La idea que teníamos muchos colombianos unos cuantos años atrás, no más lejos de cinco, de que nuestro país iba por buen camino hacia la reactivación económica que nos trajo el petróleo, la confianza extranjera por la Seguridad Democrática; sin duda fueron puntos a favor del gobierno anterior, confianza y percepción que hoy tenemos todos los colombianos por el piso; ya que estamos viviendo para muchos de la esperanza y de la confianza de la prosperidad para todos en la incertidumbre que se refleja en la gran mayoría de colombianos. Esa sensación, la tiene el asalariado del mínimo hasta el empresario e inversionista de capital extranjero. Esa esperanza que fue muy bien sembrada, que consistía en que estábamos en los mejores años que habían llegado para los colombianos, quedó en una decepción cuando sentimos el coletazo y el aterrizaje de los sueños que nos levantaban estar viviendo en la Colombia boyante y pujante donde varias compañías extranjeras ponían sus ojos; convirtiéndonos en uno de los países atractivos de Suramérica, seguidos de Brasil pero así también de una manera fugaz hemos visto empresas que al conocer el ambiente económico interno y la incertidumbre política prefieren no correr riesgos y sin empacar su maleta para buscar otro destino de inversión.
Las empresas que actualmente continúan en Colombia y que en su momento encontraron el ambiente propicio para invertir en nuestro país, algunas también empiezan hacer maletas y otras esperan con paciencia pero intranquilos a que se cumpla a la oposición del gobierno actual que comenta a los cuatro vientos abiertamente en todo el territorio nacional e internacional que se aproxima una dictadura en nuestro país.
Es esa incertidumbre política sumada a la variables económicas del país que generan gran responsabilidad no solo al gobierno de Juan Manuel Santos; sino también al partido del expresidente Álvaro Uribe y realmente el problema de todos los colombianos son el presidente Santos y del expresidente Uribe.
Pasamos de la economía que se mostraba liderando en Latinoamérica, a una economía completamente inestable en un país donde sus ciudadanos están cargados de temor a que no nos pase lo que sucedió en Venezuela. Claro, que es irresponsable culpar solo al presidente Juan Manuel Santos de lo que está ocurriendo acá. Tenemos dos responsables, y si bien nos ha tocado que abrir las puertas a venezolanos que han sido obligados a salir de su país por la escasez; ellos ven en nuestro territorio un escenario muy parecido cuando comenzó el régimen del expresidente Hugo Chávez, a un estado hacia el socialista.
Es por eso que ahora no es raro que tengamos la sensación de que nos vamos a parecer en Venezuela. Una cantidad de hermanos venezolanos en rincones de Colombia, muchos con grandes capacidades profesionales entregando su trabajo a menor precio y compitiendo con la mano de obra local y hasta prostitutas venezolanas, algunas de ellas hasta con mejores atributos y mejores precios que dejan fuera de competencia a los servicios locales. Esto sumado a la sensación que genera el Uribismo, su partido y seguidores es para alarmar no solo a los colombianos; si no también a la economía local e inversión extranjera.
Ahora bien, no es para mas prender las alertas de los acontecimientos que ocurren en Colombia, que es donde encuentran argumentos los uribistas para comparar nuestro país con una nación que va hacia una dictadura socialista. Ese pánico es el que ha hecho que el gobierno del presidente Juan Manuel Santos vaya en picada en las encuestas y empiece a desfavorecer en la percepción de los colombianos. Yo lo llamaría la ´Estrategia del Terror del Centro Democrático´, tengamos cuidado; porque si bien existen señales que pueden alertar de un gobierno que prepara otro hacia el socialismo, también tenemos un expresidente con un partido y unos militantes que quieren tomarse el poder para tapar lo que no pudieron hacer en años de los escándalos y corrupción y así quitar el frasco de mermelada de las manos de Santos para volverla a tener en sus manos.
Tendríamos una solución los colombianos y es vetar definitivamente no solo al gobierno actual del presidente Santos; sino también al del expresidente Uribe y su partido, para encontrar un gobierno que enderecé de verdad nuestro país.
