Mientras la imagen favorable del presidente electo Iván Duque aumenta, pasó a su máximo histórico de 56% de favorabilidad, la de su opositor Gustavo Petro disminuye al 49%. Sin embargo, lo preocupante para el petrismo es que la imagen desfavorable de Petro aumenta al 43%, lo cual significa que casi la mitad de los colombianos no soporta a Petro y nunca votaría por él, algo que se ha fortalecido luego de la elección presidencial donde todos coinciden en que ha sido un mal perdedor, un resentido, un mentiroso.
Muchos veían venir la estruendosa derrota de Gustavo Petro ante el candidato del uribismo. De hecho, analistas como Daniel Coronell predecían que si el uribismo lograba pasar a la segunda vuelta con Gustavo Petro tendrían asegurada la presidencia por un margen muy amplio, hecho que sucedió. El discurso revanchista de Petro y de sus fervientes y obedientes seguidores ha afectado al senador, como lo revelan las encuestas su imagen desfavorable va en aumento y es una tendencia notoria.
Ahora bien, Colombia se llena de optimismo con la llegada del nuevo gobierno por lo que representa el nuevo presidente: juventud, liderazgo, unión, conciliación, un verdadero cambio frente al modus operandi del gobierno Santos, el cual tenía como costumbre tirar la piedra y esconder la mano. Además, fue un gobierno polarizador (que le gustaba la confrontación), divisivo, lleno de mermelada y clientelismo.
Por su parte, el gobierno de Iván Duque ilusiona y llena de esperanza a los colombianos, sin contar con que buscará gobernar para todos, más allá del uribismo y de la derecha. Va a ser un gobierno reformista: reforma a la justicia para que los colombianos no sigamos sufriendo por la impunidad de ladrones y asesinos que son dejados en libertad por triquiñuelas de los abogados, darle cadena perpetua a violadores y asesinos de niños; reforma a la salud para acabar con la corrupción y con las malas EPS que dejan morir a cientos de colombianos; reforma educativa para que las universidades de Colombia se posicionen como las mejores del mundo, una educación superior gratuita, innovadora, con más becas. Los colombianos necesitamos un gobierno diferente, un verdadero cambio, que proteja el agua, los animales y los páramos.
En julio del 2018, según la última encuesta de Gallup, el optimismo de los colombianos aumentó 13 puntos, así mismo el 31% de los colombianos considera que las cosas van por buen camino. El anterior es un hecho importante ya que representa la cifra de optimismo más alta en los últimos 4 años.
La historia dirá que a los colombianos no les gustó la forma de gobernar de Juan Manuel Santos, fueron 8 años en los que se extrañó a Uribe hasta que se votó por el regreso al poder del uribismo en el 2018. Santos no fue un buen presidente, aunque hizo cosas buenas como carreteras y viviendas. Santos no fue un presidente que la gente quisiera.
En Bogotá las cosas también mejoran, las últimas obras y los avances de la alcaldía de Peñalosa parecen favorecerle, la aprobación repunta a uno de sus máximos históricos en su alcaldía, 29%, mientras que su desaprobación cae, pasa del 80% en febrero al 68% en junio.