Hay gente que por bonita, famosa, rica o lo que sea, puede tener 20mil, 30mil, 50mil o hasta 100mil seguidores. Pero son pocos. A los simples mortales nos toca trabajar si queremos crecer en Instagram. Yo lo hice desde julio de 2017. Mi cuenta tenía cinco años y algo más de 400 seguidores. Lo mucho o lo poco que crecí desde entonces es relativo pero a la fecha de escrito este artículo tengo cerca de 10,700 seguidores. Me costó año y medio de trabajo no remunerado. Ni idea cuántas horas de ese año y medio fueron frente a mi celular, pero estoy casi seguro que en ese tiempo hubiera podido hacer, por lo menos, una especialización. Hoy me siento como si tuviera una maestría en Instagram. Solo que no me la dio ninguna universidad; lo que sé es porque lo he vivido. He pasado tardes enteras en un café sentado frente al celular creando y organizando contenidos, repartiendo likes, monitoreando hashtags, revisando mis estadísticas o simplemente navegando en Instagram para entender cómo funciona.
Además, el solo hecho de haber construido mi propia audiencia me da propiedad para decirle a alguien cómo manejar sus redes sociales. Las empresas pagan cifras millonarias a agencias por eso. El problema es que las agencias están llenas de gente con cuentas privadas y personales de 200 seguidores que no tienen idea real de lo que es construir audiencia. Yo soy periodista y la experiencia me sirvió mucho porque lo que hago en Instagram es otra especie de periodismo. Todo el tiempo tengo que sacar ideas de dónde no las hay, me toca pensar formas para atraer y enamorar a la audiencia a mis contenidos. Básicamente uno en Instagram hace marketing de historias. Aquí comparto algunos de los aprendizajes de este ejercicio:
1. Generar contenido de calidad es la base de todo. Ninguno de los próximos consejos tiene sentido si el contenido que usted genera es malo. Es importantísimo hacer buenas fotos, buenos textos y buenos vídeos (si hace vídeo). En redes sociales los conocimientos de escritura, fotografía, edición y storytelling lo son todo. Si no sabe de esto le toca aprender. Apps como Snapseed y VSCO son excelentes para editar fotos en celular. Los captions no pueden parecer tomados de Wikipedia. El problema es que generar buen contenido toma tiempo y esfuerzo. Hay que producirlo y ajustarlo. Yo, por ejemplo, he gastado hasta una hora cuadrando un post. Cuido cada detalle. Gracias a que soy periodista entiendo la importancia de la primera oración de un caption. Esas primeras palabras que Instagram muestra en el feed son determinantes para el engagement del post porque de eso depende si la gente lo lee o sigue derecho. La mejor frase de un post debe ir al principio.
2. Asumiendo que su contenido es de buena calidad, el siguiente paso es promocionar la cuenta. Instagram es como la vida real; usted puede ser el mejor en lo que hace, pero si no se da a conocer, nadie lo va a contratar ni le va a comprar nada. Hay muchísimas formas de promocionar una cuenta pero el objetivo siempre es hacer que usuarios miren el perfil, no importa si dan follow o no. En mi caso, la estrategia más exitosa para promocionarme es repartir likes. Lo hago con usuarios que siguen o dieron like a cuentas parecidas a la mía. Es clave asegurarse que los likes llegan a usuarios activos y reales. Por eso también me sirve mucho dárselos a quienes acaban de postear en alguna locación como “Bogotá”. Darle tres o cuatro likes a una persona es mi forma de invitarle a que mire mi cuenta y que si le gusta lo que hago, me siga. He tenido jornadas de hasta tres horas repartiendo likes y he ganado hasta 80 seguidores en un día gracias a esto.
3. En Instagram la gente quiere ver caras. Y siendo sincero, si son caras bonitas, mucho mejor. Pero si no es el caso, igual hay que mostrarla. Ver al propietario de la cuenta en la foto aumenta su engagement. No tenga miedo de ser vanidoso, narcisista o estúpido. Nunca hay que dejar de postear una foto o una historia porque “Qué boleta” o “Qué oso”. La clave es encontrar equilibrio. Por ejemplo, yo no quiero que mi feed sea un collage de fotos mías, pero también siento que si es MI cuenta tengo que estar yo ahí. Todo es bueno en su justa medida.
4. Ya dije que en Instagram la gente quiere ver gente. Por lo tanto, pienso que lo peor que se puede postear son imágenes armadas por un diseñador gráfico. Este contenido se siente completamente artificial, carece de vida y autenticidad. Es contrario a todo lo que se supone que es Instagram. Solo hay que revisar el engagement de las cuentas de marcas cuyos posts son piezas de diseñador gráfico, imágenes de stock, textos, banners, etc. Este es uno de los mayores pecados de las agencias, que le venden al cliente una parrilla de contenidos quincenal o mensual como quien vende comida congelada. Con el contenido en redes pasa lo mismo que con el pescado congelado; siempre va a saber mejor cuando está fresco.
5. Ya dije que el equilibrio es fundamental. Por eso me gusta hablar de una espontaneidad estructurada para definir el punto justo entre unos contenidos organizados, producidos y cuidados pero que no pierden la espontaneidad clave para conectar con la audiencia. Pienso que @saschafitness es una muy buena exponenete de esa espontaneidad estructurada. Si se peca por exceso de organización pasa lo que describo en el punto anterior y terminamos llenando a nuestros seguidores comida congelada casi que desabrida. Si me tocara escoger, prefiero pecar por exceso de improvisación y descuidar la estética de la cuenta. En últimas, lo que importa es conectar con la audiencia.
6. En Instagram los hashtags son un todo. Aunque su funcionamiento no es totalmente claro y hay muchos mitos al respecto, por mi propia experiencia puedo decir que me han servido mucho. Gracias a los hashtags llego a un promedio de 30% y hasta 80% de cuentas que no me siguen por post. Teniendo 10mil seguidores y un alcance de 3500 o 6000 personas por post, cuando me ha ido bien he tenido alcance de 10mil, 15mil o hasta 20mil personas. Gracias a los hashtags llego a muchas cuentas que no me siguen y ese es un indicador que tengo para medir el éxito de cada post. Cuando uno de mis posts pasa los 1000 likes es porque llegó al menos a un 60% de cuentas que no me siguen pero que me dieron like. Yo uso el máximo de 30 hashtags permitidos en un mismo post y los pongo en un comentario para que queden ocultos. Los tengo guardados en las notas del celular. Los escogí después de pasar horas enteras en un café estudiando y cazando hashtags.
7. Sepa en dónde está parado. Si a usted lo echan en una bolsa ¿junto a quien más lo echarían ahí? Conozca cuáles cuentas son similares a la suya y piense estrategias para llegar a los seguidores de esas cuentas. Por eso las colaboraciones, las etiquetas en una foto o historia y los vídeos en vivo son buenos métodos para ganar visibilidad. La opción de “cuentas similares” que aparece en cada perfil es excelente para conocer en qué nicho Instagram lo ubica a usted. Además, conocer dónde está parado uno y qué está pasando a su alrededor es determinante para la estrategia de contenido. En mi caso, yo estoy en un nicho de influencers viajeros y quiero marcar diferencia. A veces pienso “X persona hace esto. Por lo tanto, yo no voy a hacer lo mismo” o “X persona no haría esto. Por lo tanto, sí lo voy a hacer”. Es importante tener claro con qué tipo de cuentas quiere que lo relacionen y con qué tipo de cuentas quiere que no lo relacionen.
8. Agilice su olfato, aprenda a detectar falsos influenciadores. Esto tiene mucho que ver con saber dónde está parado y qué pasa a su alrededor. Desconfíe de todo porque Instagram está lleno de malas prácticas. Reconozca quién compra likes, seguidores, sigue y deja de seguir gente, y demás prácticas poco honestas para crecer en Instagram. Gracias a apps como Captivate o Neutrino cualquiera puede tener un perfil con miles de seguidores, nulo esfuerzo y contenido de pésima calidad. La cuenta mexicana @whatthefffake tiene hasta un manual en PDF para reconocer falsos influenciadores. Recomiendo leerlo. De igual manera, socialblade.com permite ver quién da follow/unfollow masivo para crecer. Hoy día existen tantas estrategias para inflar una cuenta que son casi imperceptibles. La mejor herramienta para detectarlas es el sentido común. Pregúntese ¿Acaso esa foto torcida y oscura en verdad da para tantos likes? ¿Acaso esos captions que parecen tomados de Wikipedia justifican ese número de comentarios?
9. Apórtele algo a su audiencia. Enseñe algo; lo que sea. ¿En qué es bueno usted? Cuando a la gente le sirve algo, lo pone en práctica y le sirve, cada vez que lo haga se acordará de usted. Y ese es el engagement auténtico. Por ejemplo, yo tengo en mis historias destacadas tips de fotografía exclusivamente para Instagram y cómo editar fotos en el celular usando Snapseed. En este artículo –que también va a quedar en mi perfil- comparto un conocimiento que tengo y que le serviría a muchos. Esta guía me dejará seguidores interesados en saber más, o por lo menos, aumentará el número de visualizaciones en mi perfil.
10. Abra un Instagram alterno. Debe ser privado y con usted como único seguidor. Yo lo utilizo para previsualizar mis textos, fotos e historias. Sé cómo altera cualquier foto mi feed sin necesidad de postearla. Me sirve también para saber cómo me ven mis seguidores o la gente que no me sigue. Por eso es que en las stories nunca pongo texto abajo, pues se cruza con el espacio para responder. Gracias a mi Instagram alterno también sé qué cuentas son similares a la mía, porque desde mi perfil no puedo ver la lista. Tener un Instagram alterno desde el cual visualizarse ayuda a ser consciente de detalles como ese.
11. En Instagram gusta mucho todo lo positivo, feliz y bonito. Una estrategia que he notado que sirve muy bien para crecer es hablar bellezas de Colombia. Lo he notado con mis propios posts donde hablo bien de algún destino nacional e invito a la gente a viajar por el país. Si quisiera crecer y aumentar mi engagement, ahí tengo una estrategia que me lleva a la fija. Al que le sirva, que la tome. Sin embargo, yo no lo hago porque me parece deshonesto. Es decisión personal pero no quiero mostrar solo cosas bonitas. Quizá no sea lo más efectivo pero creo que en redes sociales hay que ser real. Tampoco se trata de contar cada detalle de la vida. Nuevamente es encontrar equilibrio, pero esta vez entre lo feliz y lo real (que no siempre es bonito). Personalmente he dejado de seguir cuentas porque siento que les falta realidad. He intentado seguir varias veces a una rubia y famosa presentadora que tiene más de dos millones de seguidores, pero es imposible hacerlo sin sentirme frustrado y pensar que para darme un viaje como los que ella se da cada semana, me toca trabajar todo un año. Eso es lo que yo no quiero que ocurra con la gente que me siga. Por ejemplo, el pasado 31 de diciembre, mientras la mayoría de personas que veo en redes estaban agradeciendo por el fantástico 2018 que tuvieron, dije sin problema que el 2018 fue el peor año de mi vida sin dar mayores detalles. Yo me dejo llevar mucho también por lo que siento, pese a que eso no necesariamente sea lo más taquillero en términos de likes. Esos contenidos son importantes porque son los que le dan el sello personal a la cuenta.
12. Sea multiplataforma. No dependa solamente de Instagram. La posibilidad de que le hackeen o le cierren la cuenta es un riesgo permanente. Tener varias plataformas es la mejor manera de asegurarse. Además, el ejercicio de cultivar varias redes sociales ayuda a que su marca –así sea personal- conecte mejor con la audiencia. En últimas, el reto de todo influencer no es tener una cuenta con miles de seguidores, sino consolidar un nombre que tenga influencia en el mundo real, ese que está más allá de las redes sociales.
13. Por último, y quizá lo más importante, no se coma el cuento. Lo que sale en Instagram es una marca con un lenguaje, estética y estilo propio. La persona por fuera de las redes, por más sincera que sea, nunca será la misma cosa. Si le va bien, aparecerá una cantidad de gente con todo tipo de halagos y hasta propuestas indecentes que podrían ser perjudiciales para el ego. No se crea ni lo muy malo ni lo muy bueno. Sepa que los likes y seguidores solo valen en Instagram y nada más. La vida real es otra. Usted está en Instagram por una única razón y punto. No es para buscar novio/novia o para salir con alguien –para eso hay otras aplicaciones-. Sea profesional. Por ejemplo, yo no trabajo mi Instagram porque quiera mostrarme, que me aplaudan y me digan todo el tiempo lo bonito que soy. Desde el principio tuve claro que quería tener mi propia audiencia en redes sociales porque más que periodista, me defino como un “storyteller”. Vivo de las historias que cuento. Hoy lo hago en este medio, pero si mañana no estoy aquí, tengo una audiencia propia que me va a leer, ver o escuchar en cualquier otro lado a dónde me vaya.