A raíz del triunfo arrollador de Claudia Sheinbaum, (60%) candidata presidencial de Morena (Movimiento Regeneración Nacional), en las elecciones presidenciales del domingo 2 de junio en México, después de un largo proceso de construcción del sujeto político en contra de la dictadura constitucional del PRI (Partido Revolucionario Institucional), traigo a la mesa de discusión las siguientes consideraciones.
El triunfo en México es ante todo la segunda victoria del movimiento popular agrupado en Morena, la coalición política programática que llevó por primera vez a López Obrador a la presidencia, después de haberlo intentado por tres veces, y que ahora repite con la Presidenta electa Claudia Sheinbaum, cuyas cualidades personales tampoco se pueden desconocer.
El suceso político Mexicano llena de alborozo a las corrientes progresistas de Nuestra América, que con Brasil, Venezuela, Colombia, Bolivia, Chile, Nicaragua, Honduras y Cuba, constituyen el espectro de los gobiernos progresistas de la América Latina.
Por eso es oportuno traer a cuento estas últimas experiencias del siglo xxi porque, a pesar de sus diferencias, son antes que nada, las expresiones de movimientos amplios y democráticos que supieron amalgamar la unidad de vastos sectores ciudadanos, de trabajadores y de las capas medias, en tono a un programa mínimo democrático sobre lo fundamental, que promete sostenerse en el tiempo a favor de los trabajadores y de la nación, y que nos puede servir como modelo de inspiración conservando obviamente nuestras particularidades nacionales.
Morena podría ser el modelo de lo que debería ser el Pacto Histórico a nivel nacional, después de la Asamblea Nacional Popular a realizarse el 19 y 20 de Julio en Bogotá.
Un movimiento con muchas corrientes y partidos políticos que, no habiendo otra salida jurídica y política, se presente con una sola personería Jurídica a las elecciones de 2026, con una lista al congreso, sea cerrada con consulta previa para la escogencia de los candidatos, sea con voto preferente con base en un programa mínimo sobre la fundamental.
Los partidos y movimientos continuará con sus estatutos, su programa, su estructura organizativa, su línea política, sus alianzas puntuales y estratégicas, y sus formas de lucha de masas, electorales y parlamentarias.
El nuevo movimiento político democrático del PH contará con un programa mínimo sobre lo fundamental, anti neoliberal, antiimperialista, y antifascista, cuyas prioridades serán la Reforma Rural Integral, la educación, la salud, el trabajo, la justicia, el reordenamiento territorial, la reforma político-electoral, medio ambiente, industrialización del campo y la ciudad, los servicios públicos, la integración latinoamericana y una política exterior independiente.
Un movimiento donde “quepa todo el mundo” sin exclusiones ni sectarismos, pero que estén de acuerdo sobre lo fundamental, con la ética como principio y contra la corrupción sin apelaciones.
El movimiento del PH tendrá vocación de poder en el tiempo, más allá de las elecciones presidenciales, del congreso y de las regionales y locales, y será construido desde las localidades municipales y regionales con la gente de base, los partidos y movimientos sociales.
Con este objetivo se realizará el Foro Político del Norte del Valle de Aburrá, en la ciudad de Bello, el día 8 de junio, que será como el primer paso para la participación en la Asamblea Nacional Popular del 19 y 20 de julio en Bogotá.
El nacimiento del movimiento del PH se convertirá en el instrumento de los obreros y trabajadores, de los estudiantes, campesinos, indígenas, estudiantes, afro descendientes, mujeres y trabajadores del arte y la cultura, por las reformas, la paz, y la unidad popular.
COLOMBIA NECESITA UN MOVIMIENTO DE IZQUIERDA, NO UN PARTIDO POLÍTICO
A raíz del triunfo arrollador de Claudia Sheinbaum, (60%) candidata presidencial de Morena (Movimiento Regeneración Nacional), en las elecciones presidenciales del domingo 2 de junio en México, después de un largo proceso de construcción del sujeto político en contra de la dictadura constitucional del PRI (Partido Revolucionario Institucional), traigo a la mesa de discusión las siguientes consideraciones.
El triunfo en México es ante todo la segunda victoria del movimiento popular agrupado en Morena, la coalición política programática que llevó por primera vez a López Obrador a la presidencia, después de haberlo intentado por tres veces, y que ahora repite con la Presidenta electa Claudia Sheinbaum, cuyas cualidades personales tampoco se pueden desconocer.
El suceso político Mexicano llena de alborozo a las corrientes progresistas de Nuestra América, que con Brasil, Venezuela, Colombia, Bolivia, Chile, Nicaragua, Honduras y Cuba, constituyen el espectro de los gobiernos progresistas de la América Latina.
Por eso es oportuno traer a cuento estas últimas experiencias del siglo xxi porque, a pesar de sus diferencias, son antes que nada, las expresiones de movimientos amplios y democráticos que supieron amalgamar la unidad de vastos sectores ciudadanos, de trabajadores y de las capas medias, en tono a un programa mínimo democrático sobre lo fundamental, que promete sostenerse en el tiempo a favor de los trabajadores y de la nación, y que nos puede servir como modelo de inspiración conservando obviamente nuestras particularidades nacionales.
Morena podría ser el modelo de lo que debería ser el Pacto Histórico a nivel nacional, después de la Asamblea Nacional Popular a realizarse el 19 y 20 de Julio en Bogotá.
Un movimiento con muchas corrientes y partidos políticos que, no habiendo otra salida jurídica y política, se presente con una sola personería Jurídica a las elecciones de 2026, con una lista al congreso, sea cerrada con consulta previa para la escogencia de los candidatos, sea con voto preferente con base en un programa mínimo sobre la fundamental.
Los partidos y movimientos continuará con sus estatutos, su programa, su estructura organizativa, su línea política, sus alianzas puntuales y estratégicas, y sus formas de lucha de masas, electorales y parlamentarias.
El nuevo movimiento político democrático del PH contará con un programa mínimo sobre lo fundamental, anti neoliberal, antiimperialista, y antifascista, cuyas prioridades serán la Reforma Rural Integral, la educación, la salud, el trabajo, la justicia, el reordenamiento territorial, la reforma político-electoral, medio ambiente, industrialización del campo y la ciudad, los servicios públicos, la integración latinoamericana y una política exterior independiente.
Un movimiento donde “quepa todo el mundo” sin exclusiones ni sectarismos, pero que estén de acuerdo sobre lo fundamental, con la ética como principio y contra la corrupción sin apelaciones.
El movimiento del PH tendrá vocación de poder en el tiempo, más allá de las elecciones presidenciales, del congreso y de las regionales y locales, y será construido desde las localidades municipales y regionales con la gente de base, los partidos y movimientos sociales.
Con este objetivo se realizará el Foro Político del Norte del Valle de Aburrá, en la ciudad de Bello, el día 8 de junio, que será como el primer paso para la participación en la Asamblea Nacional Popular del 19 y 20 de julio en Bogotá.
El nacimiento del movimiento del PH se convertirá en el instrumento de los obreros y trabajadores, de los estudiantes, campesinos, indígenas, estudiantes, afro descendientes, mujeres y trabajadores del arte y la cultura, por las reformas, la paz, y la unidad popular.
