulares inteligentes, con una población joven y muy activa en redes sociales. Ideas similares habían empezado a surgir con bastante éxito en Estados Unidos. En Brasil, visitar una sucursal bancaría era un odisea, la inseguridad las había convertido en un pesadilla para los clientes, quienes se tenía que someter a revisiones de seguridad parecidas a las de los aeropuertos. Un banco digital para los milenios que no requirieran visitar oficinas fue la gran apuesta.
David Vélez de 40 años vive en Uruguay entre Punta del Este y el barrio montevideano de Carrasco
Vélez es el actual presidente ejecutivo o CEO de Nubank, cuya sede principal está en Sao Paulo, y que ya cuenta con 35 millones de clientes entre Brasil, Colombia y México. El banco ofrece los servicios de tarjetas de crédito, cuentas bancarias y seguros de vida. Con 40 años, Cristina Junqueira, está al mando de la firma en Brasil y es reconocida como una de las mujeres más poderosas de ese país; Edward Wible es el CTO (Chief Technology Officer), responsable de la infraestructura y el desarrollo de tecnología de la empresa.
Nubank ingresó a Colombia en septiembre de 2020, y un año después, el 9 de diciembre de 2021, David Vélez, tocó la campana de la Bolsa de Nueva York, junto con sus cofundadores y la empresa se volvió pública, convirtiéndose en el banco más cotizado de América Latina, por delante de Itaú Unibanco, y el banco digital de mayor valor en el mundo, con un precio de mercado de USD 41.000 millones. Aunque el precio de la acción no ha sido inmune a la caída de las empresas tecnológicas este último año, cuenta con un gran respaldo, su mayor accionista es Berkshire Hathaway, propiedad del reconocido inversionista norteamericano Warren Buffet, quien posee un 3.07 % del banco, y que equivalen a cerca de USD 535 millones.
David Vélez cuenta con una fortuna está estimada por la revista Forbes en USD$ 4.200 millones, cifra que lo convierte en el segundo hombre más rico del país, ubicado entre dos banqueros, Luis Carlos Sarmiento Angulo y Jaime Gilinski Bacal. Es el primer emprendedor digital colombiano en aparecer en esta exclusiva lista, y donde su riqueza no es heredada sino construida por el mismo.
Está casado con la economista peruana Mariel Reyes, en agosto de 2021, ambos anunciaron su compromiso de donar en vida a filantropía la mayoría de su fortuna para ayudar a resolver problemas sociales en América Latina, para lo cual se han adherido a una iniciativa denominada Giving Pledge, siguiendo el ejemplo de Warren Buffet o los Gates.
Mariel Reyes, un año mayor que Vélez, trabajó en el Banco Mundial durante diez años, y desde hace tiempo dirige una start up, “reprograma”, que enseña programación informática a mujeres vulnerables, sobre todo negras y transexuales en Brasil.
Nubank ha recibido varios reconocimientos en los menos de diez años que lleva operando y que incluyen ser catalogada como “La Empresa más Innovadora de América Latina” por la revista Fast Company, la aplicación más innovadora por parte de la App Store, y el “mejor banco de Brasil” según la revista Forbes, entre otras.
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