En el 2016 los corruptos nos robaron 23 billones de pesos algo más de los 18 billones que se espera recoger con la reforma tributaria aprobada por el congreso a pupitrazo a pocos días de finalizar el año.
Con la llegada de enero esperaba que por fin se cumpliera “lo de año nuevo vida nueva, más alegres los días serán”, esto nunca sucedió. Comenzamos el 2017 con el aumento del 16 al 19 % en impuestos que se han “reflejado en casi todo. Desde el último pelo de la cabeza hasta los pies. Todo lo que tiene puesto, los productos de aseo, todo eso tiene IVA” como lo expresó el presidente de Fenalco Guillerno Bótero a la Revista Semana.
Se imaginan si estos ladrones de cuello blanco no se hubieran robado la plática; Tendríamos en el país, donde unos cuantos se ufanan de los tres huevitos; un nidito de 5 billones de pesos que hubiese evitado que los ciudadanos de a pie paguemos más para que roben más. Pensando un poco optimista, con parte de lo que se robaron en el 2016 se hubiese podido inyectar 11 billones al del déficit de salud que hoy por hoy padece el sistema colombiano y por esta razón impide tener recursos suficientes y brindar tratamientos adecuados para los pacientes. Ojala en este sentido se haga un Cambio Radical, ya!.
En los días del escándalo de odebrecht en los rojos del Partido Liberal, sale a flote el nombre del sórdido exsenador Otto Bula, señalado de recibir 4,6 millones de dólares para lograr con cabildeos en el Congreso y otras entidades estales una adicción irregular de 600 mil millones de pesos en la vía Ocaña- Gamarra en la segunda etapa de la Ruta del Sol. La ruta es larga y ojala que con el sol de cada día todos los implicados sean llevados ante la justicia para que respondan por un acto más de una pandemia, de la que parece sufren la gran mayoría de los políticos nuestros.
Con sangre roja, descendiente de una familia liberal; y hasta que muera muy hincha del siempre rojo y poderoso de la montaña (Deportivo Independiente Medellín). Después de pensarlo mucho ya no seré más del color qué representa las gotas de sangre que tienen que sudar miles de compatriotas trabajando dignamente para vivir y sacar a sus familias adelante con un salario mínimo, mientras que los funcionarios públicos y padres de la patria se roban poco a poco su dinero, el mío y el de todos los colombianos y aun así se creen personas honorables, bueno para no quitarles su honor tildémoslos de honorables roedores a los qué no les alcanza sus millonarios sueldos qué tienen que salir a rebuscarse unos centavitos más.
Afortunadamente después de tantos desaires aparece una luz de esperanza pintada de verde el mismo color, que buscamos instintivamente cuando estamos deprimidos o acabamos de vivir un trauma. Por esta razón quiero desligarme de ese machismo que por mucho tiempo ha estado presente en la sociedad para por fin creer que el presidente 116 de Colombia debe ser una mujer. Una mujer que goce de la libertad de quien no tiene favores por pagar, inteligente, con un discurso fuerte y atrevido, cercana al pueblo, y una de las pocas abanderadas con el Verde por acabar la corrupción: Claudia López, con usted a partir de este momento tengo la esperanza viva que por fin le daremos un garrotazo para romper la piñata que acabe con la fiesta que han hecho los del Centro y se ha Conservado como el azul que representa el cielo de la patria y se ha extendido con hombres y mujeres corruptos de Polo a Polo.
Que sea el verde de la esperanza que guíe a Claudia López hacia la presidencia de este país a ver si el rojo de la corrupción se seca como la sangre coagulada.
