La semana pasada un comerciante de Acacías, Meta fue asesinado mientras trataba de defenderse de dos ladrones que lo atracaban. El vendedor se enfrentó a tiros con los delincuentes, logrando dar de baja a uno de ellos, pero cayó herido y falleció minutos después en el hospital de ese municipio, que es área metropolitana de Villavicencio.
Este hecho, sumados a los muchos atracos de que vienen siendo víctimas los comerciantes en Villavicencio desde mediados del 2015, ha llevado a algunos comerciantes a solicitar que se militarice la ciudad. Ellos aseguran que de lo contrario, y pese a la reciente prohibición de porte de armas por parte del Gobierno Nacional, están dispuestos a armarse por la "poca efectividad policial" que suelen tener.
Como era de esperarse, ante la propuesta de Luis Fernando Sánchez Florián, líder representante de los comerciantes de Villavicencio en el sentido de querer armarse, la polémica está encendida:
El propio comandante de la Policía Metropolitana de Villavicencio, coronel Freddy Jiménez, se sentó a dialogar con el comerciante, en el programa de radio de Leonel Alzate. Allí, entre otras, el alto oficial se comprometió públicamente a devolver a los comerciantes los cuadrantes del comercio que por razones del servicio, en época de las pasadas elecciones, le habían retirado a los comerciantes de una basta y zona de Villavicencio como es el barrio Popular.
Pero la situación no para allí. Los comerciantes de otros sectores de la ciudad como Los Maracos, ante la inseguridad que venía reinando en el sector, decidieron entre todos asociarse y comprar entre todos una motocicleta, con la cual dos jóvenes patrullan el sector, para informar cualquier hecho delictivo que se presente en la zona.
La medida había sido efectiva. Poco a poco el sector había vuelto a la normalidad, pero según denuncias de los comerciantes, ésta molestó a algunos policías, quienes, al parecer, estarían persiguiendo a estos vigilantes, acusándoles de conformar grupos similares a Las Convivir. Lo anterior que tiene enfrentados a comercio y policías, en una ciudad donde los índices de inseguridad se dispararon desde mediados de 2015, y que tiene a los comerciantes pensando seriamente en armarse. Según algunos de ellos, lo extremadamente garantista de la ley para con los delincuentes, hace que los policías terminen con miedo de actuar, por temor a problemas jurídicos con la procuraduría y otros entes, que hoy por hoy es más fácil que embalen a los uniformados por una mala captura, a que un delincuente termine en la cárcel, pues en su gran mayoría, los robos de cuantía menor son excarcelables.