Vivimos en un país que según los estudios pueden ser el más rico del mundo, tanto en cultura, fauna, flora y recursos minero-ecológicos, pero a pesar de todo no somos ricos en lo más importante, en humanidad; a pesar de llegar a ser una de las naciones más felices del mundo, la realidad de Colombia contrasta y va más allá de lo impensable: desplazamientos, secuestros, genocidios y la sangre de miles de muertos que mancha cada rincón del país son solo una parte del problema.
Antes de llegar al punto que quiero tratar, haré un breve país recorrido por la parte oscura de nuestro país:
- 16 de marzo de 1919, 20 sastres son masacrados por la guardia presidencial del entonces presidente Marco Fidel Suarez, los sastres solo buscaban que los uniformes del ejército fueran comprados a ellos y no a compañías estadounidenses.
- 5 de diciembre de 1928, 25.000 trabajadores de las plantaciones bananeras ubicadas en Ciénaga Magdalena, afiliados a la United Fruit Company, son carbonatados atacados por el ejército nacional bajo el mando del entonces presidente Miguel Abadía Méndez, hasta el día de hoy casi 100 años después se desconoce el número total de muertos, fuentes históricas relatan que pueden ser más de 9.000 los trabajadores que fueron masacrados ese nefasto día, donde los trabajadores solo querían que sus derechos fueran respetados.
- 9 de abril de 1958, el día que inició la guerra que a hoy todavía vivimos, eran la 1:05 pm, cuando Jorge Eliecer Gaitán fue asesinado en un complot que hoy todavía se mantiene oculto, pero la muerte del líder no fue lo que estremeció al país ese día, si no lo que ocurrió horas después, 2.500 personas fueron asesinadas por la fuerza pública del estado, en un intento fallido de recuperar el control de la ciudad.
- 8 y 9 de junio de 1954, 13 estudiantes son masacrados por el batallón Colombia, luego de que los jóvenes participaran en una marcha para conmemorar el día del estudiante caído, 25 años después de la muerte de Gonzalo Bravo Páez.
- Por nombrar algunas más: 1963, Santa Bárbara, el ejército masacra a 11 personas; 26 de febrero de 1971, Universidad del Valle, la policía masacra alrededor de 30 estudiantes; 1981, estadio Alfonso López Bucaramanga, la policía mata a 4 personas y 30 más resultan heridas; 16 de mayo de 1984, Universidad Nacional, la policía masacra a 17 estudiantes; 1989, falso positivo edificio Altos del Portal Bogotá, ejército masacra a 4 personas; 1991, los Uvos, el ejército masacra a 17 campesinos; 2005, San Juan de Arama, el ejército asesina a 10 personas; 2006, Caño Dulce (Atlántico), el DAS asesina a 6 personas.
- Dentro de las más modernas tenemos el trágico 16 de octubre de 2002: el recién llegado al poder Álvaro Uribe Vélez le ordena a su ministra Marta Lucia Ramírez, esa misma que hoy es vicepresidenta de Colombia, que efectúe la Operación Orión, bajo la cortina de acabar a grupos paramilitares de la comuna 13 en la ciudad de Medellín, declarando el estado de excepción. Se contaron 80 civiles heridos, 17 muertos cometidos por la fuerza pública, 71 personas asesinadas a mano de los insurgentes y un centenar de desplazados, sin olvidar lo más de 300 desaparecidos que hoy las madres aun lloran.
- 25 de junio de 2018, Maicao, La Guajira, Barrio Villa Sol, Jair Leandro Perafán Bolaños es asesinado de un disparo efectuado por un agente de la policía, luego de un operativo contra el contrabando de gasolina, pero más allá de la presencia del joven en el lugar, lo horrible de este caso es que ya la policía había reducido a Jair, el policía disparó a quemarropa solo por gusto.
- Noviembre 23 de 2019, Dilan Cruz es asesinado por un disparo a quemarropa hecho por un agente del Esmad, en medio de las protestas convocadas por estudiantes de todo el país, para pedir mejores condiciones de vida.
- 8 de septiembre de 2020, Javier Ordóñez es brutalmente asesinado por policías, desencadenando las olas de violencia vividas hoy en Bogotá.
En fin, más de 2000 líderes sociales asesinados en los últimos 20 años dejan el rastro de lo que realmente es nuestro país.
Ahora bien, ¿a qué quiero llegar con esto? Es simple, no somos el país más feliz del mundo, somos el más del mundo. Vemos a diario como matan inocentes y no hacemos nada, callamos y dejamos que las cosas sigan igual, sin importar el dolor de las familias.
Somos pocos los que hemos decidido alzar la voz, pero no es suficiente El país necesita un despertar en el que todos comprendan que esto está mal. Hablamos de Venezuela como un país en crisis, pero se nos ha olvidado que nosotros somos su complemento, somos el Gomorra de Venezuela y ella es nuestra Sodoma.
No es suficiente un cambio de gobierno o en la constitución, la transformación debe ser de toda la población: debemos eliminar esa frontera que se ha impuesto entre clases sociales, donde unos son más que otros, donde unos disfrutan en sus mansiones de lujo mientras más del 30% de la población muere de hambre, debemos dejar de ser Gomorra, debemos dejar de ser el país más hijo de **** del mundo