Según el Dane, en el año 2019 la pobreza de los colombianos aumentó del 34,7 % al 35,7 % de los habitantes, lo que significa que 17 millones 500 mil personas se encuentran en dicha condición, aumentando en 661.890 las personas pobres en relación con el año 2018. Así mismo, reveló que otros 728.955 habitantes cayeron el año pasado en la pobreza extrema, llegando a 4 millones 700 mil personas, elevando el indicador desde el 8,2 % del año 2018 hasta el 9,6 %.
Además, agregó el Dane que “los efectos de la pandemia sobre el mercado laboral sin duda se constituyen en un insumo fundamental para conocer cómo esta incidirá en la pobreza monetaria para este año”. Según la Comisión Económica para América Latina (Cepal), en Latinoamérica y el Caribe la pobreza monetaria aumentó del 30 % de la población en 2018 al 30,8 % en 2019. Podemos deducir que en Colombia la pobreza, antes de la pandemia, estaba 4,9 puntos porcentuales por encima del promedio de la región, lo cual es una horrible afrenta.
Esta comparación no es más calamitosa porque la actualización metodológica del 2017 permite mimetizar aún a más pobres, convirtiéndolos en clase media, pues según el Dane una persona que percibe cada mes más de $327.674 está por encima de la línea de pobreza monetaria, o sea, si usted devenga por arriba de este rango deja de ser pobre. Ahí está la razón por la cual “ese enmascaramiento” de la realidad social fue desnudado con la pandemia, porque la población que se consideraba de clase media no tuvo capital acumulado para sostenerse en la cuarentena y como integrante de la clase trabajadora le tocó salir a rebuscarse para la subsistencia.
En consonancia con lo anterior, el coeficiente de Gini, utilizado para medir la desigualdad salarial, en donde cero es la máxima igualdad y 1 la máxima desigualdad, según el mismo Dane desmejoró de 0,517 en 2018 a 0,526 el año pasado, una variable que refleja la profundización de la desigualdad en Colombia. De otra parte, Carlo Scaramella, director del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas para países en conflicto, dijo que, en Colombia, “en 2019 apoyamos a 1,5 millones de personas que no tenían para comer y 1 millón en 2020”.
El Dane también afirmó que en julio de 2020, frente al mismo mes de 2019, de 7,8 millones de hogares de las 23 principales ciudades, 1,6 millones de familias consumen solo dos comidas al día. Mientras esto sucede, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, reveló que “vamos a necesitar más impuestos... El país necesita reformas estructurales en lo tributario, pensional y laboral. La deuda que tuvimos que asumir hay que pagarla”. Así mismo, el estadounidense Mauricio Claver-Carone, impuesto por Donald Trump como primer presidente del Banco Interamericano de Desarrollo que no es de América Latina, les pidió a estos países que rebajen más los salarios para que las empresas gringas se instalen en la región. “Me preocupa mucho que, por la pandemia, vemos incrementos de más de 40 % en pobreza y 25 % en pobreza extrema”, agregó.
Es en este marco en el que el pueblo colombiano reactiva las movilizaciones sociales, exigiendo la negociación de un pliego de emergencia que palie las graves carencias de trabajadores y empresarios nacionales; movilizaciones que no se detendrán, puesto que el gobierno nacional y su partido Centro Democrático, en vez de atender sus requerimientos, se dedicaron a estigmatizarlas y reprimirlas. ¡El pueblo tiene la razón!