A pesar de que Colombia tiene problemas de violencia, narcotráfico, desigualdad, injusticia, su gente es sorprendente.
Se respira optimismo entre la juventud, el escepticismo está siendo relegado. Las gentes hacen los mejores esfuerzos por sobrevivir y avanzar, hay un despertar lento pero sostenido que se va fraguando en las profundidades de la sociedad.
La mayoría de políticos - incluidos los de izquierda - no ven ese movimiento. Presos de los esquemas del siglo XX, con visiones y valores del siglo XIX, no logran percibir ese estado de ánimo y espíritu de avance.
En Colombia no habrá una revolución al estilo de Venezuela o Ecuador, el caudillismo está desgastado. Tampoco se parecerá a la de Bolivia, las organizaciones sociales rurales dejaron pasar su momento. No será un proceso de cambio como el de Brasil: los sindicatos son muy débiles.
El principal protagonista en Colombia será la juventud profesional, técnica y tecnológica de las ciudades. Ya se expresaron con la Ola Verde pero su principal dirigente (Mockus) no podía avanzar hacia lo social, la defensa de lo público y la lucha por la equidad. Su extracción de clase y formación neoliberal se lo impedían.
¡Pero esa juventud si avanzó! Se solidarizó con los campesinos en agosto de 2013 y defendió a la Bogotá Humana en en enero de 2014.
Y ahora se apresta a protagonizar nuevas dinámicas socio- políticas que ayudarán a desencadenar una "ola multicolor" que puede - incluso - superar lo que ocurre en otros países de Sudamérica.
Y será una "revolución tranquila". Ajustará cuentas a la corrupción e ineficacia de la política tradicional; defenderá los intereses de la Patria sin caer en nacionalismos estrechos; impulsará la intervención del Estado en la economía sin caer en "estatismos absolutos"; enfrentará el modelo depredador de la naturaleza pero sin desechar la explotación racional y sostenible de nuestros recursos naturales; y canalizará las mejores energías para desarrollar nuevos procesos productivos, la industrialización de nuestras materia primas y la generación de tecnologías de punta basadas en nuestras propias necesidades y capacidades. Así se avanzará para garantizar empleo digno y trabajo decente.
Ese proceso no se hará en un período de gobierno. Será el esfuerzo de varias décadas. Ayudará a construir nuestra identidad colombiana pero a su vez, será un gran aporte a la construcción de la patria grande latinoamericana y a la lucha por una sociedad post-capitalista.
¡PAZ, TRABAJO, EQUIDAD Y LIBERTAD!