Soy de la Generación que vivió la euforia del 5-0, el triunfalismo de USA 94 y el triste episodio del asesinato de Andrés Escobar, viví la experiencia de salir de viajar al exterior y con el solo hecho de nombrar mi país de procedencia inmediatamente la mayoría de gente lo relacionara con Pablo Escobar o me dijeran : mmm Colombia? Allí es donde mataron a un futbolista por hacer un autogol…
La ilusión futbolera se fue diluyendo mientras buscábamos ( sobre todo los medios) a ese sustituto del pibe que no pudo ser Pacheco, ni Giovanny ni mayer Candelo ni ningún otro muchacho al que le quedaba muy grande sin demeritar su talento ocupar el sitio del gran rubio samario, ni siquiera Argentina o Brasil, naciones muy prolíficas en futbolistas han conseguido encontrar a su nuevo 10 despuéss de Maradona y Pelé; ni el propio Messi que ha maravillado al mundo entero y ha ganado casi todo logra ponerlos de acuerdo. Sin embargo socialmente seguíamos posicionándonos en el top ten de los países mas intolerantes, violentos e individualistas del mundo.
Pasamos en menos de 10 años de aspirar a ganar el mundial según Pelé a rebautizar a nuestro combinado nacional como “La Decepción Colombia” cambio de nombre motivado entre otras cosas por el hecho de pasar de golear a Argentina en su casa a ver a Ecuador ir a dos mundiales consecutivos mientras nosotros lo veíamos en la tele, a ver como Venezuela, nuestro antiguo vecino pobre ( futbolísticamente) nos ganaba con facilidad en nuestro propio feudo.
De pronto y tras un largo dilema nacional llega un técnico extranjero, pero no cualquier entrenador, un hombre con un exitosa trayectoria en un país netamente futbolero, un tipo hecho a pulso, luchador, trabajador, talentoso, de perfil bajo, un tipo acostumbrado a conseguir las cosas a punta de trabajo y tesón, un hombre humilde más del estilo de Guardiola que de Bolillo Gómez o Mourinho. Pékerman llegó a la selección y supo imponer y transmitir su estilo discreto, trabajador, priorizando lo colectivo sobre lo individual, entendiendo el fútbol y la competición como algo sustentado en la solidaridad, el respeto por el rival, la constancia. Hizo énfasis en el concepto de grupo, de familia, como los mismos jugadores hacían referencia al equipo en sus declaraciones.
Colombia empezó a ver como un modo diferente de trabajar funcionaba, lejos de las antiguas “roscas” e intermediaciones de periodistas, mafiosos, políticos y demás. La euforia y el optimismo fueron creciendo y aunque no faltaron críticas por fin José logró devolver la ilusión a un país acostumbrado al sufrimiento y el dolor, llegamos al mundial practicando un fútbol vistoso que nos recordaba a esa época dorada del Pibe, Rincón, Leonel y cia, pero contaba además con mayor efectividad, sorpresa y frontalidad, algo asi (salvando las distancias) como aquel Barca de Pep , referente indiscutible del buen fútbol en la última década, un equipo basado también en el trabajo en equipo, la disciplina, la humildad y el respeto, valores inculcados a los culés desde la Masía, un proyecto que inició un tal Johan Cruyff hace mas de veinte años, que tuvo épocas duras como con Louis Van Gaal por ejemplo pero que culminó Guardiola con total éxito, apoyado por un club que siempre creyó en el proyecto y tuvo la certeza de que los buenos frutos se deben germinar, cuidar y cosechar con constancia y paciencia.
Pero en Colombia somos más del triunfo fácil, de la ley del mínimo esfuerzo y algunos medios saben eso muy bien y por eso tras el positivo inicio de Mundial nos vendieron a James como el nuevo pibe o el nuevo Messi, Ahí nadie se acordó de las experiencias de USA 94, todo el país se volvió a subir al bus del triunfalismo, a celebrar un simple partido de primera ronda como si fuéramos ya campeones.
Y así le pusimos a un muchacho con un gran futuro pero que aún no ha ganado ni demostrado nada en un grande Europeo todo el peso de un país, y llegó el partido contra Brasil y aunque el papelito de Pékerman decía: humildad, respeto y solidaridad al país entero parecieron importarle más los posibles títulos individuales de nuestro 10 que el desarrollo del conjunto. E inevitablemente parte del equipo pareció contagiarse de ese individualismo, el mismo James y Cuadrado pecaron en el primer tiempo de individualistas de querer figurar y el resto del equipo con nerviosismo no supo reaccionar a la dureza de los brasileños y aún estando avisados de la convulsa situación socio-política de Brasil que había logrado influir en los partidos anteriores de la canarinha cayeron en la trampa y permitieron que el arbitro español metiera mano, lo demás ya es historia. La cuestión es que fallamos bajo presión y reaccionamos tarde, en el segundo tiempo cuando el partido estaba ya demasiado revuelto. Tuvimos la oportunidad de entrar a formar parte de los grandes pero demostramos que nos falta ese PLUS con que cuentan argentinos, alemanes, italianos, brasileños…
La presión fue mucha para estos muchachos, no para Pékerman, un hombre acostumbrado a situaciones duras de las cuales sabe que se sale airoso trabajando duro y en equipo. Alemania se llevó la copa practicando un fútbol de conjunto, fruto de un largo proceso a cargo de Low y curiosamente similar al del Guardiola que además se vió fortalecido con la llegada de Pep el verano pasado al Bayern Munich que impregnó a la matriz de la Selección Alemana de eso que llevaba su Barca; aquello que Luis Aragonés detectó e implementó en La Selección Española que luego Vicente del Bosque, un tipo del talante de Guardiola, pekerman y Low llevó a la máxima expresión ganando mundial y Eurocopa.
Aquí prima lo efímero, por eso nos conformamos con un intrascendente bota de oro, aquí vale es el triunfo fácil y como sea, “por cojones” como dirían nuestros ancestros españoles, quizá por eso seguimos igual, porque somos más del perfil del Real Madrid y su afán por el impacto mediático y económico que del Barcelona y el trabajo en equipo. Por eso tal vez James escogió al Madrid como su futura escuadra. No supimos interpretar el mensaje de Pékerman y Guardiola ese que trabaja en la humildad el respeto, el trabajo y la tolerancia, algo tan simple como cuando en una entrevista le preguntaron a Pep a cerca del secreto de su equipo y respondió que era simple “ I have the Ball, i Pass the ball” simple, solidaridad, espíritu de equipo y constancia, lo demás llega por añadidura. Y tal vez por todo esto pékerman no está seguro de renovar con la federación.