La cerveza premium "Club Colombia" nació hace a mediados del siglo pasado con el nombre de “Club Sesenta”. Estrenó la línea Premium de Bavaria, la cervecera que nació en 1876 con la llegada de los hermanos alemanes Leo Siegfried y Emil Kopp Koppel a Santander. Entraron por Maracaibo, Venezuela y empezaron como comerciantes de productos alemanes en el oriente del país.
El futuro estaba en la capital y tomaron rumbo a Bogotá donde el matrimonio de Leo Siegfried con Mary Castello, hermana de Santiago y Carlos Arturo Castello abrió un nuevo horizonte: nació la sociedad Kopp y Castello que al año cambio el nombre a Bavaria Kopp´s Deustsche Bierbrauerei, con el águila como símbolo. El sitio escogido para la planta fue San Diego, en el centro de Bogotá preservada hoy en Parque Central Bavaria.
Primera fabrica de Bavaria San Diego en el Centro de Bogotá
Su producto Premium Club Sesenta, cambió de nombre a Club Colombia cuando empezó a producirse en la nueva planta de Techo a donde se trasladó la producción. Paralelamente, en diversas regiones del país se fueron creando otras cervecerías, con varias de las cuales se aliaron en los años treinta para crear el Consorcio de Cervecería Bavaria, desde donde se surtía de cerveza a la región andina.
En la Costa Atlántica la situación era otra. En 1930, Mario Santo Domingo, un próspero comerciante nacido en Colón en Panamá, cuando pertenecía a Colombia, compró la Cervecería Águila que había sido fundada en 1913 pero quebrada por la crisis del 30. Don Mario le apostó al monopolio y adquirió la Cervecería Bolívar de Cartagena, y organizó un consorcio que bautizó El Águila con el que controlaba el mercado de cerveza en la costa. Una verdadera mina de oro.
Tanto éxito despertó el interés de Bavaria por el consumo de cerveza en la tierra caliente. Se propusieron entrar a Barranquilla, en un momento en el que Don Mario Santo Domingo vivía una tragedia familiar por la muerte de su hijo Luis Felipe de 36 años en un absurdo accidente de carro en la vía entre Barranquilla y Puerto Colombia. Le había cedido a su primogénito Julio Mario, el manejo de la empresa 1965 justo cuando entró la competencia y las ventas se estancaron.
Julio Mario Santo Domingo
Julio Mario quién disfrutaba la vida bohemia de Barranquilla alrededor de La Cueva, el lugar de reunión de lo que sería el Grupo de Barranquilla que junto a Gabriel García Márquez, Álvaro Cepeda Samudio y Alejandro Obregón entre otros, encontró una solución. Logró que se firmara un acuerdo entre Bavaria y Águila donde ambas empresas se comprometían a producir y envasar cada una las marcas de la otra para reducir los costos de transporte entre la Costa y la región Andina.
Vino después el paso siguiente. Gracias a la cercanía de con Alberto Samper, presidente de Bavaria, Santo Domingo le propuso, en vez de competir, un intercambio de acciones entre las dos cerveceras y repartirse así el mercado, con lo cual el barranquillero se quedó con el 10 % de las acciones de Bavaria, convirtiéndose en el mayor accionista individual de una empresa donde ningún accionista tenía más del 3 %, y con esta movida empezó su avanzada.
En la Asamblea de Bavaria de 1968, Santo Domingo puso dos de los cinco miembros de la junta directiva, una situación que creó conflictos en los demás socios, por lo que la siguiente Asamblea, Julio Mario no pudo trancar la insurrección y perdió un miembro de junta. Durante el siguiente año, se movió en la regiones consiguiendo poderes de varios accionistas y consumó su gran golpe, consiguió tres de los cinco miembros en la junta directiva, y de esta forma tomó el control, el cual mantuvo durante 34 años hasta que la vendió.
Los expresidentes de Colombia Misael Pastrana y Belisario Betancur, Julio Mario Santo Domingo y Augusto López presidente de Bavaria
Don Mario murió en 1973 y su hijo Julio Mario terminó en el testamento favorecido sobre sus hermanos Beatriz Alicia, Luis Felipe y Cecilia. Le dejó la cuarta de libre disposición y quedó con el 40 % de las acciones, que aumentó en un 20 % a al comprarle al viudo de su hermana Cecilia, que complementó luego con la compra de la mitad de las acciones a su hermana Beatriz y años después a los hijos de su hermano Luis Felipe. Siguió con Cervunión, comprando cuantas acciones encontrará disponible de esta cervecera ubicada en Medellín y con cuanta acción consiguiera de Bavaria, para principios de siglo ya poseía el 75 % de Bavaria, un porcentaje que le permitía tomar todas las decisiones sobre la empresa
Uno de sus mejores golpes de suerte fue la compra de Cervecería Leona, una apuesta con la cual Carlos Ardila Lülle intentó quitarle el monopolio de la cerveza en el país, pero que perdió. Santo Domingo se hizo entonces una moderna planta por la mitad de su precio, que le permitió el cierre de otras plantas obsoletas.
Al inicio del nuevo milenio tomaron las riendas del día a día su hijo Alejandro y su sobrino político Carlos Alejandro Pérez, centrándose en el negocio de la cerveza, liquidando otras inversiones y canalizando toda nueva liquidez hacia una expansión regional de Bavaria con el objetivo de convertirse en un bloque atractivo para las multinacionales.
Adquirieron en ese entonces la cervecería más grande de Panamá y la cervecería más grande de Perú, ambas cuasi monopólicas. Ya con el mercado de los cuatro países, Colombia, Ecuador, Panamá y Perú, lograron el objetivo, la mirada de las multinacionales que se estaban moviendo por el mundo en busca de empresas que les permitiera consolidarse en las regiones.
Julio Mario Santo Domingo con su hijo Alejandro Santo Domingo Dávila brindado luego de la venta a SABMiller
Un año después, Julio Mario Santo Domingo alcanzó a cerrar con broche de oro el negocio de su vida antes de morir. En 2005, junto con Alejandro, logró concretar la venta de Bavaria a la británica-sudáfricana SABMiller a cambio de un 15 % de las acciones de esta multinacional. Alejandro no paró ahí, se convirtió en un negociador clave en los acuerdos que llevaron en 2016 a la fusión entre SABMiller y Anheuser-Busch InBev (que se habían fusionado en 2008), dando lugar al mayor fabricante de mundial de cerveza, AB InBev. En este nuevo conglomerado, Alejandro posee un 1 % a nivel personal más la participación familiar y ocupa un puesto en su junta directiva.
Las marcas globales de AB InBev son Budweiser, Corona y Stella Artois, con varias marcas multipaises y otras dentro de cada país. En Colombia, produce y distribuye 36 marcas de cervezas y maltas, entre las cervezas con sus variedades están Águila, Póker, Costeña, Costeñita, Bahía, Azteca, Nativa, Redd´s, Pilsen y Club Colombia cuyas tres en variedades pasarán a tener una nueva presentación.
- Club Colombia Dorada:"inspirada en la filigrana de Santa Cruz de Mompox, que convierte el legendario dorado en un tesoro aún más valioso".
- Club Colombia Roja: "reflejada en las manos que tejen la caña flecha en el Atlántico y convierten este material en icónico sombrero vueltiao, símbolo de nuestra identidad y nuestra cultura caribeña".
- Club Colombia Negra: "evoca los precisos y complejos diseños en Tamo de Nariño que recuerdan que la maestría está en la paciencia, la delicadeza y el cuidado de los detalles".
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