Qué asco haber nacido en una tierra donde se tienen incontables recursos para uso local, pero que son explotados por cuanto extranjero viene, el mismo que unta de sobornos al gobierno de turno, quien vende lo que no le pertenece y subasta al mejor postor lo que, por derecho, le corresponde a los habitantes de esta tierra. Qué asco compartir nacionalidad con una turba de radicales anticuados que se escandalizan por nuevos proyectos -- en los que se pretende reducir la discriminación y generar conciencia de que todas las personas tienen los mismos derechos-- pero no mueven un dedo por ayudar a las personas que mueren de sed y hambre en terrenos olvidados por los pésimos gobernantes de esta nación, y mucho menos se escandalizan cuando usan a los niños que dicen 'defender', como títeres con fines políticos obligados a usar camisetas o insignias que apoyan posturas políticas, a cambio de una merienda añeja que deberían recibir fresca y sin condicionamientos.
Qué asco vivir en un lupanar donde obtienen más privilegios judiciales, bajo la consigna de que no son un peligro para la sociedad, aquellos hampones de cuello blanco que desangran las arcas del Estado mientras quienes, por hambre y la falta de oportunidades, deben tomar posesión de unos plátanos o un caldo de gallina para llevar a las bocas de sus familias que son absurdamente sometidas a una justicia que solo aprieta a los de abajo. Colombia, país asqueroso en el que poco menos de la mitad de sus habitantes repiten, cual loro adiestrado, un discurso hipócrita basado en el odio, siguiéndole las pataletas a un viejo senil que aún se cree presidente y la otra mitad se encuentra dividida entre la abstención política o someterse a lo que el pésimo dirigente de turno y sus secuaces impongan.
Asco da vivir en un lugar donde más de la mitad de los recursos económicos del Estado serán invertidos en infraestructura vial, la cual será dispuesta a favor de particulares y sus socios políticos para continuar generándoles enormes ganancias. Pero menos de la tercera o cuarta parte de esos recursos serán destinados a salud y educación, cuando deberían ser esos particulares los que inviertan en mejorar su pésimo servicio. Repugnancia me genera la reacción triunfalista, la sacada de pecho diciendo “ganamos”, el patriotismo efímero y acomodado de muchos de los que acá habitan, los medios de comunicación y los políticos, cuando algún deportista, científico o artista obtiene un triunfo individual luchado con sudor y lágrimas y el cual, por lo general, se ha conseguido sin el apoyo de ninguno de los anteriormente nombrados, quienes vienen luego a decir que es un triunfo para esta nación paupérrima que poco o nada los apoyó y que, finalmente, salen debiéndole a esos artistas científicos y deportistas que tuvieron que emigrar de este moridero repugnante a buscar las oportunidades que acá les fueron negadas.
Náuseas y repulsión me generan todos esos políticos que se ponen el sueldo que quieren pero le imponen al pueblo, a esos que verdaderamente trabajan de sol a sol, un sueldo insignificante que a duras penas alcanza para sobrevivir en estas tierras macondianas conocidas como el “mejor vividero del mundo”, “el país más alegre del mundo”, “el país con el tercer mejor himno nacional”, “el país del sagrado corazón” y todos esos eufemismos que se inventan para darse contentillo en esta patria boba e ignorante.
Qué empalagoso es ver a un gringo decirle a los colombianos cómo ser más colombianos usando expresiones propias de sicarios y ladrones; qué mamera ver que todos ustedes, colombianos ignorantes, vivan agarrados en discusiones insulsas y no hagan nada que realmente aporte a su país, algo que genere un cambio social adecuado para que esta nación pútrida y dormida sea una potencia. Porque acá hay talento, hay recursos, hay mucho de dónde escoger pero tanta cosa que da asco no permite que las podamos ver.
Sí yo soy otro colombiano como ustedes que está leyendo esto. Odio esta nación, odio haber nacido acá, es frustrante saber que hasta poder irme de este atolladero tengo que cumplir infinidad de requisitos, papeles y trámites que solo acá existen y que a la nación donde me quiera ir me van a tildar de malandro, sicario o narcotraficante solo por haber nacido en esta cloaca. Qué asco me das Colombia.