En estos días de confinamiento he estado pensando en algo que me revoloteaba desde hace un tiempo en la cabeza, relacionado con los últimos acontecimientos del país. Por tal razón quiero dedicar una millonésima parte de este lapso al petimetre que tenemos como el supuesto presidente de Colombia. (¡qué coincidencia!, tienen las mismas vocales, el mismo número de silabas, y lo más importante: las dos comienzan con la P de P… (Porky).
Es importante iniciar con el mote de “Porky”, pues si bien es cierto que su apariencia bastante lo delata, en su actuar deberíamos cambiarlo por el de “Pato Duque”, ya que da un paso y luego cisca, camina y cisca, y así sucesivamente desde el inicio de su mal llamado gobierno. El petimetre ha mantenido su apretada agenda en viajes y en seguir las deletéreas órdenes del áulico Uribe y de la piara que lo rodea en el Congreso de la República.
El seudopresidente siempre se ha prosternado a los intereses de los magnates del país, a quienes poco les importa el pueblo, por el contrario, solo les interesa llenar sus arquetas, y en los aquelarres de palacio se preocupan únicamente por sus ingresos; y el “pato”, como es desde hace tiempo costumbre, a todas las sucias propuestas de estos funestos personajes responde como meretriz de lupanar: sí, sí, sí, sí.
Dentro de poco saldremos de esta trapatiesta y luego de salir avante nuestro país, será el momento de hacer un pare y reaccionar masivamente ante la inoperancia e ilegitimidad del petimetre. Que todo el país, incluidos los ignaros que votaron por él (y que muchos ahora se compungen) nos levantemos y dejemos el albañal en que tiene convertido a nuestra nación y pongamos en su sitio al mendaz seudopresidente y a su propincuo mentor (que dicho sea de paso, ¿qué más mal le puede hacer al país?). Los dos rendirán cuentas y los ciudadanos lo conminaremos a que cumpla para lo cual fue designado, y tendrá que salir de la entelequia de gobierno en la que vive y con una patada en el pandero sacará a todo el remedo de ineptos embajadores y ministros que tiene.
Ahhh y como el Lego Duque no entiende, ¡pues que se busque quién le explique!
