Cada año, el mundo de la cultura, por estos días está expectante en conocer quién va hacer el seleccionado por la Academia Sueca en recibir el Premio Nobel de literatura. Este año correspondió al escritor noruego, Jon Olav Fosse.
Premio dotado con un millón de coronas suecas —unos 86.182 euros al cambio—, y considerado el galardón literario más importante del mundo. Fosse inicialmente escribía novelas, poesía y ensayos y odiaba el teatro o, por lo menos, "odiaba el teatro noruego" por el tipo de razones por las que se suele odiar el teatro, por el pánico a la afectación de los malos actores.
En los años 90, justo cuando cumplió 40 años, Fosse se encontró sin dinero y recibió un encargo del director Kai Johnsen, lector de sus novelas, para escribir una obra de teatro. El resultado, Alguien va a venir, fue el de un deslumbramiento para él y para sus espectadores y el comienzo de la otra historia del escritor que en la mañana del jueves ha ganado el premio Nobel de Literatura, el tercer autor noruego y el primer dramaturgo en el palmarés del Nobel desde el premio de Harold Pinter en 2005.
El jurado del Nobel ha justificado el fallo de Fosse en "sus innovadores obras de teatro y por su prosa, que han dado voz a lo impronunciable. Su obra, inmensa, que abarca una gran variedad de géneros, contiene obras, novelas, poesía, ensayo, cuentos infantiles y traducciones. Es uno de los dramaturgos más representados en el mundo, pero también ha sido cada vez más reconocido por su prosa" Jon Fosse ha explicado su relación con el teatro como si fuese el mejor ensayista: su idea del teatro, el tesoro que descubrió en la escritura teatral es el de la carestía.
Para el nuevo Nobel, el teatro es la limitación de espacio, de tiempo y de medios. Su hipótesis de trabajo consiste por tanto en hacer de esa disciplina un camino hacia la epifanía. Como un artista minimalista, Jon Fosse piensa más en la tensión como la emoción de lo que el teatro debe de buscar, más que la exposición de una idea o el desarrollo de una narración. Sus obras tienen éxito si llevan a sus espectadores de las lágrimas a las carcajadas.
Karl Ove Knausgard, el novelista noruego más leído de nuestro tiempo, presentó a Jon Fosse a los lectores españoles hace una década, cuando sus textos estaban apenas publicados en español y sus obras estaban casi inéditas en nuestros escenarios latinoamericanos.
En las páginas de los primeros tomos de Mi lucha, Knausgard recordaba a Jon Fosse como un maestro en talleres de escritura de carácter colérico y tendencias autodestructivas y con una relación abrumadora en su entrega hacia el arte.
La biografía del nuevo Nobel confirma ese retrato: Fosse fue alcohólico, tuvo crisis de fe y crisis de ateísmo y estuvo a punto de convertirse en un personaje trágico. Pero salió adelante. Años después, Knausgard escribió sobre el teatro de su antiguo profesor: escribió sobre un teatro hecho de convulsiones y dirigido a lograr una conexión profunda con los espectadores.
En Alguien va a venir, la segunda obra teatral de Fosse, la primera que se estrenó en el Teatro Nacional de Oslo, se podrían encontrar algunas claves de su obra: sobre el escenario, una pareja de cincuentones, cultos y aparentemente felices, llegan a una isla, a un escenario cerrado, donde esperan a alguien indeterminado y en su anhelo, empiezan a deslizarse hacia una enmienda a la totalidad de su vida, expresada a base de retornellos, obsesiones y momentos de habla desestructurada. ¿Suena un poco a Samuel Beckett, a Godot? Es una de las referencias más habituales que se han empleado para ubicar a Fosse en el mapa de la literatura teatral.
A menudo, en el paisaje de Jon Olav Fosse aparecen también los fiordos de su país, los pequeños veleros, los días de lluvia, los conflictos de hijos y padres... Un mundo casi bergmaniano, aparentemente ordenado, pero a punto de romperse en cualquier momento y que buscan una conexión profundamente humana para evitar el horror. "Tus ojos abren mi corazón / y dicen que la vida existe / Tus ojos abren mi corazón / y me hacen querer una vez más", son unos versos de Jon Fosse. "¿Para quién escribo yo? Para Dios. Escribir es como rezar", es otra cita suya.
Para algunos críticos literarios, la obra literaria de Jon Fosse, el teatro, en cualquier caso, es la mitad más destellante de su obra. Las novelas siguen estando en el origen y, probablemente, en el núcleo de la obra del nuevo premio Nobel. Rojo, negro, un texto hoy apenas referenciado, fue el debut de Fosse como escritor, en 1983, y 10 años antes de que llegara la oferta del teatro.
Entre los 40 y los 50 años, Fosse abandonó la narrativa por la dramaturgia, que lo convirtió en una estrella de la cultura de su país. Cuando terminó ese ciclo, exhausto y en crisis consigo mismo, el autor se retiró del mundo y dejó de escribir.
Cuando volvió, lo hizo para reaparecer como narrador de libros que solo en parte son novelas: Trilogía (editado en España por Nórdica) y Septología ( en cuatro tomos: El otro nombre I, El otro nombre II, Yo es otro y Un nuevo nombre) y Stengd gitar (1985), son buenos ejemplos de ese Jon Olav Fosse renacido: estos textos son flujos de conciencia, monólogos interiores o, mejor dicho, diálogos con la memoria que, de nuevo, buscan un chispazo de tensión, un momento de lágrimas un segundo ante de una carcajada.
No olvidemos que en el año 2022: el ganador del Nobel fue Annie Arnaud (Francia) por "la valentía y la agudeza clínica con la que descubre las raíces, los distanciamientos y las restricciones colectivas de la memoria personal"; y en el 2021: Abdulrazak Gurnah (Reino Unido) por "su relato empático y sin compromiso sobre los efectos del colonialismo y el destino de los refugiados atrapados entre culturas y continentes" y en el 2020: Louise Glück (Estados Unidos) por "su voz poética característica que, con su belleza austera, hace universal la existencia individual".
De las obras de Jon Fosse se han traducido . A lo largo de su carrera ha recibido numerosos premios y galardones, sobre todo en el ámbito nórdico, además de la Orden del Mérito otorgada por el Estado Francés. Fosse reside en una casa ubicada dentro del Palacio Real Noruego y que es entregada por su gobierno a los grandes creadores noruegos. En 2007, fue nombrado caballero de la Ordre Nacional du Mérite de Francia y ostenta el puesto 83 en la lista de genios vivos del diario The Daily Telegraph. Quizás esto da cuenta de su peculiar personalidad.
Desde hacía varios años, Fosse era candidato al Nobel de forma recurrente. El periplo de vida del nuevo premio Nobel de literatura ha sido controversial, angustiante, muy similar a la tormentosa vida del Marques de Sade; sin embargo, ha sabido sobrevivir a esos estados agónicos.
Nacido en Hausgesund el 29 de septiembre de 1959 (Noruega) está considerado uno de los autores más importantes de nuestro tiempo. Su obra ha sido traducida a cuarenta idiomas y sus piezas teatrales han sido representadas en unas 1000 producciones diferentes a lo largo del mundo.
Ha recibido incontables premios internacionales y noruegos. Debutó como escritor en 1983 con la novela Raudt, svart (Rojo, Negro) y desde entonces ha escrito más de 55 obras entre teatro, novela, poesía y ensayo. Creció en una familia practicante de una estricta forma de luteranismo, pero se rebeló y se declaró ateo. Fosse acabó convirtiéndose al catolicismo en 2013.