El debate sobre cual vacuna contra el coronavirus tiene mayor eficacia y proporciona inmunidad durante mayor tiempo y a que rango de edades puede aplicarse, es un problema científico que solo puede resolverse con la experimentación y viendo sus efectos sobre millones de persona, durante un tiempo relativamente prolongado y es imposible determinarlo en los pocos meses que han transcurrido desde que inició el brote. Por esa razón después de que se ha avanzado o culminado la fase 3, ya hay un número de vacunas que han superado las pruebas de seguridad y eficacia, de hecho muchos países han otorgado una licencia de urgencia y se están aplicando vacunas de diversa procedencia y según datos que posee la OMS, en la actualidad, 42 países están implementando la vacunación segura y efectiva. De ellos, 36 son países de ingresos altos y seis son países de ingresos medios. Por tanto, existe un problema claro de que los países de ingresos bajos y medios aún no están recibiendo la vacuna y 137 no han recibido nada.
La escogencia de las vacunas debe tener en cuenta factores como los precios, la capacidad de producir y abastecer la demanda, las condiciones de almacenamiento y transporte.
El caso más publicitado ha sido en torno a la vacuna de Pfizer-Bioentech de EE. UU. que comenzó a prepararse en mayo, en julio de 2020 comenzó la fase 3, el 18 de noviembre la concluyó, con 95 % de éxito para prevenir el contagio, lógicamente con el tiempo se han ido descubriendo algunos problemas, lo mismo sucede con la vacuna de Moderna que terminó la fase 3. Estas son las más difundidas en el mundo anglosajón y las más caras (entre 20 y 25 dólares) en cuanto que requieren un sistema de refrigeración muy complejo que las encarece aún más. Evidentemente estas empresas han tenido un eficaz sistema de propaganda, realizado contratos de abastecimiento por que superan su capacidad de producción y han sido monopolizadas por Estados Unidos hasta el punto que han incumplido contratos con la Unión Europea, México, Chile y otros países.
Muy poco se ha hablado de otras vacunas por ejemplo la del instituto Gamaleya de Rusia que culminó en agosto y fue aprobada para su aplicación aun mientras culminaba la fase 3 como ha sido el procedimiento en los países que están vacunando.
En agosto el embajador ruso en Colombia señaló que lamentablemente nuestro país no figura entre los que han formulado sus pedidos ni para la distribución ni tampoco para la producción. El embajador afirmó que “el 13 de agosto escribí una carta, dirigida al presidente de Colombia dedicada a asuntos de coronavirus (…) dediqué todo un párrafo a la información que, dentro de un mes, yo dije exactamente, textualmente, a mediados de agosto, se espera la aparición de la vacuna rusa”.
En ese agosto ya Rusia informó que tenía pedidos de unos 20 países por un monto total de mil millones de dosis y la vacuna va a producirse en el territorio de otros cinco países que han ofrecido sus capacidades productivas, tales como con Filipinas, los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Brasil. Donde se conoció que se instaló una fábrica con capacidad de 10 millones en el primer trimestre y 8 millones mensuales, para distribuirla en América Latina. Por su parte en la región ya se está aplicando en Brasil, Chile, Paraguay, Argentina, Cuba, Venezuela y Nicaragua, pero también en India, Corea del Sur, Egipto, Nepal, Kazajistán y Uzbekistán, Bielorrusia y Hungría y ante las fallas de Pfizer, Alemania ha instado a que la Unión Europea la apruebe rápidamente e incluso que la produzca.
El costo de una dosis de la vacuna rusa para los mercados internacionales será menos de 10 dólares. La forma liofilizada (seca) de la vacuna puede ser almacenada a una temperatura de +2 a +8 grados centígrados.
China patentó su vacuna en agosto de 2020, en diciembre había vacunado más de 1 millón de personas, de las 11 vacunas que han pasado a la fase 3, 5 son chinas y han realizado sus pruebas en Brasil, Marruecos, Emiratos Árabes Unidos, Argentina y Perú y están aplicándola en Brasil, Chile, Indonesia y Turquía. Los EAU y Bahréin aprobaron la vacunación desde el 9 de diciembre y han reportado un 86 % de eficacia.
Cuando los medios occidentales presentaron el 8 de diciembre a la primera persona que recibió la vacuna en el Reino Unido, ya había 1 millón de personas vacunadas en China y mientras China investigaba las vacunas otros países consideraban el coronavirus una simple gripa. La vacuna china es más barata en el extranjero que en China, con lo cual se subsidia la venta.
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Es de suponer que los acuerdos secretos del gobierno con Pfizer y AstraZeneca incluyen alguna clase de exclusividad que le impide acercarse a otras alternativas
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China ha sostenido que la vacuna debe ser un bien público común y la vacunación un asunto de responsabilidad global y Sudáfrica e India pidieron que se levantara la propiedad intelectual sobre las patentes. Porque si numerosos países de diversa orientación ideológica pudieron el segundo semestre del año pasado, tramitar los registros para una canasta de vacunas, incluyendo la rusa y las chinas Colombia no lo hizo.
Es presumible suponer que los acuerdos secretos que el gobierno ha hecho con Pfizer y AstraZeneca incluyen alguna clase de exclusividad que le impide acercarse a otras alternativas, además que estos laboratorios suministrarán la vacuna de acuerdo con su disponibilidad o sea que si no han podido cumplirle a los países europeos, menos podrán cumplir al frágil gobierno de Colombia.
Países con los cuales el gobierno colombiano tiene una afinidad ideológica innegable como Brasil, Chile, Paraguay, Emiratos Árabes Unidos sí han accedido a estas vacunas y Colombia ni siquiera lo ha considerado o lo está haciendo hasta ahora tardíamente cuando ya la demanda supera con creces la oferta.
El gobierno colombiano le ha hecho el juego a las manipulaciones de las multinacionales farmacéuticas y con ellos muestra una gran irresponsabilidad en la cual se privilegian los negocios en detrimento de la salud de la población.
