Mientras Colombia sigue discutiendo si es mejor elegir al que diga Uribe o a Petro, 6.657 menores de edad han sido víctimas de violencia sexual según Medicina Legal.
El informe afirma que entre enero y mayo de este año, 946 niñas y niños entre los 0 y los 5 años fueron violentados, y otros 2147 entre los 6 y 11 años sufrieron el mismo horror.
Como si no fuera suficiente esta desgracia, se han presentado 52 casos de violencia sexual contra menores de edad que permanecen en custodia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf).
Cada día las niñas y los niños en Colombia se convierten en una cifra más de una violencia sin pausa que está en todos los rincones del país, que se expresa de la manera más miserable y que es ignorada por una sociedad en la que los niños y los jóvenes son solo un problema a resolver.
Vivir en Colombia resulta insoportable cuando vemos cómo este tipo de agresiones pasan a un segundo plano tanto en las prioridades del gobierno, como en las noticias, en los discursos de los políticos y en general en la conciencia de todos.
No hay protección a la niñez, no hay unos mínimos básicos en materia de salud y de educación y el solo hecho de nacer en este país parece un castigo.
Todos somos cómplices de las atrocidades cuando no hacemos nada para evitarlas, y cuando suceden y no actuamos.
Esta pesadilla no puede continuar. Debemos comprometernos con la protección de las niñas y los niños. Estar atentos, denunciar y alzar la voz.
Un país en el que la niñez no vale nada es un país de mierda.