No tenía un mes de electa Claudia López cuando estallaron las protestas por el Paro Nacional el pasado mes de noviembre. En ese entonces la alcaldesa electa, sin siquiera haberse posesionado de su cargo, dio un discurso en el que hizo una serie de recomendaciones que tuvieron eco en todo el país. Además de lo acertado de sus sugerencias la intervención de Claudia López cautivó al público por la propiedad con la que la dirigente se dirigió al pueblo; habló mejor de lo que hasta entonces lo había hecho el presidente Iván Duque en todas sus alocuciones presidenciales. En ese momento se corrió el comentario en redes sociales de que la recién electa alcaldesa de Bogotá tenía más porte presidencial que Iván Duque.
Cinco meses después, ahora que estamos con la pandemia del Coronavirus, se vuelve a repetir la situación. En esta ocasión la alcaldesa de Bogotá ha reaccionado más rápidamente que el gobierno nacional ante la pandemia. Claudia López tomó medidas radicales y definitivas para frenar la pandemia del Coronavirus en la ciudad que alberga cerca del 50% de los casos confirmados en el país. La alcaldesa, como primera medida, contempló un simulacro de aislamiento en la ciudad. La idea es hacer una prueba de lo que sería una cuarentena colectiva y prolongada de esta naturaleza. Ciertamente, la alcaldesa tiene claro que es mejor tomar esta medida ahora pese a los efectos en la economía que pueda tener. Si no se hace esto ahora, las consecuencias pueden ser mucho peores después.
Por el contrario, el gobierno de Iván Duque solo ha demostrado que carece de gobernabilidad en las regiones. La decisión de revocar todas las medidas, como toques de queda y cierres de fronteras, que mandatarios locales habían impuesto, lejos de reafirmar la autoridad de Duque, lo único que corrobora es lo desarticulado que está el gobierno central con la periferia del país. Hubo mandatarios, que no recibieron muy bien la decisión. El alcalde de La Ceja, Antioquia, dijo en palabras textuales que prefería ir a la cárcel antes que anular el toque de queda.
Mientras Duque delega funciones en ministros cuya incompetencia y desconexión con la realidad del país ya ha sido demostrada, Claudia López asume ella misma decisiones que pueden ser impopulares, como la cancelación de espectáculos que afecta a empresarios, pero efectivas para proteger la salud del colombiano de a pie. Mientras Duque tardó más de diez días desde la detección del primer caso de Coronavirus en Colombia en cerrar el aeropuerto El Dorado (medida que perjudica a aerolíneas y grandes grupos empresariales), Claudia ha demostrado preocuparse más en el ciudadano del común.
Si fuera la hoy alcaldesa de Bogotá la que estuviera en la Casa de Nariño, sin duda alguna este país tendría un rumbo claro frente a la crisis del Coronavirus, y frente a muchos otros temas más. Claudia López ha demostrado que tiene los pantalones para gobernar una ciudad como Bogotá, y hasta un país. Ojalá que en el 2026 su cara esté en el tarjetón presidencial.
