El brote del virus Corona-virus (COVID-19), mantiene en alerta, zozobra y preocupación a la población mundial, a tal punto que existen naciones que mantienen en confinamiento sus habitantes, otras han cancelado el ingreso de vuelos procedentes de países donde se ha propagado la enfermedad y algunas otras han cerrado sus fronteras con el propósito de contener la pandemia y garantizar la salud de sus habitantes.
Colombia no ha sido la excepción, además de medidas extraordinarias se ha dispuesto plan de choque para prevenir que nuestros connacionales sean infectado por este virus, como lo son: evitar el contacto cercano con personas enfermas, estornudar sin cubrirse, limpiar y desinfectar los objetos y superficies que se tocan frecuentemente y ventilar nuestra casa.
Sin embargo, de las medidas de precaución recomendadas para evitar nuestro contagio, la inmensa mayoría de la población colombiana se le dificulta cumplirlas a cabalidad y tener las precauciones del caso que permitan no contraer la enfermedad.
En Colombia una inmensa mayoría de su población se dedica al rebusque como forma de vida, de adquirir su sustento y el de su familia y poder sobrevivir en un país donde los índices de desempleo son alarmantes, por eso el contacto con muchas personas es inevitable, en el transporte público, en su labor (rebusque), en las largas filas en la EPS o para el cobro de familias en acción, lo que potencia el posible acercamiento con personas que padezcan el virus.
Los pocos recursos percibidos con ocasión al salario mínimo o el dinero ganado en el escudriñe diario apenas alcanza para mal comer, vestirnos, pagar arriendo y brindar educación de mala calidad a nuestros hijos, ahora nos indican que debemos que aumentar nuestras peripecias para apartar dinero para los implementos que permitan limpiar, desinfectar y ventilar objetos y superficies en nuestras casas.
Así mismo nos recomiendan actuar cuando un miembro de nuestra familia está diagnosticado con el Covid-19 para evitar la propagación del virus debemos lavar la ropa del enfermo por separado y uso de baño exclusivo, mantener una distancia de dos metros con el paciente, uso exclusivo de elementos de higiene, entre otras.
En un país donde el lavado de ropa la clase trabajadora la hace una vez por semana, alquilando una lavadora para aprovechar y lavar la de toda la familia para aminorar costos y poder sortear otras necesidades del hogar, es difícil controlar la propagación de este virus.
Ante el déficit habitacional que posee el país, debemos confinarnos en casas o habitaciones donde dormimos todos, sin privacidad y hacinados, por lo cual es imposible guardar la distancia recomendada o contar con la posibilidad que los pacientes enfermos puedan usar baño y elementos de higiene exclusivo.
Lo anterior nos demuestra las carencias que padece nuestra gente, las necesidades y penurias que debe soportar nuestros compatriotas, por eso debemos reconocer que no estamos preparados para prevenir o combatir una pandemia o enfermedad de grandes proporciones, nuestro sistema de salud es paupérrimo, nuestras condiciones de vida son precarias y nuestros ingresos irrisorios.
A Dios gracia, somos una raza de valientes, recursivos y luchadores, que ante la adversidad nos sobreponemos, ingeniamos y sacamos a flote nuestra capacidad intelectual, por eso estoy seguro que con la malicia indígena que poseemos, haremos frente a esta pandemia y la derrotaremos, pero es necesario que el gobierno atienda las necesidades básicas y problemática que padecemos para que otra enfermedad o pandemia mucho peor no nos coja desprotegidos.