Para nadie es un secreto la crisis económica y social que viven los pescadores artesanales de la ciénaga de palagua en Puerto Boyaca a raíz de la escasa o nula producción pesquera actual de la ciénaga, afectada principalmente por las contaminaciones históricas con hidrocarburos de las empresas petroleras del área.
Estas contaminaciones dentro de la ciénaga sus humedales o sus colchones de junco flotantes contaminado con crudo hoy en día sin remediar sin resolver conocidos como impactos no resueltos otrora llamados pasivos ambientales que están activos perjudicando al pescador al día de hoy, afectando la producción y reproducción pesquera sobre todo del bocachico del blanquillo y otras especies que abundaban antes de las contaminaciones con hidrocarburos, han hecho desaparecer el pescado al punto de poner en peligro la subsistencia y la fuente de recursos vitales para el pescador artesanal y sus familias.
Ante esta crítica situación, el otrora famoso bocachico de palagua solo es un triste recuerdo para los evocadores del pasado que si fue mejor, al igual que los famosos y reconocidos pescadores de palagua que también poco a poco tienden a extinguirse o ha desaparecer llevándose sus saberes culturales ancestrales propios de este arte u oficio.
Además de irse perdiendo esta cultura, pues ya sus descendientes no quieren saber nada de atarrayas, de canoas de horquetas ni achicadores, ni madrugar lloviendo a buscar el “tolillo”, pues ya aunque hagan muchos “ lances” en un faena no sacan ni un bocachico ni un blanquillo si no una que otra tilapia negra para su sustento y el su familia. Pero nada para vender y poder asi completar para comprar el arroz ,la panela, el cafe, plátano o la yuca para acompañar.
Ante esa cruda realidad el hijo o nieto del pescador lo primero que dice es “ nooo yo noo.. eso no es para mi..mejor me dedico o me voy a dedicar a otra cosa.. asi sea “ tirar” pico y pala en la compañía, voy a buscar trabajo en Mansarovar en Ismocol en Vasconia (Ecopetrol) para no llevar del “arrume” o voy esperar un contratista del pueblo para postularme a un contrato” por lo general contratos que no pasan de dos meses salvo contadas excepciones.
Y así poco a poco se va perdiendo el amor a este arte u oficio artesanal como se perdió la salud ambiental y ecológica de la ciénaga como se perdió producción pesquera, con esa misma apatía o lentitud se van perdiendo también los saberes culturales ancestrales del pescador artesanal.
Habrá que preguntase que pasara con los tejedores de atarrayas, chiles o con los que sabían hacer un canalete, hacer una canoa o empujar horqueta o “voliar” canalete para llegar hasta donde estaba "la botada" o donde “boquiaba” el bocachico al amanecer o al atardecer, o que pasara con los descendientes de don “Cuadro” “don Catalino” los dos q. e. p. d. o “don Sierra” “del mocho Rafael” de Oved, de Mario, de don Celestino o del recordado Santiago Vargas q. e. p. d. y de tantos otros que ya no están o se fueron porque no se acostumbraron a pescar donde ya no había pescado.
Que pasara con los pescadores de la ciénaga palagua y todos sus saberes a punto de extinguiesen o desaparecer como se extinguió o desapareció el bocachico porque no se amañó o no se adaptó a vivir en los colchones flotantes de junco contaminados de crudo y los bajos contaminados con aguas aceitosas de las "lagunas" de crudo como las que hay en "el aceitero" o en los bajos contaminados de la batería tres y de la batería 2A donde el bocahico pone los huevos y no germinan o no se desarrollan.
¿Qué pasará con ese tejido social tan frágil del pescador artesanal y su familia ahora que sus hijos o sus descendientes no quieren dedicarse a la pesca, por no considerarla rentable ante "la abundacia de escasez de pescado", como diría un personaje? ¿Desparecerá? Amanecerá y quizás no veremos.