Señor Presidente de la República Juan Manuel Santos
Con sorpresa, tristeza y algo de enfado recibimos la noticia de la renuncia protocolaria del cónsul general de Colombia en París, Daniel García-Peña y su remplazo a finales del mes de febrero por el señor Claudio Galán. No pretendemos cuestionar el carácter de « libre nombramiento y remoción » propio de ciertos cargos diplomáticos y por supuesto no dudamos de las capacidades del señor Galán para asumir la posición de cónsul general, pero al mismo tiempo consideramos que el señor García-Peña se ha destacado en el cumplimiento de sus funciones, dando una nueva dimensión tanto a su cargo como al papel del Consulado Colombiano en París y que en ese sentido, lo más conveniente para la comunidad colombiana en Francia y para el cumplimiento cabal de los proyectos que detallaremos mas adelante, es su permanencia en el cargo.
Daniel García-Peña asumió como Cónsul en Septiembre del 2012 y esperábamos que, como ha sido el caso de sus predecesores, permanecería en el cargo entre cuatro y cinco años. No es nuestra intención valorar el desempeño de quienes antes que él representaron en París al Estado colombiano, pero el hecho de que en el día de hoy decenas de compatriotas hayan hecho saber en las redes sociales su inconformismo con la posible partida de García-Peña, nos da una idea de la percepción altamente positiva de la gestión del actual cónsul. Y nos parece que una respuesta ciudadana de este tipo debe ser escuchada y, en la medida de lo posible, tenida en cuenta.
Y es que durante los dos años que ha permanecido al frente del consulado, García-Peña logró transformarlo de una oficina a la que se iba de mala gana, como suele irse a los lugares en los que HAY QUE realizar trámites, a un lugar de encuentro de la, o de las comunidades colombianas: artistas, estudiantes, trabajadores en regla o indocumentados, científicos, exiliados, encontraron en el consulado un espacio en el que eran atendidos con dignidad y respeto y un espacio en el que podían exponer sus ideas y creaciones.
En ese sentido, la transformación del espacio físico durante su gestión fue clave. El consulado se convirtió en un espacio humano de convivencia y, al mismo tiempo, de tramitología ágil y eficaz.
En definitiva, García Peña logró como cónsul algo que, aunque suene irónico, no era una práctica común de quienes han desempeñado ese cargo: cumplir el mandato para el que ha sido creado, es decir, ser la persona autorizada en una población de un Estado extranjero para proteger las personas e intereses de los individuos de la nación que lo nombra.
Con ese espíritu, el cónsul García-Peña arrancó un trabajo en dos frentes fundamentales para los colombianos y es esa labor, sin duda, la que tememos se vea abortada con su precipitado retiro. Se trata, en primer lugar, de haberse comprometido con el proceso de paz y, en segundo, de descentralizar el consulado para llegar a la comunidad.
En cuanto al frente de la paz, vale la pena resaltar que en el consulado se reunieron catorce organizaciones diversas para realizar la Mesa de Paz, la única de las organizadas en el exterior con la participación de la Comisión de Paz de la Cámara de Representantes que se realizó en un consulado. De esas reuniones también surgió la idea del primer Festival por la Paz de Colombia realizado el año pasado en Montreuil. Gracias a su importante acogida, se constituyó este año una asociación que reúne a los compatriotas que buscan apoyar y reflexionar sobre el proceso de paz que se adelanta en La Habana.
De igual manera, el cónsul García Peña apoyó las diferentes iniciativas de organizaciones y asociaciones de colombianos que desde Francia trabajan por la consolidación de la paz en Colombia y por la importante labor de construcción de la memoria de esa guerra que nos desangra hace décadas.
Por otra parte, la política de descentralización de este consulado permitió que el equipo se desplazara en varias ocasiones a otras ciudades de Francia como Bordeaux, Marsella, Lyon, Toulouse, Biarritz, y Estrasburgo. Los inéditos « consulados móviles », liderados por García Peña, han garantizado el acceso de los colombianos a su Estado, tan lejano no solo en términos geográficos. En esa misma línea, el consulado alcanzó la meta de visitar al menos una vez al año a todos los colombianos detenidos en las cárceles francesas, una de las poblaciones más aisladas y necesitadas de nuestra comunidad residente en el exterior.
Hay que destacar también que se multiplicaron los eventos realizados en las instalaciones del consulado o apoyados por éste como institución. Con García-Peña y su equipo, la sede diplomática dejó de ser un lugar de encuentros privados para transformarse en un espacio abierto donde nuestros compatriotas han podido departir con deportistas como Falcao García y David Ospina; intelectuales como Juan Gabriel Vásquez y William Ospina y periodistas como Daniel Samper Pizano y Germán Castro Caicedo. En el salón del consulado se organizaron exposiciones artísticas, que complementaban el ambicioso proyecto de estímulos a la creación puesto en marcha por el equipo consular. Y se celebraron eventos festivos como las novenas navideñas, la transmisión en directo de los partidos de la Selección Colombia y los conciertos de artistas de la talla de Tamboral y Yuri Buenaventura.
Tradicionalmente, los colombianos han vivido en un clima de apatía, cuando no de desconfianza, hacia los representantes del Estado y sus instituciones. Si hoy la gente ha recibido con tristeza o incluso rabia la noticia del remplazo del señor García-Peña, es porque no quiere que por una decisión, tal vez puramente burocrática, se les deje sin la presencia de un cónsul que ha hecho las cosas bien, que imprimió al consulado un carácter más humano, más eficiente, más democrático y abierto, más cercano a nosotros, los que estamos lejos. Un cónsul que entregó a sus compatriotas la presencia amable del Estado. Se ha avanzado mucho en estos dos años pero aún hay mucho por hacer y, especialmente, hay todo por consolidar.
Por estas razones, señor Presidente, señora Canciller, los abajo firmantes solicitamos que como reconocimiento a la labor del señor García Peña y sobre todo a la opinión y a los intereses de nosotros los ciudadanos, se reconsidere su remoción del cargo de Cónsul y se le permita continuar contribuyendo al tejido de redes entre nosotros, los de afuera, y de puentes con ese país al que desde la distancia queremos y por el que trabajamos cada día-
Maison de l'Amérique latine de Estrasburgo
Asociación Hilvanando la Memoria.
Asociación ColCrea
Angélica Pérez – Periodista
Ricardo Abdahllah – Periodista
Macarena Robledo – Científica
Esperanza Aguilar- Restaurante Múkura
Juan Carlos Sarmiento- Empresario
Lina Sarmiento - Financista
María Giovanna Limongi - Psicóloga
Macarena Robledo-Investigadora INSERM
María del Mar Sarmiento - Estudiante Arqueología, Universidad de la Sorbona.
Edith Sierra Montaño – Profesional de la Cultura
Álvaro Luna Porras – Responsable Asociativo
Juanito Torres – Profesional en Cine
Eduardo García Aguilar – Escritor y periodista
Fernando Vélez Jara – Ingeniero de Sistemas
Luz Amparo Ramírez- Abogada
Esperanza Pedraza-Ingeniera de Sistemas
Valentina López – Profesional audiovisual
Karim Velasco – Estudiante
Jessica Rosas - Gestora cultural
Adriana Blue – Docente Investigadora
Julián Rodíguez Ferreira – Doctor en Astrofísica
Margaret Patricia Prado – Estudiante
Liliana Rodríguez – Mediadora comunitaria
Camila Mariño Serpa – Estuidante
Paula Victoria Fontanilla – Cientifica
Melissa Serrato – Periodista
Nicolas Quimbayo – Productor audiovisual
Cristina Cruz - Miguel Angel Vargas - Carolina Cano - Rodrigo Restrepo - Rafael Posada - Conny García
Firma aquí la petición : https://secure.avaaz.org/es/petition/Juan_Manuel_Santos_Presidente_de_la_Republica_Permitir_la_continuacion_de_Daniel_GarciaPena_como_Consul_en_Paris/?oeFhYib