El primer coletazo es que lo que pasó el domingo pone de manifiesto lo degrado que está nuestro sistema político. Es evidente que los partidos políticos no tienen la capacidad para canalizar las diferentes demandas y necesidades de la ciudadanía, es tal el descontento con la clase política y el desinterés de la ciudadanía que los resultados del Plebiscito nos sitúan como el sexto país con la mayor abstención electoral en el mundo.
La forma en la que se relaciona el gobierno, la clase política y la ciudadanía es hoy inviable e inconveniente. El clientelismo, la compra de votos y la aprobación de leyes a cambio de mermelada tienen sumida a Colombia en una crisis política enorme, no nos digamos mentiras, Santos fue víctima de su propio invento: la mermelada.
La mayoría de políticos de la Unidad Nacional no quisieron echarse al hombro la campaña del SI porque no la vieron como suya, y peor, no vieron en la campaña del SI beneficios políticos y económicos. Es urgente evaluar la implementación del voto obligatorio, la eliminación del voto preferente y la creación de una justicia electoral seria y eficiente.
En segundo lugar, el triunfo del NO implica un salto al vacío enorme. La renegociación que propone los del NO es en la práctica un nuevo acuerdo que las Farc no van a aceptar. Lo planteado por el uribismo en materia de tierras, participación política y justicia transicional son modificaciones sustanciales que implicarían empezar de nuevo, tirar a la basura 5 años de negociaciones y de consensos. Los inamovibles del uribismo son un imposible para las Farc.
En tercer lugar y lo más triste del asunto, la victoria del NO ha generado que la clase política este concentrada más en las elecciones presidenciales de 2018 que en las herramientas para sacar adelante el acuerdo con las Farc. Es inevitable que entre más tiempo nos tome llegar a una salida final con las Farc, más injerencia tendrá la campaña presidencial en el proceso de paz.
El uribismo querrá tomarse mucho tiempo para que el proceso coincida con la campaña de 2018 y Santos querrá salir de esto lo más rápido posible, en todo caso, es innegable que por pensar que De La Calle y Parody perdieron cualquier oportunidad en 2018 y que Ordoñez, Uribe y Vargas Lleras tienen el sartén por el mango, la mayoría de Congresistas, así como no se echaron al hombro el plebiscito, no se echarán al hombro la solución a la incertidumbre en la que estamos.
Finalmente, los que nunca hemos vivido la guerra deberíamos hacerle caso a los que sí la han vivido y padecido. El país pobre, rural y afectado por el conflicto votó mayoritariamente por el SÍ, el país urbano y en paz votó en mayor proporción por el NO. La generosidad con que las víctimas aceptaron el Acuerdo nos debería recordar que las mayorías urbanas deberíamos ser igual de generosos con ellos y permitirles a los 15 millones de ciudadanos, que han padecido la guerra, vivir en paz.
@felipeangell