Luego de haber pasado mi vida tomando Coca-Cola me atribuyo el derecho de hablar con cierta autoridad de la bebida gaseosa más consumida a nivel mundial. Ya todo el mundo sabe que la Pepsi Cola no sabe lo mismo que la Coca-Cola.
Al respecto de esta bebida refrescante gaseosa se ha tejido un sinnúmero de mitos. La gente tiene a la Coca-Cola en su boca, ya sea en forma líquida o forma de palabra. No voy a explayarme explicando el efecto que produce cada uno de los componentes químicos dicho refresco.
Yo estoy plenamente convencido de que los ingredientes que la Coca-Cola asegura tener son los que tiene. No hay más nada en una gota de Coca-Cola.
Desde el punto de vista de mi estómago clínico, diré que no hay ningún ingrediente secreto, todo ha sido una mentira. Puro marketing. Han hecho mercadeo con la imaginación de la gente.
El ingrediente secreto de Coca-Cola es el morbo especulativo de la gente. El chisme, el qué dirán, el voz a voz o Radio Bemba. Ese es el ingrediente secreto de esta bebida refrescante. El ingrediente secreto es su estrategia de publicidad de la incertidumbre muy efectiva.
La gente quiere saber cuál es secreto de Coca-Cola, aunque lo mate y por eso toma y toma y vuelve a tomar otra Coca-Cola. Pero no hay ningún ingrediente químico secreto. No lo hay.
La Coca-Cola se ha vuelto un producto memorable en las cuatro esquinas del mundo. Nadie puede ni debe olvidarla.
Coca-Cola se ha convertido en un patrimonio material de la humanidad.
Las demás empresas se quieren compararse con ella. Y emplean la estrategia de mercadeo conocida como Benchmarking; es una evaluación comparativa que realiza la mayoría de las empresas para medir la calidad en sus procesos operativos y sus producto o servicio en comparación con compañías modelos en el sector en el que desarrollo su actividad comercial.
Palabras más, palabras menos, es un tipo de aprendizaje por imitación en la búsqueda de la autenticidad. No se habla de originalidad, porque tal cosa no existe, ya que todo lo que hace un ser humano es recrear, es decir, rehacer lo que le suministra la naturaleza o la sociedad.
Así están las cosas en relación con el refresco gaseoso más consumido a nivel mundial.
Prácticamente, no hay un solo ser humano que no haya tomado Coca-Cola. Y es el producto cuyo nombre ha sido pronunciado por la mayor cantidad de personas en el mundo. Tal vez no haya otro ni lo habrá.
Ahí está el quid del asunto en cuestión: la recordación de marca. En el fondo de todo, Coca-Cola nunca nos ha vendido ningún líquido, sino marketing puro y duro.
De Coca-Cola se ha dicho de todo, hay cantidad de acusaciones, que no vale pena reproducirla en este texto. En YouTube sobreabundan los vídeos, para quien quiera verlos. Y sin embargo la gente la sigue consumiendo por los siglos de los siglos. Amén.
La conclusión es una sola: el secreto de Coca-Cola no es ningún secreto: el secreto es su estrategia de marketing de hacerse inolvidable entre sus consumidores mediante la incertidumbre cautivadora.
