Más de 200 años tuvieron que pasar para que una parte de la sociedad colombiana marginada y excluida de la realidad política del país llegue a ser representada en lo más alto del poder ejecutivo nacional de la mano de Francia Márquez Mina, quien como fórmula vicepresidencial del presidente electo Gustavo Petro, le servirá de voz a quienes entre indígenas, jóvenes, feministas y afros se denominan los ‘nadie’.
La última jornada electoral dejó en evidencia que los denominados ‘nadie’, quienes hicieron parte del discurso político de Francia Márquez y Gustavo Petro durante los últimos meses, representan una fuerza electoral importante.
Esto significa una mayoría crucial para que hoy Colombia tenga un nuevo mandatario impulsado por las fuerzas del cambio, aquellas que pretenden distanciarse de la ideología tradicional y continuista que ha permanecido por más de dos siglos en el poder.
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Son precisamente esos grupos tradicionalistas aferrados a la tradición política los que han excluido a una población denigrada por su raza, cultura y tradición, por su condición social y económica y por no hacer parte de las 40 familias que han dominado en el país durante más de 200 años de historia republicana.
La clase trabajadora de Colombia oficialmente tiene representante en el palacio de Nariño, aquellas empleadas domésticas que durante años han servido a la clase media y alta más pudiente del país sin derecho a pensión y seguridad social justas por su empleo, ahora tienen una voz.
Se personificará no solo en una lucha por la igualdad laboral sino también por la erradicación del patriarcado y la defensa de los derechos étnicos de culturas que hoy llega a representar Francia como afrodescendiente y madre cabeza de familia, víctima del conflicto armado y de esa segregación social existente en los territorios abandonados por el Estado colombiano, a partir de los cuales, Márquez escribirá un nuevo capítulo en la historia del país.
La esperanza de una administración para los marginados se construirá en el nuevo gobierno de la mano de ellos mismos, el nuevo presidente y su fórmula vicepresidencial enfrentarán días decisivos para no sólo conformar un acuerdo nacional, sino también incluir a todas las mayorías empobrecidas y pormenorizadas del país.
Esto con el objetivo de que sean representadas y escuchadas de la mejor manera, en respuesta al estallido social que fue respaldado en las urnas como descontento general de la sociedad colombiana a los gobiernos tradicionales y sus decisiones burócratas y que a través de la democracia dará un giro hacía la paz y a la consolidación de un país en el que se pueda hacer a honor a las palabras de Francia Márquez: ‘Vivir sabroso’.