Supuestamente, en Colombia, el asesinato de líderes sociales es un fenómeno “repetitivo” en “algunas zonas del territorio colombiano”, o como dijo el exministro de defensa, Luis Carlos Villegas: estos crímenes obedecen a un lío de faldas, o problemas personales de nuestros líderes. Siempre niegan la sistematización, contradicen los informes de organizaciones de derechos humanos, de la Defensoría del pueblo, entre otras organizaciones.
Supuestamente, la prensa en Colombia es independiente al gobierno, es imparcial y objetiva. Pero, ¿qué pasa con los medios de comunicación que son críticos al Estado o sí son independientes? Son censurados por medio de decretos, son criticados, blasfemados para que ninguna persona los vea. Esta misma prensa “independiente” dice que “supuestamente” un joven ingeniero de la Universidad del Cauca perdió un ojo en medio de algunos enfrentamientos con el Esmad. Esta misma prensa se horrorizó con las pocas lágrimas de una patrullera de la Policía. ¿Se imaginan cuántas lágrimas no podrá derramar el joven ingeniero de la UniCauca?
Supuestamente, el mandato de Iván Duque dice en Europa que van a respetar y no van a modificar los acuerdos de paz firmados con la exguerrilla de las Farc. Pero en Colombia no salen del discurso: “Los acuerdos de paz merecen unas pequeñas modificaciones”. Tanto así, que no se preocupan por implementarlos, están estancados; varios excombatientes han tenido que irse de las zonas veredales.
Supuestamente, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, con su ley de financiamiento, va a devolver el 19% del IVA a las personas más pobres de Colombia. Por supuesto, hay muchas dudas sobre esta devolución, y muchos de los más pobres que no están registrados no se les va a devolver nada. Este polémico proyecto sigue en trámite. Pero, ¿los colombianos le creen a un presidente que dijo no poner más impuestos, y en sus primeros meses de gobierno sale con ese proyecto? ¿Le creen a un ministro, que está envuelto en un escándalo por endeudar a 101 municipios de Colombia?
Supuestamente tenemos un gobierno. Supuestamente vivimos en paz.
Esto es Colombia: un país de supuestos, un país entre comillas.