A simple vista se pueden detectar miles de estrellas al mirar el cielo en la noche. Encontrar un nuevo virus puede parecer bastante similar. Hay aproximadamente 10 millones de virus existentes en nuestro planeta: si los colocamos uno al lado del otro, se extenderían por 100 millones de años luz. Sin embargo, solo una pequeña fracción de ellos podría tener un impacto potencial en los humanos.
La clave para la búsqueda de virus no es solo identificar un nuevo virus, sino determinar cuáles tienen el potencial de afectar nuestra salud y potencialmente convertirse en un brote.
Para identificar, rastrear y monitorear virus nuevos o existentes hay expertos en enfermedades infecciosas y vigilancia de estas en todo el mundo, por lo tanto, las Coaliciones de Defensa contra Pandemias son clave para detectar si estos virus son motivo de preocupación y deben permanecer en nuestro radar o no.
Colombia cuenta con coalición de defensa contra pandemias:
Colombia es uno de los países más diversos del hemisferio occidental. Está encajado entre el Amazonas y América Central, por lo que hay un clima único, una variedad de insectos que propagan enfermedades y altas tasas de personas que se desplazan por todo el país y la región.
Una de las coaliciones contra pandemias que actúan en nuestro país es la del laboratorio estadounidense Abbott, que ha estado activa en Colombia desde 2021 trabajando junto con GHI One Health | Colombia, una colaboración entre el Instituto de Salud Global de la Universidad de Wisconsin-Madison y la Universidad Nacional de Colombia. A través de esta asociación, la Coalición trabaja con epidemiólogos y expertos en vigilancia de enfermedades en Colombia para ayudar a detectar brotes de enfermedades.
El río Amazonas se extiende a través de Suramérica como uno de los canales más importantes para el comercio y para que las personas viajen. Una zona en la que la Coalición es muy activa en Colombia es en Leticia, a lo largo del río. Las muestras recolectadas de pacientes con enfermedades febriles agudas con causas desconocidas se envían al Laboratorio de Genómica One Health en Medellín, donde los científicos pueden analizarlas para ayudar a detectar el virus.
Virus encontrados en Colombia
Se establecieron pruebas en clínicas y hospitales de Colombia para monitorear patógenos emergentes. Cuando los pacientes que habían observado con casos de enfermedad febril aguda sin una causa infecciosa identificada.
Un estudio publicado en Emerging Microbes & Infections, desarrollado en colaboración entre el Laboratorio Genómico One-Health de la Universidad Nacional de Colombia, la Coalición de Defensa contra Pandemias de Abbott y el Instituto de Salud Global (GHI) de la Universidad de Wisconsin-Madison, encontró la presencia de Oropouche en pacientes en Colombia. La fiebre de Oropouche es una infección viral tropical transmitida a los humanos por picaduras de mosquitos que causa síntomas similares al dengue, que incluyen fiebre alta, dolor de cabeza, erupción cutánea y dolor en las articulaciones. Se ha encontrado en otras partes de América del Sur y Central y puede propagarse rápidamente.
Después de encontrar los casos iniciales, los científicos examinaron a más personas y encontraron una seroprevalencia significativa (o el número de personas en una población que dan positivo para una enfermedad en función de sus anticuerpos) de hasta el 16% de los casos febriles causados por el virus Oropouche en varias regiones de Colombia[1].
Más recientemente, el equipo identificó el virus Mayaro en Colombia, que no se había detectado previamente en el país. Las infecciones por el virus Mayaro representan un problema de salud significativo en América Latina, y el equipo ahora está realizando análisis adicionales para comprender la prevalencia en el país.
Entonces, ¿cómo prepararse para las pandemias?
Determinar qué virus podrían convertirse en brotes mejora la probabilidad de que estemos preparados para una eventual situación como una pandemia.
Al identificar los virus en las comunidades y luego examinar las características de estos, como la evolución, la transmisión y las tasas de mutación, podemos ayudar a determinar qué patógenos necesitan tecnología de seguimiento prioritario, respuesta y diagnóstico reactivo.