Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella
Joan Baez, cantante estadounidense.
Las dos noticias, condena a Samuel Moreno y triunfo Selección Colombia, se dieron casi paralelamente el mismo día, solo que está demostrado que la euforia de una victoria de la Selección Colombia tapa cualquier cosa por trascendente que sea. Si Karl Marx decía que la religión es el opio del pueblo, fue solo porque no se tropezó con el fútbol en las dimensiones de hoy, ni con la corrupción que se está viendo globalmente hasta en la Fifa. Le complemento a Karl que el fútbol también es el opio del pueblo.
Claro que estoy feliz con el triunfo de nuestro onceno nacional; me declaro hincha furibunda de Bacca, James y Cuadrado, pero quiero que miremos los dos goles de la condena a Moreno. Un colega publicó que “si Samuel Moreno se porta bien en la cárcel, es decir, no soborna a los guardianes, tiende la cama, se lava los dientes, reza antes de acostarse, se come todo lo que le envía doña María Eugenia desde la casa y juega 'cincohuecos' con sus compañeros de prisión, en dos años (estos son los dos goles) quedará libre por buen comportamiento. Así es la justicia de este país”.
Y esas son las cuentas que, como bien dijo el juez 14 que lo condenó, hacen los ladrones de cuello blanco cuando se meten en sus negociados. Para quienes no saben, sus alcances llegan no solo a calcular la rentabilidad de la plata que se roban, sino el costo de los abogados y el tiempo que van a estar en la cárcel, entre otras cuantas arandelas. Eso sí, salen y nadie les da trabajo. Pero qué importa, si ya están pensionados a costillas de nuestros impuestos.
El 58 % de los empresarios aseguran que si no pagan sobornos
se pierden los negocios y el 91 % de los encuestados
cree que los empresarios ofrecen o reciben sobornos
El más reciente índice de percepción de la corrupción lo adelantaron hace dos años Transparencia por Colombia y la Universidad Externado de Colombia. En él dicen que el 58 % de los empresarios aseguran que si no pagan sobornos se pierden los negocios y que el 91 % de los encuestados cree que los empresarios ofrecen o reciben sobornos. ¿Da rabia, no? Lo peor es que todo el mundo sabe y nadie mueve un dedo.
Samuel Moreno, hasta donde se sabe, recibió el 9 % de coima sobre los 67.000 millones que costaron las ambulancias, casi 6.000 millones, y el resto fueron feriados entre políticos, funcionarios del sector salud y empresarios. Bonito así. Y estamos hablando solo de las ambulancias. Entonces ¿cuáles son los porcentajes, el CVY, de los negocios? Según el estudio de Transparencia, las opciones de sobornos se dan de mayor a menor por cierres de negocios y/o contratos, pagos para facilitar o agilizar trámites, contribuciones políticas, soborno común, regalos, gastos de representación y patrocinios. ¡Bien disfrazados los tres últimos! El porcentaje más común que se paga va del 10 al 20, pero puede superar el 50 %.
¿Las tan cacareadas prácticas anticorrupción sirven de algo? Dice el estudio que son útiles el 49 % y que el 69 % de las empresas no conocen el estatuto anticorrupción. Además de lo anterior, para el 2014 tan solo el 38 % de estas empresas implementa o desarrolla buenas prácticas, porque entre el 25 % y el 43 % de ese resto de empresarios no implementa ninguna práctica para contrarrestar el soborno, pocos llevan registros contables sobre estos temas, no definen topes máximos ni evalúan la existencia de posibles conflictos de intereses. Pffffff, no se hace casi nada en realidad.
Y para colmo de vainas, solo el 22 % de los encuestados manifestó conocer el Estatuto Anticorrupción aprobado en agosto de 2011, ¡7 % menos que en el 2012! Para Transparencia por Colombia, “los resultados de la encuesta son un llamado a movilizarse contra el soborno”. ¿Y quién se va a movilizar, si ni el totalidad de las empresas lo conocen y menos lo ponen en práctica, y la gente sabe cada vez menos de prácticas antisoborno? ¿Qué demuestra esto? La falta de educación en valores en todos los escenarios y una cultura social que ve la corrupción como parte de su estuctura. Es cuestión de principios, ¡y no los hay en las bases morales de los colombianos! Por algo estamos en el puesto 94 de 170, haciendo parte del club de los corruptos.
La Fiscalía y la Procuraduría apelarán la decisión de condenar a Samuel Moreno a 18 años de prisión, tras considerar que la condena no es suficiente para el delito cometido. ¿Y el resto de ladrones de cuello blanco? El problema de Moreno fue que el descaro lo delató junto con sus compinches, porque una ciudad destruida y hecha un caos no la puede tapar nada.
Samuel Moreno es la representación de un gran sector de la sociedad colombiana que atenta contra la administración pública, la confianza que le entregan sus votantes y que pone en juego la salud de los colombianos, como bien lo dijo el juez 14 en la lectura de la condena, y quien agregó que al exalcalde "no le importó el daño que ocasionó (con su actuación) porque tenía un interés económico". Y lo logró, porque para los bogotanos este partido quedó ¡Samuel Moreno 2 – Bogotá 0!
¡Hasta el próximo miércoles!