Con motivo de los dos años del inicio de la pandemia de covid 19 producida por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, el ocho de este mes el portal Infobae Colombia publicó un artículo con las palabras del ministro de Salud de Colombia, Fernando Ruiz Gómez, quien afirmó sin ruborizarse que “Colombia es de los países menos afectados por covid-19 en el mundo... Colombia, con 0,98 fallecimientos por millón de habitantes, entra en los países de menor afectación por covid-19. Se logró sin recurrir a medidas extremas, sin limitación a la actividad de los ciudadanos, buscando la recuperación y el empleo”. Lo hizo a través de su cuenta de Twitter, anexando un mapa global del avance de la pandemia de todos los países con base al número de muertes causadas por la covid-19.
Para las declaraciones, el ministro Ruiz tuvo en cuenta otras cifras al corte del 7 de marzo de 2022, indicando que Colombia acumulaba 139.120 muertes, un total de 6.072.656 casos y 5.901.731 personas recuperadas.
El ministro omitió decirles a los colombianos que ese día Colombia ocupaba el puesto 13 con mayor número de contagiados y se ubicaba en el 10 con mayor número de muertes, entre los 198 países a los que les hace seguimiento la Organización Mundial de la Salud.
Tampoco reveló a los medios de comunicación que para ese día Colombia tenía una tasa de letalidad de 2,29 %, uno de los indicadores más altos del mundo, máxime si tenemos en cuenta que ese indicador para todo el mundo era de 1,34 %.
Ni les dijo a los colombianos que mientras en el mundo para ese corte había 57.599 contagiados por cada millón de habitantes, ese indicador para Colombia estaba en 122.939, ubicándose entre los primeros 50 países. Solo con estos indicadores se evidencia lo mal que les va a los colombianos por la mala gestión del Gobierno de Iván Duque.
Se vanagloria el ministro Ruiz de que esos calamitosos resultados “se lograron sin recurrir a medidas extremas, sin limitación a la actividad de los ciudadanos, buscando la recuperación y el empleo”; precisamente es aquí en donde estriba la razón del fracaso, de muerte y desolación con la que la pandemia complementó una crisis económica y social que ya se venía sintiendo.
El hecho palpable es que el Gobierno Nacional no protegió a la población, concentrando los recursos en los poderosos grupos económicos, mientras los trabajadores se vieron obligados a salir a rebuscarse, exponiendo la vida ante la carencia de un empleo formal, víctimas de la “industria del rebusque” y de una lógica maquiavélica del Gobierno que ha defendido que el país desnacionalice su producción, tanto en el campo como en la ciudad, siendo arrasada al ser sustituida por la importación de todo tipo de productos.
Hoy, ad portas de la elección de un nuevo Gobierno nacional para los próximos cuatro años, el Gobierno de Iván Duque prosigue tratando de mostrar unas cifras virtuales, que solo están en sus mentes calenturientas, pues la realidad la vive todos los días la población en su lucha sin cuartel por sobrevivir. ¡Mientras haya vida, hay esperanzas!
