“Si los arboles dieran WiFi, entonces en todo el mundo plantarían arboles como locos... ¡Qué lástima que solo produzcan el oxígeno que respiramos!”– Anónimo.
Es la frase que asocio después de unas horas de aquel documental donde nos muestran las riquezas en agua, fauna y flora que posee Colombia, esa misma biodiversidad que, poco a poco, el ser humano se encarga de extinguir por su gran codicia agroindustrial, pero que a pesar de eso no le quita el puesto a Colombia en ser uno de los países más ricos en cuanto a terrenos naturales.
Esos sentimientos encontrados de alegría al ver lo afortunados que somos en el país por estos grandes y lindos recursos pero, por otro lado, esa tristeza al saber que no tenemos ese sentido de pertenencia por algo tan vital como lo es, por ejemplo, un páramo. En Colombia tenemos más de la mitad de los páramos del planeta, los ríos y demás recursos naturalezas que son los que nos ayudan a la supervivencia, esa indiferencia por lo que realmente somos y por lo que privilegiadamente tenemos, me duele como colombiana.
Al ver este documental en pantalla grande y saber que ha sido la más taquillera en el mes hace que se me hinche el corazón de emoción y de orgullo, esa magia que está llena de fauna y flora única en el planeta. Esto es lo que se supone se debe mostrar en un documental o película de un país, lo bonito y bueno que es frente al mundo, pero creo que dejan a un lado la salvaje realidad de Colombia en este momento, el derroche de explotación de recursos para una mejor “industrialización”, la escasez de agua en muchos lugares como La Guajira y el Chocó, tantos sitios y paisajes que necesitan ayuda, no se me hace suficiente un pequeño final del documental que concientiza al espectador que en realidad está acabando con el mundo al abusar de sus recursos, en este caso con el país.
Los colombianos hasta que no vivimos las cosas no las creemos, y en este caso como a muchos de nosotros no nos ha tocado vivir una experiencia de escasez de agua o de comida por la destrucción del hombre de los recursos naturales, me parece pertinente que se muestre esa realidad que vive el país, esas tragedias y multitudes de niños que, lastimosamente, mueren de hambre, porque mientras la mayoría de nosotros no vive esas situaciones en carne propia, un alto número de la población lo vive a diario, y este documental que tanto furor y protagonismo ha tenido, hubiera sido de gran ayuda el aporte de conciencia sobre esas comunidades y lugares que están prácticamente en estado de abandono y desatención.
Esos millones de bosques que nos muestran que son los que producen el oxígeno que respiramos también haría falta que nos enseñen la tala desmedida que día a día tienen estos, reitero, el colombiano lastimosamente necesita ver más tragedia para tomar conciencia.
Aunque la narrativa a mi parecer es algo plana, sí hay varias frases que creo que a todos nos quedan sonando en la cabeza por algún tiempo: “Colombia tiene relación eterna con el agua.”, la frase que por un segundo nos hizo pensar a mucho que tendríamos agua eterna, pero por desgracia no es así desde hace ya un tiempo. Muchos departamentos tienen límite de raciones diarias de agua, de nuevo La Guajira es un ejemplo, donde muchos habitantes tienen que caminar largas horas para conseguir un simple balde de agua que les debe durar el día entero, y así, sin mencionar muchos otros lugares en Colombia, donde el agua ya es un privilegio.
Si el documental fue hecho solo para mostrar la biodiversidad que poseemos en Colombia, mostrar que poseemos el río más grande de sur américa, el río más colorido de todos, la rana más venenosa del planeta, la mayor cantidad de especies de monos titi, y muchas otras cosas positivas que me alegra muestren ante el mundo, sin duda, este documental lo logró.
El futuro frente a este documental es un poco predecible, en el momento en que esta película este rodando por todo el mundo, muchas personas querrán venir corriendo a conocer muchos más de eso que hay en el documental, pero en pleno siglo XXI, donde el hombre está talando desmedidamente, está contaminando diariamente y donde no tenemos un respeto por esa naturaleza que nos ayuda a vivir, más que pertinente, se hace necesario un documental que contenga más conciencia ambiental, que la frase que dicen en algún momento “El hombre toma más de lo que da” cientos de veces para marcar en la conciencia de cada espectador que esa es la triste realidad; una película que tenga más de esa verdad que vive Colombia con los recursos naturales que aún le quedan, y más soluciones y ayudas que podríamos brindar nosotros como colombianos, aprovechando que todo un país, desde niños a adultos están conectados con este no suficiente pero buen documental.
