Un día a mitad de año de 2018 les dijeron a los comerciantes del intercambio vial que se construirá en la 80, que por esa zona desaparecerían sus negocios y sus locales. En consecuencia, la Alcaldía de Medellín les informó que iba a hacer uso de esos espacios para hacer el puente y que deberían buscar para donde irse.
La administración dijo que las obras iniciarían en diciembre de 2018. Luego, que en febrero de 2019, pero tampoco empezaron. Y ahora, que en julio de 2019. Sin embargo, esta es la hora que no arrancan.
Se presume que hay cerca de 200 personas afectadas directamente, mientras que hay cerca de 2.000 afectadas indirectamente, es decir, que no saldrán por la obra pero verán reducida su clientela, convivirán con el ruido constante y con el polvo de las construcciones.
Empezaron a hacer reuniones de sensibilización con concejales y políticos, además de manejar psicológicamente a las personas: les dicen que si no salen por las buenas, las desalojarán. En ese sentido, la EDU (Empresa de Desarrollo Urbano) avanza sin que la gente se entere lo menos posible para que no tenga capacidad de reaccionar.
“En este momento estamos preocupados con nuestro futuro como comerciantes porque vemos que a muchos se nos van a acabar los negocios, porque analizamos que no es lo mismo tener un local en un lugar estratégicamente bien ubicado, que empezar de cero en otro lugar con clientela nueva. Segundo, la incertidumbre porque no se sabe cuándo, ni cómo, ni de qué manera vamos a salir porque la alcaldía ha sido hermética frente al tema; debido a esto la gente ha dejado caer los negocios. Tercero, la incertidumbre ha jugado un papel negativo en la salud de los comerciantes como casos de gente hospitalizada y con estrés”, afirmó Leonel Gutiérrez Montoya, director de Asocom (Asociación de Comerciantes de la 80).
Este comerciante del negocio de la panadería Perman cuenta que invirtió todos sus ahorros para forjar este negocio en el que lleva once años, asegura que si sale de este sector seguramente se quebrará y que con esto no podrá garantizarle la educación superior a sus dos hijas, situación que lo tiene con estrés, al igual que otros comerciantes del sector.
La 80 con San Juan es una zona eminentemente comercial. El impacto económico será fuerte para los comerciantes: cientos de negocios desaparecerán porque trasladarlos será casi que imposible, lo que generará cientos de desempleados. Así mismo, todavía no hay diseños y los cronogramas aún no se han cumplido, a lo que se suma que el municipio está ejecutando cerca de 1100 proyectos (algunos se han parado por falta de presupuesto y quieren empezar a realizar otros sin haber finalizado los que iniciaron).
“El municipio dice que el bien general prima sobre el particular, pero si uno observa bien se da cuenta que son dos personas las que están detrás del proyecto, mientras que es una cantidad enorme de personas las que deben obedecer a estos intereses y van a perder su patrimonio. Detrás de estas obras hay muchos intereses de pulpos económicos de gente muy poderosa”, aseguró el director de Asocom.
Hace aproximadamente 10 años los comerciantes de la 30 se quebraron como consecuencia de las obras del Metroplús, al igual que ocurrió con la mayoría de comerciantes de Ayacucho con el tranvía. Las personas que se verán afectadas por estas obras del intercambio vial en la 80 temen que se repetirá la misma historia por la forma en que el municipio de Medellín ha manejado el asunto.