Lástima, dicen las personas sobre quienes en su momento aspiraban a gobernarnos, pero fueron asesinados posiblemente por la misma oligarquía, que por años ha mantenido lo que hoy los colombianos conocemos como gobiernista.
Las investigaciones sobre la muerte de ilustres personas que aspiraban a gobernarnos no han sido aclaradas por los investigadores que supuestamente se la saben todas, y que saben que la conveniente impunidad siempre ha campeado en estos casos.
¿Quién no recuerda la muerte de estos políticos candidatos a la presidencia que eran proclamados y respaldados por el pueblo colombiano, que en su momento los veían como una solución al problema social?
Recordar que figuran en la historia colombiana como mártires del sistema político amañado y manipulado por los maqueavelos en su momento, debe ser para el elector algo importante para revisar y estudiar, pues seguramente estas muertes dejaron huellas imborrables en aquellas épocas y pueden ser ejemplo para que hoy los que aspiran a ser futuros gobernantes.
No olviden los programas de gobierno que los sacrificados pensaban eran importantes para acabar con tantos males, que hoy no han podido acabar quienes aspiran y tienen que unirse en racimos humanos, creados por el populismo de candidatos que se adornan con falsas banderas partidistas, y engañan al pueblo con mentiras, para conseguir su puesto y su dinero.
¿Que pensarán del partido liberal: Rafael Uribe Uribe, Jorge Eliecer Gaitán, Luis Carlos Galán o del partido conservador Álvaro Gómez Hurtado, o de la Unión Patriótica Bernardo Jaramillo Ossa, Jaime Pardo Leal, o del M 19 Carlos Pizarro León Gómez?
¿Estarán de acuerdo con tanta verborrea que dicen unos y otros, que se unen en abrazos y saludos hipócritas que confunden al elector, en estos momentos tan cruciales para la patria colombiana? ¿Pensarán que no existe entre ellos un verdadero líder, que como ellos buscaban que sus ideas prevalecieran y fueran respetadas para bien del pueblo colombiano?