Esa es la única explicación para que ante tantos incentivos que el establecimiento da para y por cometer delitos la mayoría de colombianos no nos dejemos tentar y sigamos siendo honestos ganándonos el pan con el sudor de la frente.
No solo es el gobierno el que fomenta el crimen con su famoso programa de jóvenes en Paz, un estímulo monetario a los más violentos para que le ayuden a mejorar las cifras de violencia al señor Petro.
O que me dicen de la tal "paz total", rogándole a los señores Mordiscos que dejen de matar policías por la espalda. A ellos, el gobierno si los respeta y les hace antesala para suplicarles que se sienten a negociar y firmar la tal "paz total".
Yo quisiera preguntarle al señor presidente si él trata con la misma amabilidad a los miles de usuarios de servicios públicos cuando van a hacer un justo reclamo en las empresas, o cuando van a pedir una cita, una droga o un tratamiento en las EPS, ya quisiéramos que las entidades del estado y los funcionarios públicos cuando vamos a hacer una diligencia nos trataran igual que a los bandidos.
Pero por el lado de la oposición uribista de derecha (deposición, la llamo yo) las cosas no es que cambien mucho, el ejemplo más claro es como se han dedicado a perseguir a una de las pocas funcionarias diligentes que ha tenido este gobierno, me refiero a Laura Sarabia, por el hecho de querer recuperar una plata que se le perdió y que presumiblemente se la robo la que entonces era su niñera.
En estos días anunciaron la captura de los 6 policías que de forma eficiente hicieron su trabajo para investigar el hurto, cosa que no se puede esperar de una fiscalía politizada e instrumentalizada para perseguir al gobierno en favor de los intereses de unos pocos particulares. La revista Semana convirtió a la niñera, sospechosa de robo, en la nueva heroína de los que estan descontentos con el actual e ineficiente gobierno. Díganme, con tales garantías que le ofrecen a los que roban, a quien no le tienta volverse un ladrón.
La justicia es el otro poder que es independiente del gobierno y de la oposición pero que camina en el mismo sentido de darles tremendas garantías a los delincuentes y castigarnos con todo el peso de la justicia a la gente honesta a la gente buena. Ya hable de la funesta Fiscalía, quienes hemos sido víctimas de un delito sabemos la perdida de tiempo que es hacer una denuncia, los fiscales no mueven un solo dedo por investigar o hacer pagar los delitos al culpable, ellos están es para perseguir al oponente político que le diga su jefe de turno.
Pero los otros miembros de esta rama del poder público, los jueces y magistrados de ninguna forma se libran de este bochornoso comportamiento, se ufanan de que en Colombia se tiene una "justicia garantista" lo que se traduce en palabras cristianas en que para los jueces y magistrados los derechos humanos de los homicidas, ladrones, deudores valen mucho mas que la de sus víctimas. Acá jamás les importa perseguir el crimen o la falta, lo importante es garantizarle los derechos al ladrón bajo el aplauso de las ONG.
Por esas razones es que me parece increíble que la gente siga madrugando a trabajar, a buscarse el sustento honestamente, seguramente la mayoría de padres hicieron bien su trabajo y le inculcaron valores a sus hijos para que no caigan en las tentaciones que todos los días les ponen los poderosos para que se ganen la vida de forma fácil.
Como nos hace falta un presidente al estilo Bukele, que enderece la pita y empodere al honesto y le haga pagar sus delitos al deshonesto. Nunca se puede tener contento a todo el mundo, muchas veces para salvaguardar los derechos humanos de la mayoría hay que limitar los de las minorías malandras. Somos un país honesto, somos un país trabajador, seriamos potencia mundial si no fuera por el lastre que nos obligan a cargar los malos y sus aliados en el poder.
