Emma está recién llegada al mundo, al mundo digital. Cuenta con una mirada fija, diáfana y sin odio. Si uno le cae bien, le regala la sonrisa más amable, sincera y acogedora que uno pueda experimentar al estar frente a un ser humano maravilloso.
Escasamente ella utiliza el computador. A lo sumo, lo hace para leer los mails que le envían a través del correo corporativo de la empresa en la que trabaja. Es muy amiga de Instagram, pues le gusta seguir a otras personas como ella, a quienes les encanta compartir imágenes y videos de peinados y accesorios para lucir mejor su pelo, dado que como ella cuenta con un pelo liso negro, largo y fuerte, está atenta a todo lo que publican en esta red social, con tal de estar a la moda, ver cuál es la tendencia de los peinados y, sobre todo, para no aburrirse cuando se va a peinar, sino tener una y mil maneras de hacer que su pelo luzca bien y la haga sentirse maravillosa frente al espejo y cuando está con los demás.
Así como es usuaria de Instagram en su tablet y en su smartphone, le encanta Pinterest, porque no solo ve ideas para su pelo en los tableros que le gustan, sino que como le agrada viajar, encuentra imágenes e ideas que podría llevar a cabo en los lugares que ha ido escogiendo y organizando en los tableros que se van convirtiendo en su futura ruta de viajes.
Emma chatea poco. Dice que no vale la pena desgastarse en una aplicación de mensajería instantánea para smartphone. Ella se ríe y dice que prefiere hablar por teléfono las horas que sean necesarias para enterarse de lo que se tiene que enterar, dado que le cautiva, de manera intima, los tonos de la voz de las personas cuando hablan por teléfono.
Pero así como hablar por teléfono la relaja, le fastidia sobremanera el cotilleo de sus compañeras y compañeros en la oficina. Dice que está harta de ver cómo las personas en el mundo corporativo se desgastan más hablando mal de sus compañeros, haciendo comentarios desobligantes y desacreditando todo lo que hacen.
Por ello Emma se dijo así misma que no soportaba más el mundo laboral de las empresas, dado que el clima organizacional de estas, por lo pronto, en el segmento de mercado laboral en el que ella está, es nocivo para su salud.
Se citó con Guillermo en un café de la ciudad para que él, quien es su viejo amigo de entrañas y secretos profundos, le ayudara a pensar cómo desarrollar una idea de negocio que ha venido dándole vueltas en la cabeza hace varios meses, con tal de iniciar en este nuevo año, una nueva vida llena más de alegrías, amistades y satisfacciones, y dejar atrás el lastre de las tensiones, las traiciones y la hipocresía que envenenan el corazón y oscurecen el alma.
Como reza la costumbre para un caballero, Guillermo primero la escuchó y dejó que Emma se desahogara, hasta que llegaron al punto de la idea de negocio.
Emma quiere montar una tienda de ropa, pues a ella le encanta el diseño de vestuario y le fascina combinar prendas, haciendo que lo viejo de su clóset se vea nuevo y la vejez de la prenda se torne en la parte exótica del atuendo.
Guillermo, quien es un especialista en marketing digital, con la confianza que se tienen, la centró. Le dijo: “¿Qué es lo que tú quieres, Emma?”.
Ella soltó una de esas carcajadas hermosas que la caracterizan y le salen bellas porque no son estridentes sino melodiosas, para ocultar su angustia y su dificultad para definir realmente qué es lo que ella quiere, pues Emma tiene la idea pero no sabe cómo hacerla realidad.
Guillermo tomó su libreta de notas y le empezó a dibujar los diferentes escenarios de su idea, de los cuales, hoy día, el que menos viable es, es el que ella tiene más pegado a sus pensamientos.
Le expuso que poner una tienda de ropa física hoy por hoy, y en un país como el nuestro, donde los mercados y sus consumidores no alcanzan a consolidar un punto de equilibrio para sostener los costos fijos de servicios, arriendo, empleados con prestaciones sociales y los respectivos impuestos, más el rubro innegociable de la vigilancia para prevenir cualquier atropello por parte de los amigos de lo ajeno, e incluso, algún tipo de extorsión, era difícil, por eso lo mejor era pensar en las bondades que brinda el mundo digital.
Por ello, Guillermo le preguntó a Emma por los medios digitales que ella utiliza. Le dijo: “¿Utilizas de las redes sociales?, ¿cuáles?, ¿tienes una página web propia?, ¿tienes una base de datos de correos electrónicos que puedas usar para tu negocio?”. A Emma se le arrugó el corazón y solo subió y bajó sus hombros en gesto de desencanto y frustración.
Guillermo le sonrió cálidamente y le dijo que no se desanimara, que para eso estaban compartiendo un café. Que por el contrario, llegó la hora de pensar en un plan de marketing digital.
Le dijo que, por lo pronto y mientras iniciaban el trabajo del diseño del plan de marketing digital, empezara a grabarse con su smartphone o con la cámara que está incorporada en su tablet o en su computador portátil, dando a conocer sus trucos más exitosos sobre cómo combina ella sus prendas.
Sorprendida, Emma le preguntó que para qué iba a hacer eso, a lo que Guillermo le respondió: “Emma, hoy en día los usuarios de las redes sociales como tú, se centran más en los videos y en los trucos que los oradores digitales (personas que dan pequeñas conferencias a través de la web, por diferentes redes sociales, sobre los temas que ellos dominan) exponen a través de sus diversos canales de interacción digital con sus audiencias. Tus trucos sobre la combinación de prendas usadas para que parezcan de vanguardia, te van a llevar a ser una Influencer de tu tribu digital, la cual tendrás que construir como estrategia de acercamiento a tus futuros consumidores, quienes estarán atentos a las tendencias que tú les construyas”.
Emma abrió sus ojos y volvió a soltar otra carcajada para decirle a Guillermo: “¡O sea! ¿Me tengo que volver una youtuber?". A lo que Guillermo respondió de modo seco, pero amable: “Sí. Hoy por hoy, la audiencia se engancha más a través de los trucos que se les ofrece en el formato de video, que de otra manera. Hoy poco se lee, pero sí se consume casi todo lo que se presenta en videos”.
Emma suspiró y le dijo a Guillermo sin ocultar que estaba extenuada: “¿Cuándo empezamos?”. A lo que Guillermo respondió: “¡Ya empezamos!”.
Tips para fracasar:
- Continúe concibiendo el mundo como lo conoció en el siglo 20: Permítase tener muy buenas ideas, pero ejecútelas tal y como se hacía en el siglo 20. Tranquilo, al principio le podrá funcionar, pero la competencia virtual lo llevará a entender por qué su negocio no despegó.
- Piense solo en Excel: Haga una proyección de su idea de negocio en una hoja de cálculo de Excel, podrá ver cómo su prospectiva funciona a las mil maravillas. Sin embargo, como no pensó en las dinámicas de los nuevos consumidores y las nuevas formas de relacionamiento no se extrañe de constatar que mientras en la hoja de cálculo todo está diseñado para el éxito de su negocio, en la realidad de este las cosas no funcionan porque él está solo offline.
- Continúe alimentando su timidez: Sígase diciendo que usted es una persona tímida, que usted es una persona inteligente que ha estudiado y no necesita ayuda de especialistas para montar su negocio, que usted es alguien que sabe cómo se hacen las cosas. Apalánquese en su timidez y desconozca que el mundo cambió a partir de la disrupción digital y verá cómo cada idea que usted emprenda no le va a funcionar, por no estar adaptado al mundo digital.
